El legado de la Expo toma su forma definitiva tras 25 años

Tras algunos años de dudas, el PCT Cartuja es hoy una pujante realidad en I+D, empresa, cultura y formación

Vistas de la Isla de la Cartuja desde Torre Sevilla J.M.SERRANO

MANUEL CONTRERAS

El Apple Park de Cupertino (California) es el proyecto estrella de la firma norteamericana. Este mes de abril comenzará la mudanza a su nuevo espacio, concebido por Steve Jobs como un centro de producción dedicado al I+D+i. Este espacio, considerado como la joya de la corona de Apple y un modelo de lo que será el mundo empresarial en el siglo XXI, tiene 70 hectáreas y acogerá a 12.000 trabajadores. Incluye un teatro, un auditorio de mil plazas, un gimnasio, zonas verdes para pasear (9.000 árboles) y no habrá vehículos dentro del recinto. La firma de la manzana saca pecho con un proyecto que es la envidia del mundo.

El Parque Científico y Tecnológico (PCT) de Cartuja , en Sevilla, tiene 215 hectáreas y acoge cada día a más de 16.000 trabajadores (700 de ellos investigadores) y 8.000 estudiantes. Tiene empresas líderes en I+D+i, más de 30 auditorios de entre 100 y 50.000 plazas; una amplia oferta deportiva que incluye gimnasios y un Centro de Alto Rendimiento, una extensa oferta cultural que incluye un CaixaForum y el Museo Andaluz de Arte Contemporáneo, extensas zonas verdes con más de 350.000 árboles... y sin embargo los sevillanos apenas hablan de este activo situado a escasos minutos del centro histórico. Es más, si algún amigo extranjero pregunta estos días por el legado de la Expo 92 , es muy posible que, en lugar de reivindicar la pujanza del PCT, el interpelado se sonroje y defienda que la Exposición Universal fue un éxito que no se ha sabido mantener en Cartuja.

Y es que la herencia de la Expo tiene mala prensa en el imaginario colectivo de la ciudad. El peso del recuerdo de la exitosa muestra universal y la tardanza en definir un modelo para el recinto provocó que se extendiese la percepción de que no había ningún plan a partir del 13 de octubre de 1992 . El rápido deterioro de los pabellones que permanecieron en pie y la profusión de jaramagos en las avenidas consolidaron la idea de que la postExpo era un fracaso. Y la crisis económica que se inició en 1993 remató la situación.

Las empresas del PCT Cartuja facturan unos 2.000 millones de euros anuales

¿Qué había ocurrido? Lo cierto es que el modelo de reutilización del recinto de la Cartuja, en el que se invirtieron muchos millones de euros, no fue una prioridad durante los frenéticos años de la preparación de la Expo. Bastante tenía la organización con cumplir unos plazos que se pusieron en duda hasta el último momento («vamos a llegar, pero estará el Rey entrando por una puerta y los pintores saliendo por la otra», solían decir los organizadores en aquella época).

La idea para el día después pasaba porque las grandes empresas que habían construido pabellones aprovechasen sus instalaciones para abrir centros de I+D y que su presencia sirviera como tirón para la llegada de otras firmas de peso. Pero la crisis económica de 1993 e internet y el advenimiento del mundo digital dejaron fuera de juego a empresas como Siemens o Ranx Xerox . Había que empezar desde cero.

Se tardó cinco años en volver a dar vida al recinto. En 1997 se inauguró el parque de Isla Mágica y la escuela de ingenieros se mudó desde Reina Mercerdes a la Plaza de América del parque cartujano. El éxodo de empresas fue más paulatino. A finales de 1993 se instaló en el parque la primera, Ayesa , y dos años después de la clausura de la Expo apenas seis firmas se habían instalado en lo que entonces era Cartuja 93, aunque se esperaba a otras tres decenas. Todas ellas eran empresas sevillanas, porque la reflotación de este espacio ha sido un logro titánico del empresariado local . Sólo cuando se hizo evidente la viabilidad del parque y el viento soplaba de cola comenzaron a llegar grandes empresas nacionales.

Cinco áreas

Un cuarto de siglo después de que el Rey Juan Caros clausurase la exposición universal, 16.400 empleados se desplazan cada día al recinto que acogió la Expo para trabajar en las 423 empresas y organizacones allí instaladas. A grandes rasgos, se advierten cinco grandes espacios en el PCT Cartuja: la zona empresarial e institucional, la zona universitaria y educativa, la zona cultural, la zona deportiva y la de ocio.

La primera es el corazón del parque. En un principio se pretendió que sólo se pudiesen instalar en la zona empresas dedicadas al I+D+i pero, aunque ése sigue siendo el espíritu del PCT, lo cierto es que la representación empresarial que acoge es muy diversa. Aún así, 700 investigadores trabajan en Cartuja , una cifra muy considerable y sin parangón en Andalucía. Asimismo, Telefónica o Vodafone mantienen viveros de empresas. La zona cultural se ha reforzado con el CaixaForum , situado a escasos metros del CAAC .

Además de los espacios expositivos, la zona incluye también el auditorio Rocío Jurado o el Teatro Central . Respecto a la zona educativa, la oferta universitaria se ha reforzado con la instalacuión de distintas escuelas de negocios, como EOI, ESIC o el campus de CEADE . En la zona deportiva destaca, además del estadio construido para el Mundial de atletismo de 1999, el Centro de Alto Rendimiento de la Cartuja, uno de los más demandados en el remo europeo, así como las instalaciones deportivas de Cartuja, que incluyen pistas de padel cubiertas, un campo de golf y el campo de rugby.

Por último, el espacio de ocio incluye Isla Mágica, discotecas y una amplia oferta de restauración. Aunque el PCT tiene sus asignaturas pendientes (aparcamientos, conexiones con la ciudad...) y margen de mejora, lo cierto es que se puede afirmar que, 25 años después, el legado de la Expo 92 ha tomado ya su forma definitiva.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación