Tribunales
A juicio por inducir al suicidio a su exmujer obligándole a tomar diez pastillas
La Fiscalía pide once meses de prisión y tres años sin acercarse a la víctima para este hombre, que será juzgada la próxima semana en la Audiencia
El próximo martes la Audiencia Provincial va a sentar en el banquillo de los acusados a un vecino de Sevilla de 36 años por, entre otro hechos, inducir a su exmujer , con la que tiene un hijo en común, al suicido, obligándola a tomar diez pastillas de composición desconocida.
Pero esto no fue lo único por lo que tuvo que pasar la mujer el 5 de julio de 2016 en el piso en el que vivía con quien entonces era su pareja, J.D.C.G. El acusado y la víctima mantuvieron una relación durante un año sin llegar a convivir juntos.
Pero esto se rompió y la pareja cesó la relación hace seis años, la misma edad que tiene el hijo de ambos. Cuando el acusado salió de la cárcel , por razones que se desconocen, en mayo de 2016 retomaron la convivencia en un piso del barrio de la Candelaria de la capital .
Sobre las dos de la tarde del citado día, ambos jóvenes comenzaron a discutir. De las palabras, él pasó a las manos . «Le golpeó por todos lados, le cogió del pelo, la zarandeó, le empujó contra un mueble y la pared, cogió un cuchillo e intentó agredirla con el», según relata la Fiscalía de Sevilla en su escrito de calificación provisional.
La agresión no cesó ahí. «Le agredió con el mango del cuchillo y le propinó dos bofetadas con la mano abierta, cayendo la mujer al suelo. La cogió del pelo y la arrastró hasta el sofá , donde ya paró».
Medida de alejamiento provisional
Después, cuando llegó a la casa su hijo, se trasladaron al dormitorio y allí le obligó a tomar diez pastillas para inducirla al suicidio. Las consecuencias de esta brutal paliza fueron hematomas por todo el cuerpo.
Siete días después, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número tres de Sevilla impuso al varón una medida de alejamiento y la prohibición de comunicarse con la víctima. Ahora, el acusado se enfrenta a once meses de prisión por un delito de maltrato y a tres años de prohibición de comunicarse y acercarse a la víctima.
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