BARRIOS
El limbo inmobiliario de los vecinos de La Barzola
Un grupo de residentes inicia movilizaciones ante la lentitud del proceso iniciado por el Ayuntamiento de Sevilla para regular estos pisos sociales
Los residentes de varios bloques sociales de Nueva Barzola llevan más de cincuenta años en un limbo inmobiliario. Desde que firmaron aquel contrato de «acceso diferido» que les dio entrada a viviendas allá por los sesenta nadie les ha aclarado el concepto de la mensualidad que abonan religiosamente, que ni es alquiler, ni es hipoteca . Ese es el proceso de regularización que vienen reclamando desde hace varias décadas y al que ningún ayuntamiento democrático ha querido meterle mano. Los adjudicatarios -por denominarlos de alguna forma- echan cuentas y consideran que los pisos «están de sobra pagados» . Con esa documentación exigen las escrituras que los reconocerían como propietarios. «Es lo que nos dijeron cuando se construyó esta fase, que tiene régimen distinto a la primera que sí era de arrendamiento», aclara.
El estatus de dueños les permitiría hacer trámites tan habituales como solicitar un crédito hipotecario para reformar la propia vivienda o incluirla en un testamento. « Lo que queremos es tranquilidad , porque hay muchas personas mayores que se ven totalmente desamparadas en esta situación», se lamenta el vicepresidente de la Asociación de Vecinos de La Barzola, José Medina , que ayer encabezó la protesta que realizaron varios afectados ante el edificio del Distrito Macarena , provocando el corte de tráfico en la calle Manuel Villalobos. Esta es la primera que tienen prevista y seguirán adelante para conseguir una respuesta del Ayuntamiento de Sevilla.
«Sabemos que la situación no es fácil, que en estos años la gente ha entrado y ha salido y nadie se ha preocupado por controlarlo, pero tienen que darnos una solución», reclama este portavoz vecinal, que menciona otros ejemplos parecidos como el de Los Pajaritos , donde muchos de los vecinos recibieron las escrituras hace ya varios años. «Pedimos exactamente lo mismo, pero en nuestro caso está todo parado» y mientras tanto, el barrio se deteriora. Considera José Medina que si el Consistorio sigue siendo el dueño de la propiedad ha de encargarse de las zonas comunes, «que no tienen ningún tipo de mantenimiento », tampoco del propio entorno, «que acumula desperfectos». «Lo poco que se hace es por voluntad de los vecinos, que hace poco pintaron las porterías del polideportivo y le pusieron una red», señala.
«Estamos cansados de mandar cartas y de pedir que alguien haga algo. Lo único que tenemos es un informe de la técnico de Patrimonio que no dice absolutamente nada y mientras tanto seguimos pagando sin ninguna garantía», asegura. El vicepresidente de la Asociación de Vecinos de La Barzola reconoce que el desembolso que hacen es hoy «una miseria» y aclara que «el Ayuntamiento ganaría más si cediera de una vez las casas, porque lo que pagamos es menos de lo que vale el IBI ». Pero lamenta la «falta de sensibilidad» que han tenido todos los equipos de Gobierno que «se han comprometido con el barrio durante la campaña y después si te he visto no me acuerdo».
La enajenación emprendida a principios del 2000 para la primera fase de estas viviendas sociales no pudo aplicarse a la de Nueva Barzola por el tipo de contrato. Explica el vicepresidente de la asociación de vecinos que «ellos sí estaban en régimen de inquilinato, pero no los de la segunda». Por eso esos 270 pisos que construyó en su día el Patronato de Casas Baratas siguen a nombre del Ayuntamiento de Sevilla y no han podido venderse ni traspasarse.
Pero si hay trámite iniciado, desde luego va para largo. Fuentes municipales reconocen que «la situación es compleja». Aseguran que el servicio de Patrimonio inició un proceso para investigar quiénes son realmente los residentes de estos inmuebles, porque «a lo largo de los años se han sucedido distintas operaciones de alquiler y compraventa», pero aún queda mucho camino por recorrer. Las fuentes consultadas aclaran que « ya hay vecinos que han presentado la documentación , pero quedan mucho otros pendiente y eso dificulta el rastreo». En todo caso, desde el Consistorio han garantizado que «hay un compromiso y un empeño por resolver el problema, pero hay que respetar los plazos y actuar conforme a las exigencias legales».
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