El legado del exdirector del colegio Tabladilla a los alumnos que se gradúan este curso
El actual director del centro leyó durante el acto de graduación las palabras de Miguel Pérez García, quien falleció a causa del ELA el pasado mes de marzo
Lucía Capapé , mujer de Miguel Pérez García , exdirector del colegio Tabladilla de Sevilla que falleció recientemente a causa del ELA a los 40 años, ha publicado hace unas horas en su cuenta de instagram un mensaje en el que indicaba cómo su marido «había dejado unas palabras escritas para el grupo de alumnos que este año finalizan su etapa en el colegio. Don Pedro, actual director, las rescató de su ordenador y las transmitió en el acto de graduación». Este fue el mensaje que el exdirector del centro les dejó para la ocasión:
«No voy a seguir contando las penas que supone esta situación, sino todo lo contrario. Quiero hablaros de todo lo bueno que me ha dado, que ha sido mucho . Las dificultades pueden llevarte a separarte del mundo, de Dios, de tu mujer, o unirte mucho más. Yo gracias a Dios he optado por lo segundo».
«Es increíble ver la mano de Dios o de la Virgen detrás, dando sentido a cada cosa que nos pasa, sentirme querido y ayudado por Él y sabedor de que me está usando para hacer el bien en mucha gente. Esto me da mucha paz».
«Todos tenemos cruces y hay que luchar por llevarlas bien. A mí me ha tocado esta. Las hay peores, os lo aseguro. Lo compruebo ahora que visito muchos hospitales». «Es increíble ver el amor de mi mujer. Aquello que se dice en la fórmula del sacramento, 'en la salud y en la enfermedad'. Que bonito comprobar que tu mujer te dijo la verdad ese día».
Amor verdadero
«Esto nos ha llevado a otra dimensión del amor. El experimentar ese amor verdadero y entrega está siendo una bendición. Es increíble descubrir la amistad verdadera. Gracias a esta enfermedad he experimentado un amor increíble de mis amigos y familiares, una intensidad que desconocía que se podía tener y sentir, además del cariño de tanta gente que pasa por tu vida y que no te das cuenta».
«Me ha hecho darme cuenta de que perdemos la vida buscando la felicidad en tener, en poseer, en alcanzar objetivos temporales . Lo importante es ser feliz, el presente. Disfrutar cada día, cada momento, haciendo el bien y agradeciendo todo lo que tenemos».
«Queridos alumnos -continuaban sus palabras-, la vida os irá llevando. Cada uno irá tomando sus propias decisiones. Habrá cosas que no dependen de vosotros, pero sí que hay algo que depende solamente de ti, y es la actitud que tengáis ante la vida».
Actitud
«Víctor Kuppers es un orador magnífico y antiguo alumno de Fomento. Alguno lo conoceréis y le habréis escuchado muchas veces. Voy a usar algunas frases suyas para explicar un poco más la idea anterior. Víctor concreta en una fórmula matemática el valor de una persona. V=C+H*A . La 'C' son conocimientos, la 'H' habilidades. Esto es lo que soporta el colegio, la carrera, los idiomas, los másters, la experiencia laboral... muy importantes en vuestra vida. Cuanto mayor sean estos mandos, más crecerá vuestro valor. Pero ¿qué es la 'A'? La 'A' es la actitud, mucho más importante que la anterior. Porque las otras suman, pero esta multiplica».
«La diferencia entre el crack y el mediocre no está ni en la 'C' ni en la 'H', está en la 'A', en la actitud. Tú no eres una persona grandísima, que lo eres, por tus conocimientos, por la experiencia, por la carrera, sino por tu manera de ser. Por cómo eres. Todas las personas fantásticas tienen una manera de ser fantástica y viceversa. Yo no digo que la 'C' y la 'H' no sean importantes, lo son y mucho, no hay nada peor que un inútil motivado. Pero se dan por supuesto que todos vosotros las tendréis, pero la 'A' es la clave».
«Luchar todos los días»
Para concluir el mensaje, decía: « Ser personas con una actitud positiva, magnánima, alegre, servicial, agradecidos, solucionadores de problemas, empáticos, con iniciativas. Afrontar la vida con sentido positivo, la vida es cómo es, no como queremos que sea».
«Dios baraja las cartas y las reparte y a cada uno nos cae las nuestras, pero nosotros jugamos y la grandeza se demuestra jugando bien esas cartas. Esto es lo que separa a los grandes de los mediocres, nunca podremos devolver las cartas, pero siempre podremos elegir nuestra actitud para jugarlas. Es verdad que las circunstancias influyen, pero siempre hay un espacio donde nosotros elegimos nuestra actitud. Hay que luchar todos los días para ser la mejor persona que puedas llegar a ser en los ámbitos que te han tocado y que al final, cuando Dios vea el recorrido de tu vida vea una obra de arte, con errores, con equivocaciones, pero siempre sonriendo, con ilusión, con alegría y queriendo a la gente», concluía el mensaje.
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