Urbanismo
La larga lista de edificios malditos de Sevilla
La capital andaluza «colecciona» fracasos en proyectos de rehabilitación. Espadas no acaba de resolver el abandono de inmuebles emblemáticos, cuyas reformas llevan años atascadas o vuelven al punto inicial
Las novedades anunciadas esta pasada semana en torno a las Reales Atarazanas han traído de nuevo a la actualidad un asunto con tintes ya casi escandalosos en Sevilla capital: los edificios históricos públicos que acumulan años de abandono . Bien por la absoluta inacción de las administraciones competentes, bien por los fracasos en los proyectos de rehabilitación que se han emprendido en algunos casos. De una u otra forma, la nómina sigue siendo amplísima a pesar de los anuncios, planes y ruedas de prensa que se han ido sucediendo sin que la realidad luego haya ofrecido nada tangible más allá de las palabras. La ciudad hecha bucle declarativo mientras algunos de sus edificios emblemáticos.
Puerta de la Carne: el cuento de nunca empezar
Más allá del astillero medieval, hace sólo unos días se produjo una novedad importante que ilustra perfectamente esta cuestión, la del inicio de los trámites del Ayuntamiento para rescindir «de mutuo acuerdo» del contrato de concesión administrativa del viejo mercado Puerta de la Carne , ese que iba a transformarse en un mercado gourmet y un centro de arte y cultura. A empezar de nuevo. El motivo, según se explicó, ha sido «la imposibilidad acreditada por la empresa adjudicataria de cumplir con los términos de la licitación de 2014 debido al desequilibrio económico generado por las necesidades técnicas sobrevenidas», esencialmente relacionado con la incorporación al diseño de más restos arqueológicos del matadero de los Reyes Católicos, del siglo XV, y detectarse un nivel freático más elevado de lo previsto. Al final, más de 8 millones de euros, el doble de lo previsto. No ha habido manera de asumir esa inversión por parte de la empresa escogida. Con este enésimo fiasco se «celebran» los veinte años con el mercado cerrado y en pésimas condiciones, pues ha sido incluso okupado en algunas fases. Este último proyecto auspiciado por el gobierno local del socialista Juan Espadas de centro de arte y mercado de especialidades, con auditorio subterráneo incluido, sí parecía que iba a cuajar, pero las diversas modificaciones obligadas por las excavaciones han devuelto a la casilla de salida al edificio racionalista de 1929 diseñado por los arquitectos Gabriel Lupiáñez Gely y Aurelio Gómez Millán. Seis años después de la adjudicación del proyecto, las fachadas junto al puente de San Bernardo reflejan la misma ruina de los últimos lustros y el Ayuntamiento tendrá que comenzar de nuevo con la adjudicación. O cambiar de raíz el proyecto por otro más modesto y acorde con los complejos tiempos económicos.
San Hermenegildo: esperando una idea
Esa de la Puerta de la Carne ha sido la última vuelta de tuerca de una larga sucesión de casos que afectan a edificios de relevancia, ya sea histórica, patrimonial o estratégicamente por su ubicación en la ciudad. Dentro de ese grupo tiene especial peso la antigua iglesia de San Hermenegildo , de titularidad municipal y que va a ser objeto en las próximas semanas de obras de emergencia a causa de su lamentable estado después de 16 años cerrada. Se ha intentado vincular la rehabilitación del histórico edificio, que fue sede del Parlamento de Andalucía, pero se terminó descartando esta posibilidad por las dificultades que generaba para la adjudicación, con lo que tendrá que afrontarse su arreglo en exclusividad. El viejo templo jesuita, entretanto, permanece olvidado. Las pinturas murales se resquebrajan tras años sin conservación, y las palomas anidan en las cubiertas e inundan de excrementos las salas abandonadas, cuyos techos de artesonado se desploman. El gobierno municipal va a parchear este otoño el edificio para afrontar las reparaciones más urgentes, las de la fachada y en la deteriorada cubierta, pero San Hermenegildo sigue sin proyecto alguno que sirva de palanca para su rehabilitación integral. Se está trabajando en la redacción de la concesión del espacio como equipamiento cultural, pero no hay aún concreción alguna más allá de las conjeturas sobre un museo de la Semana Santa o uno sobre la autonomía.
La Gavidia: de crisis en crisis
Justo al otro lado de esa plaza de la Concordia duerme el sueño de los justos la antigua jefatura policial de la Gavidia , que dejó de funcionar en junio de 2003, hace más de diecisiete años, y que sigue siendo, además de un foco de insalubridad en pleno casco histórico, un agujero económico descomunal. Por ahí se han ido millones de euros en contratos de mantenimiento y seguridad y, sobre todo, por lo que tuvo que abonar el Ayuntamiento en 2006 al Estado —9,9 millones más la cesión de cinco solares valorados en 2,3 millones— para hacerse con la propiedad tras un acuerdo leonino para los intereses de la ciudad. Prácticamente desde su cierre, el edificio funcionalista es motivo de trifulca política entre partidos y administraciones. En la etapa de gobierno local del popular Juan Ignacio Zoido se promovió que el inmueble fuera centro comercial, encontrándose la iniciativa con la potente oposición socialista no sólo en el Ayuntamiento sino especialmente en la Junta de Andalucía, donde terminó muriendo la idea por los informes contrarios de esa Administración. Al llegar al poder local el PSOE, se comenzó a tramitar un cambio de catalogación que culminó hace unos meses para que el edificio sea SIPS y pueda servir para instalaciones de carácter público y de interés social, con la vista puesta en un proyecto hotelero. Eso sí, el espacio deberá contar con algún hito que vincule el lugar a la Memoria Histórica por la presión de Podemos e Izquierda Unida, quienes venían reclamando que se recuerde en la vieja comisaría «la represión franquista». Entre dimes y diretes, se agota el año 2020 sin que en el gigantesco bloque de hormigón haya más que lonas para cubrir la vergüenza de años de desidia. Se han aprobado los pliegos y se abrió ya el plazo para la presentación de ofertas de compra del edificio, que deberé reservar también un lugar para uso social o cultural. El planteamiento es que el concurso esté abierto hasta mediados de noviembre, pero nadie oculta ya en los despachos municipales el miedo que sobrevuela por los efectos de la crisis del coronavirus y la caída del turismo, que puede dejar desierto el concurso por la falta de ofertas de cadenas hoteleras.
Artillería: Europa como tabla de salvación
También municipal es otro edificio mucho más lustroso y cargado de historia, la Fábrica de Artillería , que al menos sí puede ya presumir de tener un proyecto de rehabilitación sobre la mesa para un amplio espacio del mismo, el de los fondos europeos para crear en el sector occidental de este complejo fabril el denominado Espacio Magallanes, un centro de emprendimiento y de empresas culturales. De hecho, esta iniciativa es la piedra angular sobre la que pivotará la anhelada reforma de la antigua armería. La envergadura económica y patrimonial del proyecto, que va a incluir una inversión de 23 millones merced al programa europeo de colaboración hispanolusa Interreg, explica en sí misma la importancia que éste tiene para el resurgir del histórico edificio, que lleva cerrado nada menos que desde comienzos de los años 90. El Ayuntamiento lleva cuatro años ejecutando algunas obras de consolidación y de reforma de sus fachadas y de los tejados y linternas, que estaban plagadas de desperfectos y causaban numerosas filtraciones, pero la obra esencial está aún por hacer.
Altadis: años sin acuerdo
Otros edificios de referencia en Sevilla capital no son estrictamente competencia del Ayuntamiento, pero el papel de éste es fundamental. Ocurre con la fábrica de tabacos de Altadis en Los Remedios , instalación cerrada desde diciembre del año 2007 y único «vestigio» de esta compañía en toda España que aún no se ha reconvertido. El camino se va despejando poco a poco, pero los años han ido cayendo encima. La empresa está trabajando la propuesta que presentará al gobierno local para que se pueda iniciar la tramitación del PGOU, algo en lo que deben transcurrir unos tres años. Tres más, sí. Además de la pasarela sobre la lámina del río para revitalizar esta parte de la ribera, el plan incluye mantener todo el conjunto sin nuevas edificaciones, dando protagonismo al edificio principal (el Cubo), que tendrá usos terciarios y será propiedad de la empresa. La posibilidad de que sea un hotel se mantiene ahí. El resto de los inmuebles serán equipamiento público, así como los jardines, que estarán abiertos permitiendo el libre tránsito. Un parking completará el complejo.
Atarazanas: pacto tras años de disputa
Por su lado, para las Reales Atarazanas , y aunque nada pueda elevarse ya a definitivo, parece que hay acuerdo entre la Consejería de Cultura y la asociación proteccionista Adepa, que alegó en contra de proyectos anteriores que acabaron bloqueados e incluso en los tribunales, en torno a la rehabilitación del edificio, pues se han incluido la mayor parte de las demandas de los conservacionistas. Estas partes implicadas en el proyecto llevan años pleiteando por la falta de consenso, ya que Adepa —que por sentencia judicial forma parte de la mesa— rechazaba los proyectos que ha ido presentando a lo largo de estos años el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra. El punto de encuentro parece haberse logrado días después de que la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, garantizara que la obra se iba a llevar a cabo ya que la Junta completará la inversión. La adaptación de las Atarazanas como espacio cultural tendrá un coste de 16 millones de euros, de los que 10,8 los pondrá la Fundación la Caixa y el resto la Administración autonómica. Se descarta que la cuantía alcance los 18 millones, como se llegó a plantear poniendo de nuevo en un brete el futuro de los antiguos astilleros, que es propiedad de la Junta desde 1993 pero cedidos en 2009 a la entidad financiera catalana por 75 años para explotar el teórico centro cultural. Fracasado el CaixaFórum, que acabó finalmente en la Cartuja, se optó por una recuperación menos ambiciosa y más conservadora, pero la única realidad hasta ahora es que el monumento permanece cerrado, sin uso y con un aspecto decrépito a los ojos del viandante.
De San Jerónimo al Arqueológico
Son muchos los casos de edificios emblemáticos de Sevilla capital que vienen sufriendo un abandono endémico a pesar de que se encuentran en lugares de relevancia o que sobre ellos existe ya un proyecto de rehabilitación, que finalmente siempre se demora. Es el caso de las Naves de la Renfe de San Jerónimo, donde la reforma para levantar un centro de emprendimiento se ha vuelto a adjudicar hace días tras otros dos intentos fallidos y muchos años de deterioro. Cerca, el monasterio de San Jerónimo también espera fondos para su remozado, como ocurre con el convento de San Agustín, ya en el centro de la ciudad, donde se ha promovido la constrrucción de un hotel que se lleva demorando años. El propio Museo Arqueológico, por poner otro ejemplo, lleva varios lustros a la espera de su costosa reforma y cerrado desde el mes de enero.
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