Centro Comercial Alcampo
La hermana, al lotero del Alcampo en Sevilla: «Quillo, que has dado el Gordo»
La Administración de Lotería 94 de Sevilla situada en el centro comercial reaparte 4 millones de euros entre sus clientes
Puedes comprobar tu número de la Lotería de Navidad en ABC y descubrir si tu décimo ha sido premiado
Las lágrimas hicieron acto de presencia ayer en «El Atrapa Sueños» la Administración de Lotería número 94 situada en el Centro comercial Alcampo de la Ronda del Tamarguillo de Sevilla. En este caso, fueron lágrimas de alegría ya que se encuentra situada junto a algunos de los barrios más modestos de la capital (Tres Mil Viviendas, La Oliva o Cerro del Águila) por los 4 millones de euros repartidos a través de los diez décimos vendidos del número 26.590 en este punto de la serie 168, premiados cada uno con 400.000 euros : tres décimos a través de la aplicación Tulotero y siete en ventanilla. « Gente humilde del barrio son muchos de mis clientes . Le da igual que compren o no, pero le gusta que le saluden cada día», fueron sus primeras declaraciones tras conocer la noticia.
Desde media hora antes de la apertura una docena de periodistas se concentraban en la puerta de la administración para hacerse eco del dinero repartido desde aquí. La emoción desbordó a José María Nogales Díaz y Paloma Rodríguez Ferraro , sus propietarios desde que se hicieron con el traspaso de este punto en febrero hará cuatro años. Una administración abierta desde que se inauguró este centro comercial hace casi treinta años y que por primera vez en su historia en 2019 vende el premio Gordo de Navidad gracias al numero 26.590 , uno de los premios más rápidos de la historia del sorteo.
Los propietarios son vecinos de la Puerta Osario, se casaron en 2010 y son padres de una hija. Él dejó la Unidad militar de Emergencias (UME) para regentar esta administración, y ella trabaja en una farmacia junto a su madre, en el número 103 de Marqués de Nervión.
«Quillo que has dado el Gordo» . José María recibió una llamada a las 9.23 horas de la mañana de su hermana Cristina que le comunicaba entre lágrimas que había vendido el número premiado en el Atrapa Sueños, «nombre elegido de casualidad, porque nos gustaba», afirma Paloma.
En seguida comenzaron los totales e incluso un directo a través de su perfil en redes sociales de este «showman» y su mujer a los medios allí presentes. «Yo no quiero hablar con Madrid, quiero hablar con el Betis» , decía emocionado José a un periodista de una cadena nacional, mientras su padre contenía lágrimas de emoción en segunda fila. «Los dos son unos cracks» , decían los amigos de la pareja que se acercaron a compartir la alegría al ver el despliegue cantando «Sí, sí, sí, el Gordo ya está aquí» .
« Han sido años muy duros económicamente y de mucho esfuerzo. Llevo 30 minutos en casa llorando. Es un trabajo brutal. Ni siquiera tenemos pagado todavía el préstamo de la administración. Si es que la compramos in extremis porque había otra persona interesada, y al final nos dieron el crédito y pudimos hacernos cargo». Decía Paloma mientras su marido descorchaba la décima botella de vino espumoso de Umbrete. «Este año hemos repartido siete premios grandes, de los que no pueden entregarse en la administración, pero como éste nunca».
Rafael , un vecino de 71 años se acercó para recordarle que le dijo ayer que iba a dar el Gordo. Santiago Candón también es vecino y lleva 23 años en Madrid. Tiene 46 años y sus compañeros de trabajo le llaman para ver si es el número que el compró. «Aunque no tengo el Gordo estoy aquí para vivir este momento . Casi todos los del barrio (barriada Hispalis) nos hemos tenido que ir de Sevilla para poder trabajar y vengo para compartir esta alegría», dice.
Azucena Bermudo llegó con el disfraz de elfo que no se ha quitado tras el cristal de la ventanilla desde que comenzó el mes de diciembre. «No abrimos hasta las 5» repetía a todos los que se acercaban ansiosos por comprar hoy allí décimos del Niño.
Mucha emoción y lágrimas de alegría y más vino que agua (se descorcharon más diez botellas de espumoso de Umbrete) llenaban el cubo con el que se fregaba ayer el local más afortunado ayer de Sevilla.
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