ENTREVISTA
León Lasa: «Si no ordenamos el turismo, Sevilla se convertirá en Port Aventura»
El exfutbolista y exconsejero del Betis, autor de varios libros de viajes, es muy crítico con el turista «low cost»
Advierte que en la ciudad puede surgir «turismofobia», como ha ocurrido en ciudades como Barcelona o Venecia
León Lasa (Sevilla, 1961) es licenciado en Derecho y master en Economía por la Universidad de Deusto. Exfutbolista y exconsejero del Betis , es letrado de la Junta de Andalucía y autor de cuatro libros de viajes: «Al sur del Sur», «Por el Oeste de Irlanda», «Por Noruega» y «Viaje a la Antártida». En su despacho de la Plaza de España la temperatura es agradable pero fuera se rozan los 40 grados a la sombra. Al sol cualquiera sabe.
– ¿Cómo influye el clima en la forma de ser de los sevillanos?
– Influye una barbaridad. El calor y el frío determinan cualquier sociedad. Sin irnos al norte de Finlandia , yo veo muchas diferencias, por ejemplo, entre la forma de ser de un soriano y la de un sevillano. El frío te impide hacer vida en la calle y te invita a quedarte en casa.
– ¿Somos menos productivos que los finlandeses o los alemanes por culpa del calor?
– El clima determina no sólo el comportamiento social sino la realidad económica de una sociedad. El brasileño es un tipo con una alegría de vivir increíble que con un bañador, un tanguita y un balón de fútbol echa el año, pero no puede esperar con su productividad las prestaciones sociales ni los servicios públicos de un alemán o un escandinavo.
– ¿Y nosotros?
– Los españoles tampoco. Si nos fijamos, los países con climas fríos suelen ser ricos o muy ricos , excepción hecha del antiguo bloque soviético por la destrucción económica del comunismo. El frío trae prosperidad.
– ¿Y el calor?
– Lo contrario. Pero con eso no quiero decir que los finlandeses sean más felices que los sevillanos.
– ¿Los sevillanos nos conformamos con poco?
– Creo que sí. El conformismo del sevillano es enorme. Es feliz con una buena Cruzcampo fría y hablando de fútbol.
– ¿Para que fuéramos más productivos qué temperaturas máximas cree que deberíamos tener?
– Por encima de 32 grados esto es trópico. La franja de clima templado que hay en Europa y América engloba a las naciones más ricas del mundo. Esto no es casualidad. Hay excepciones como las naciones de Oceanía, Australia y Nueva Zelanda , por el componente sajón y protestante. En un parecido meridiano se encuentra Argentina y ahí no falla la regla del clima cálido y menos prosperidad.
– Para usted los católicos son más conformistas, en general, que los luteranos, que sonn más emprendedores. ¿Cree que la religión sigue manteniendo esa influencia en la economía?
– Sí. El luteranismo premia la riqueza y el éxito , cosa que no hace el catolicismo. El éxito implica austeridad y ahorro. Esto aquí no se da.
– Tampoco se da demasiado la filantropía. Y cuando se da incluso se critica.
– No entiendo muy bien la polémica creada con la donación de Amancio Ortega ni las protestas. En los países anglosajones y protestantes esto está mucho más normalizado.
– Usted viaja mucho y por todo el mundo: ¿qué es lo que más echa de menos cuando vuelve a Sevilla?
– El poco ruido. En Sevilla las calles y los bares son un griterío . El nivel del ruido al que estamos sometidos en Sevilla es algo impensable en cualquier país civilizado.
– ¿En eso nos parecemos a los países del Tercer Mundo?
– Sí. Creo que hay una relación entre ruido, calor y pobreza.
– Aparte del ruido, ¿qué otras cosas echa de más en Sevilla?
– Sí, educación y civismo. Escupir en la calle no lo he visto en ningún lugar civilizado pero se ve en Sevilla. Hace veinte o treinta años creo que la ciudad convergía con los principales países europeos en educación. Pero eso se ha perdido, aunque no sólo en Sevilla.
– ¿Por qué cree que ha pasado?
– La televisión ha fomentado ese tipo de comportamiento desinhibido. En España se ha confundido la educación con el autoritarismo por la herencia de la dictadura, pero me parece un error muy grave que habría que combatir. Democracia no debe implicar el todo vale . ¿Por qué no puedo ir sin camiseta por el centro de una ciudad o por qué no puedo gritar donde me dé la gana? Aquí no hay ninguna autocontención. En Europa la gente se contiene y no se asocia esta autocontención a autoritarismo ni a dictadura.
– ¿Qué le parece que Sevilla se haya puesto de moda en el circuito nacional de las despedidas de soltero?
– Esto me parece de vergüenza ajena. Hace falta autoridad y que se diga a quien no cumpla las mínimas normas que Sevilla no es una playa. Pero para eso hace falta policía y normas que se cumplan. N o creo que lleguemos a ser Magaluf pero el deterioro del turismo que viene a Sevilla continuará.
– Pero es el sector económico más importante de la ciudad y casi el único que crece.
– Sí, pero habría que ordenar ese crecimiento y evitar que esto se convierta en Port Aventura o en un parque temático cutre. Llegado un caso extremo de que sólo podamos aspirar a este turismo cutre «low cost», yo preferiría cerrar las puertas al turismo
– ¿Cree que los sevillanos podemos llegar a desarrollar turismofobia?
– Aquí somos muy tolerantes y todo llega más tarde que en otros sitios. En Barcelona ya ha llegado. Hay ciudades como Venecia que ya están poniendo «numerus clausus » para limitar el número de turistas. El barrio de Santa Cruz es un infierno para sus vecinos. Ni pueden aparcar su coche ni pueden andar por la calle por culpa de los veladores.
– El espacio público que se le ha quitado a los coches en la ciudad parece que se lo han pasado a los veladores.
– Sí, eso parece y en esto habría que ser muy tajante. Habrá casos excepcionales como los de la Campana , que habría que estudiar, pero la avenida de la Constitución, tras la peatonalización, se ha convertido en un sambódromo de bares. Especialmente por las franquicias.
– ¿El centro de Sevilla está perdiendo su identidad con la desaparición de los comercios más antiguos?
– Completamente, aunque es muy difícil luchar contra eso. Es el precio de la globalización. Esto un bumerán que va y vuelve.
– El patrimonio histórico de Sevilla es inmenso y podría aprovecharse para atraer un turismo de más calidad. Tenemos las Atarazanas y muchas iglesias cerradas o abandonadas.
– Tenemos el mayor casco histórico de Europa con unos monumentos impresionantes. Se ha restaurado la iglesia de San Luis y hay otras en proceso como Santa Catalina y edificios , en efecto, como las Atarazanas. Hay que seguir por ahí pero mientras haya vuelos «low cost» y tengamos la cerveza tan barata me temo que será imposible ahuyentar a ese tipo de turismo bajo.
– ¿La economía de Sevilla no depende en exceso de lo festivo, de la Semana Santa y la Feria?
– Un gran parte del PIB sevillano depende de esas dos celebraciones y eso seguirá siendo así. La industria se ha ido y la globalización también afectó a la agricultura. Esto es así.
– ¿Y eso nos obliga en cierto modo a los sevillanos a ser un poco más festivos que el resto de los españoles?
– Seguramente, aunque espero que no acabemos como los figurantes de «Bienvenido, mister Marshall» . En 1930 el índice de convergencia de Sevilla con España superaba el 110 por ciento. mientras que en el 2000 era el 71 por ciento. El siglo XX fue catastrófico para Sevilla. De ser la provincia andaluza más próspera y estar casi al nivel de Madrid hemos pasado a estar por detrás de Almería y Málaga.
– ¿Hay un cierto conformismo sevillano que nos condena a no avanzar y quedarnos atrás?
– Sí, sin duda. Somos muy inmovilistas y nos falta emprendimiento, pero tampoco hubo ni hay ahora un capital que apueste por un tejido empresarial e industrial aquí. Repase de dónde son todos los bancos españoles: todos del norte. Eso y que que aquí nos creemos que Sevilla es lo mejor del mundo.
– ¿Habría que empezar por mejorar nuestra formación?
– A la juventud actual le cuesta mucho concentrarse y formarse por la gran cantidad de dispositivos electrónicos que le rodean. Y a partir de abril o mayo, en Sevilla, con el calor, todo es más dificíl. Castilla y León era la mejor de España en el último informe Pisa , al mismo nivel que Finlandia. Por algo debe ser.
– ¿La universidad no debería ejercer un papel dinamizador de la ciudad?
– No sólo la universidad, toda la ciudad. Nos falta sociedad civil. Estamos un poco dormidos.
León Lasa coge en este momento de la conversación un ejemplar de «El gatopardo» que tiene sobre la mesa de su despacho junto a varios expedientes jurídicos. Y empieza a leer varios párrafos. Ve grandes similitudes entre la Sevilla actual y la Sicilia de Lampedusa. El último que lee dice esto:« En Sicilia no importa hacer mal o bien. El pecado que no perdonamos nunca es simplemente el de hacer. Somos viejos, muy viejos. Hace por lo menos 25 siglos que llevamos sobre los hombros el peso de magníficas civilizaciones. No lo digo lamentándonos, la culpa es nuestra. Estamos cansados y también vacíos. El sueño es lo que los silicianos quieren. Ellos odiarán siempre a quienes los quieran despertar» . Y añade León Lasa de su cosecha: «Que paren una ciudad dos mañanas enteras porque salen las carretas del Rocío es algo que no puede ser. Parece una película de Berlanga . Y luego queremos tener los hospitales de los suizos».
– ¿Qué le pasa a la clase media sevillana ?
– Que está desapareciendo, como en otras muchas ciudades. Es otro efecto de la globalización y la caída de los salarios.
– ¿Que Málaga se lleve todos los museos se debe a sus pocas ínfulas culturales o a las de nuestros dirigentes políticos?
– En Sevilla casi no ha habido burguesía y M álaga es una ciudad más abierta, más dinámica. Es puerto de mar y recibe muchos extranjeros.
El Betis y Andalucía
– Fue futbolista del Betis en su juventud y consejero del club hace varios años. ¿El Betis refleja, en su opinión, esa Sevilla de la que estamos hablando?
– Andalucía es como el Betis. Tiene un potencial objetivamente enorme, pero es muy conformista, el defecto principal del beticismo. Hay que acabar con la filosofía del manquepierda . No debemos conformarnos con caer simpáticos y graciosos sino ir a ganar. El campo del Betis debía ser hostil para los visitantes pero es un campo cómodo.
– Los cantantes líricos de todo el mundo están también encantados con venir al teatro Maestranza. Es un público que siempre aplaude, pase lo que pase.
– No soy aficionado a la ópera pero s upongo que es lo mismo . Es el reflejo de esta ciudad.
– En fútbol, sin embargo, en la otra acera, la del Sevilla, hace tiempo que cambiaron el chip y ganan muchos títulos.
– Yo soy bético pero no antisevillista. Y admiro la profesionalización que ha alcanzado ese club. Y su nivel de exigencia es mayor y los resultados están ahí. Creo que hay que aprender de los que triunfan.
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