EN SAN JERÓNIMO

Juzgan a uno de los ladrones del robo en un bar porque el otro huyó a nado por el Guadalquivir

El individuo pillado por los agentes intentó zafarse de éstos dando un martillazo a uno de ellos en la mano

El río Guadalquivir a su paso por el barrio de San Jerónimo ABC

Jesús Díaz

El Juzgado de la Penal número uno de Sevilla ha juzgado y condenado a I.G.L., de 50 años, por robar en la madrugada del 12 de enero de 2015 en el bar «Caferroviario» de la calle Cantina del barrio de San Jerónimo . Aquella noche este individuo no actuó solo, aunque su compañero delictivo logró escapar mientras los agentes los perseguían. Lo hizo a nado por el río Guadalquivir hacia la orilla del parque del Alamillo , lo que ha motivado que no haya podido ser puesto a disposición judicial.

Los dos ladrones, con una linterna y un martillo de grandes dimensiones, acudieron en la madrugada del 12 de enero de hace cinco años con la clara intención de asaltar el bar y hacerse con el máximo botín posible. Para entrar en el local, forzaron la persiana metálica de una ventana.

Una vez dentro del bar, se hicieron con el cajetín de la caja registradora, en el que sólo había 81,83 euros en metálico. Eso fue lo que se llevaron. Si bien, el daño causado en el establecimiento por estos dos delincuentes ascendía a 453 euros.

Cuando salían ambos del bar fueron sorprendidos por agentes de la Policía Nacional . Intentaron escapar a la carrera, pero uno de ellos, en este caso I.G.L., quien llevaba consigo el martillo, cayó en manos de los agentes. La respuesta del ladrón para zafarse de la Policía no se hizo esperar.

Le propinó un fuerte martillazo al agente en la mano derecha , provocándole una fractura. Aunque este ataque no le valió para escaparse y, finalmente, fue reducido por los policías. Mientras todo esto ocurría, el otro delincuente sí logro huir, tirando el cajetín con todo el dinero. Se dirigió hacia el río Guadalquivir, tirándose al agua y nadando hasta la otra orilla , en el parque del Alamillo.

Tres años de retraso en la causa

En el juicio, celebrado el pasado mes de noviembre, el acusado reconoció todos los hechos , aunque esto no ha sido estimado por el magistrado como atenuante de confesión. Antes, en fase de investigación policial e instrucción, siempre se acogió a su derecho a no declarar .

Por contra, sí tiene en cuenta la atenuante de dilaciones indebidas . Esta causa estuvo completamente paralizada casi tres años , desde que en noviembre de 2015 fue enviada a reparto hasta que en octubre de 2018 se dictó auto de admisión de pruebas. Según el juez, es una paralización «excesiva» en la tramitación procesal.

I.G.L. es un viejo conocido de los agentes policiales . Sobre sus espaldas, según informó en su momento el Cuerpo Nacional de Policía, lleva 20 condenas y más de 40 detenciones anteriores .

Para el juez, los hechos probados constituyen un delito de robo con fuerza en las cosas en grado de tentativa , un delito de atentado contra la autoridad utilizando un medio peligroso, el martillo. Y, por último, un delito de lesiones .

Un año, once meses y quince días de cárcel es la pena impuesta a I.G.L., así como el pago de una indemnización de 3.554 euros al agente lesionado , y 500 euros a la dueña del bar, cuyos intereses procesales han sido defendido por el letrado Ángel Bordas.

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