MI OTRA VIDA
Laura Rojas-Marcos: Una psicóloga neoyorquina de corazón sevillano
La prestigiosa psicóloga autora de «La familia» afirma que sus «valores familiares son puramente sevillanos»
La prestigiosa psicóloga Laura Rojas-Marcos propone en «La familia», un recorrido fácil para conseguir disfrutar de unas relaciones familiares sanas, algo esencial para alcanzar nuestra propia estabilidad emocional, ya que como ella misma dice: "Vivir plenamente en familia es un proceso que todos podemos aprender y llevar a la práctica. En «su otra vida» a Laura Rojas-Marcos le encanta leer, hacer caminatas, ir al teatro, escuchar música, bailar, conocer restaurantes nuevos con amigos, viajar... y mirar por la ventana del AVE cada vez que regresa a Sevilla.
- Una neoyorquina sevillana...
Así es. Soy 50% neoyorquina y 50% sevillana. Nací, viví y me formé en Nueva York, pero mi sangre y mis raíces son sevillanas. A lo largo de mi vida me han preguntado numerosas veces qué me siento más, si una u otra, pero nunca he podido elegir porque soy las dos. Elegir sería como cortarme el lado derecho o izquierdo del cuerpo. Soy una fusión de ambas culturas. Sin embargo, debo decir que mis valores familiares son puramente sevillanos. Tanto la familia de mi padre como la de mi madre son sevillanos. Y es en la ciudad del color, la luz y la alegría donde aprendí sobre el sentido de unión familiar y la importancia de pasar tiempo con los abuelos, los primos, hermano, padres... y los amigos que se convierten en familia elegida.
- Para la mayoría de las personas todo se experimenta por primera vez en la familia...
- El entorno familiar es donde aprendemos a dar nuestros primeros pasos, donde aprendemos a compartir, a expresarnos, a entender el mundo que nos rodea. Es el primer escenario de nuestra vida diaria, el lugar donde descubrimos el amor y el desamor, sobre la ilusión y la decepción y sobre todo dónde nos hacemos.
- ¿El entorno también puede influir en la familia?
- El sistema familiar es permeable y le afecta el entorno, ya sea positiva o negativamente. Por ejemplo, las familias que viven en un entorno seguro, respetuoso y democrático, son más felices, flexibles y amables con los demás miembros del sistema familiar y el entorno. Mientras que cuando el entorno es rígido, violento e irrespetuoso, las familias y los miembros que las componen viven en un estado de estrés crónico, hipervigilancia, desconfianza y miedo. Y como resultado son profundamente infelices.
- ¿Cómo puede influir una ciudad como Sevilla en la familia?
- Muy positivamente, ya que es una ciudad lo suficientemente grande para realizar numerosas actividades de ocio y culturales en familia. Y es lo suficientemente pequeña como para moverse con facilidad (ya sea andando, transporte público o en bici). Es una ciudad en la que existe una gran calidad de vida respecto a las relaciones interpersonales. Se puede improvisar y quedar con los amigos para tomar algo o hacerle una visita a los abuelos. Eso es algo que durante los años que viví en Nueva York eché mucho de menos. Allí no era tan fácil.
- La ciudad, como la familia, tampoco se elige cuando nacemos...
- No elegimos a la familia ni la ciudad en la que nacemos. No se puede tener todo. Pero si podemos elegir, en cierto grado, a quién queremos tener cerca, a quien querer y con quién construir una vida y una amistad. Hay cosas que no podemos elegir o cambiar, pero hay otras que sí. Todo depende de nuestra actitud.
- ¿En que se parece Sevilla a Nueva York?
- Lo cierto es que son ciudades muy diferentes, tanto en la forma de vivir, algunos valores y estilos de vida. A mí me encantan esas diferencias porque me enriquecen, me divierten y me parecen interesantes. Intentó llevarme lo mejor de cada ciudad.
- ¿Mantienes tus lazos familiares con Sevilla?
- ¡Por supuesto! Son uno de los pilares más importantes de mi vida y no podría imaginar mi vida sin ellos. Cuando voy a Sevilla, necesito estar con mi familia. Con ellos cargo las pilas, me llenan de energía y de vida. Una de las cosas que más felicidad me produce es el momento en el que me reencuentro con mis pequeños sobrinos Luis, Belén y Rafael. Cuando me ven corren hacia mí a toda velocidad con una cara llena de luz y felicidad y me regalan miles de besos y abrazos.
- ¿Qué es lo primero que te gusta hacer cada vez que vienes a Sevilla?
- Después de ver a mi madre me encanta quedar con mi hermano Bruno, mis primos y/o amigos de toda la vida para tomarme una cervecita. Es un momento de felicidad para mí.
- ¿Qué echas de menos de la ciudad cuando estás fuera?
- A mi familia, los amigos, poder pasear durante horas por el río, sobre todo por el Paseo Colón, perderme por las calles del Centro, la luz, las sobremesas eternas, el olor a jazmín y el sentido del humor de la gente.
- ¿La nostalgia es buena para mantener los lazos familiares?
- En mi opinión la nostalgia no es un sentimiento positivo, por lo tanto, no creo que sea favorable. Para mantener buenos lazos familiares es importante el cariño, tener buenos recuerdos. Éstos despertarán la ilusión y la motivación que nos llevará a desplazarnos para pasar tiempo en familia.
- ¿Las familias se estresan igual en Sevilla que en Nueva York?
- Todo ser humano se estrena en algún momento de su vida. Todo depende de las circunstancias de cada uno. Eso sí, desde mi experiencia Nueva York es una ciudad bastante más estresante que Sevilla.
- ¿Podrían afectar a nuestra salud?
- Si no la gestionamos adecuadamente si podría perjudicarnos. Es importante identificar aquellas cosas que nos estrenan, así como las que nos ayudan a reducirlas.
- ¿Si Sevilla fuese un barrio de Nueva York cual sería?
- Yo creo que en estos momentos sería la zona que ahora está de moda que se llama Williamsburg, sus calles están llenas de gente, hay muy buen ambiente, es un barrio muy acogedor, repleto de pequeños cafés, restaurantes, casas bajas (no hay rascacielos).
- ¿Y Nueva York se parece en algo a Triana?
- Para nada. Son completamente diferentes. Triana tiene una historia que de siglos que Nueva York no tiene ni por asomo. Tiene otras cosas, pero la verdad es que no le veo ningún parecido.
- Tras pasar por París... ¿es Madrid un buen sitio para vivir?
- Me encanta París y voy varias veces al año. Es una de mis ciudades favoritas y voy cada vez que puedo. Pero también me encanta Madrid. La verdad es que debo decir que después de vivir en Madrid los últimos 15 años, me siento bien y sobre todo me he sentido bien acogida. Me fui a vivir a Madrid en 2002, después de los atentados del 11-S en Nueva York y me costó trabajo adaptarme ya que venía de haber vivido una de las experiencias más traumáticas de mi vida. Pero poco a poco me fui haciendo. Y en este momento no lo cambiaría por nada. Además es el puente perfecto para ir a Sevilla en AVE y para coger el avión directo a Nueva York.
- ¿Pueden ser tóxicas las ciudades también?
- Por supuesto. Pueden influir negativamente numerosos factores como el tiempo, la cantidad de luz al día (en el hemisferio norte en inviernos hay unas dos o tres horas de sol al día). Igualmente puede influir en la toxicidad de una ciudad si existe o no buena seguridad ciudadana, si la gente es cercana y amigable o agresiva y distante, si existen buenas comunicaciones, servicios sanitarios el nieves de corrupción política y ciudadana... es decir, si son o no ciudades honestas y democráticas.
- ¿Hay muchas injusticias en las familias?
- Lamentablemente, en un entorno en el que hay que aprender a convivir, compartir y también hacerse respetar, la mayoría de las personas pueden sentirse en algún grado víctimas de injusticias, falta de respeto, consideración o comprensión. Convivir no es fácil, por lo tanto el conflicto es inevitable. Sin embargo cuando existe maltrato verbal, psicológico o físico, estamos hablado de otro tipo de dinámica relación al. Una que es inaceptable. Durante las vacaciones de verano surgen numerosos conflictos a raíz del cambio de rutina y hábitos. Sin embargo, a menudo me encuentro que las personas que sufren de algún tipo de maltrato durante el año, empeora durante las vacaciones de verano. A esas personas les ánimo que busquen ayuda y hablen con alguien de confianza o un profesional.
- ¿Qué supuso tu experiencia con el apoyo psicológico a las víctimas de las Torres Gemelas?
- Fue uno de los momentos más duros y difíciles de mi vida. Perdí a personas queridas y lo que sentí durante mucho tiempo fue miedo, tristeza, rabia y dolor. Pero tuve ayuda de mi familia y amigos, así como profesional que me ayudó a superarlo. No a olvidarlo, pero a poder vivir normalmente sin miedo y tristeza. Forma parte de mi biografía. Y ésta está llena de recuerdos y experiencias positivas y negativas, logros y fracasos, alegría y tristeza... un poco de todo.
- ¿Cinco libros ya?
- Y trabajando en el siguiente. Debo decir que me encanta escribir pero me cuesta mucho trabajo. No me resulta nada fácil. Son meses de esfuerzo, aislamiento, de estudiar, de no poder salir, ni ver amigos o a la familia como me gustaría. Pero es una experiencia maravillosa. A pesar de la soledad que ello implica, me gusta aprender.
- ¿Para cuándo el quinto libro?
- Tengo previsto entregarlo en marzo de 2018.
- Ser hija del prestigioso psiquiatra Luis Rojas-Marcos es...
- Un honor. He tenido la suerte de que nos llevemos bien, tengamos muchas cosas en común y respetemos nuestras diferencias. Mi padre es un pilar para mí, un mentor desde niña de quién he aprendido y aprendo mucho. Una de las cosas que he aprendido es la importancia de ser perseverante y esforzarse. No se ha entrometido nunca en mis decisiones importantes (de adulta) y me ha dado la libertad para aprender de mis malas decisiones y caídas. Pero siempre me ha animado a seguir luchando y a mantener mi espíritu aventurero y explorador. Algo que siempre le agradeceré.
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