SENTENCIA
La juez absuelve a los porteros de Puerto de Cuba de las lesiones faciales que sufrió un médico de 62 años
Angel Manuel Botello Cruz estuvo cuatro días en el hospital y tardó cuarenta días en curarse de traumatismos en la cara tras un incidente ocurrido en 2013 en esa terraza de verano
La juez Judith Saiz Soria , titular en función de refuerzo del Juzgado de lo Penal nº 11 de Sevilla, ha absuelto a Eduardo Moreno Cortés, portero de Puerto de Cuba , del delito de lesiones del que le acusaba un médico sevillano de 62 años, Ángel Botello Cruz.
La sentencia archiva la causa abierta en el verano de 2013 por un incidente ocurrido durante la madrugada del 4 de agosto de ese año en la conocida terraza de verano situada en la calle Betis del que el facultativo salió en dirección a un hospital Virgen del Rocío, donde permaneció cuatro días con distintos traumatismos faciales de los que tardó cuarenta días en curarse.
Según el facultativo, el portero le empujó fuera del local, tras un rifirafe con una camarera «cuando le pedí que lavara una copa sucia que había servido a una amiga», y cayó al suelo produciéndose fracturas maxilares y una catarata por contusión en el ojo izquierdo, pero la resolución judicial afirma que «no ha queado acreditado si dichas lesiones fueron producidas al ser empujado al suelo por el acusado, o al tropezar con las vallas existentes a la salida del local y caer al suelo».
La juez asegura en su sentencia que «nos encontramos con versiones contradictorias en cuanto a la sucesión de hechos sin que la declaración de la víctima por sí sola pueda servir como prueba de cargo ya que su declaración en cuanto a ciertos aspectos relevantes de lo sucedido la noche de los hechos ha quedado desvirtuada y en entredicho por declaraciones imparciales».
La resolución alude en concreto a tres testigos que manifestaron que el médico de 62 años «tropezó con una de las vallas cercanas a la puerta del local y como consecuencia del tropiezo cayó al suelo». Otros dos testigos, sin embargo, afirmaron que «dos hombres, seguramente porteros del local, sacaron al Sr Botello del local y lo empujaron y que por ello cayó al suelo».
Hermano del encargado
La juez concede la misma credibilidad a esos dos grupos de testigos, de los que destaca que «no tienen interés alguno en el pleito ni amistad o enemistad con ninguna de las partes», lo cual le lleva a afirmar que exiten «versiones contradictorias». Sin embargo, uno de los tres testigos que avalaron la tesis del portero de que la caída fue accidental era hermano del entonces encargado de Puerto de Cuba, «lo que podría ofrecer alguna duda de parcialidad», según recoge la propia sentencia.
Otro testigo cuya imparcialidad no cuestiona la juez afirmó durante el juicio que «la actuación del Sr Botello fue agresiva y violenta » y que la actuación de los porteros fue «de apaciguamiento», lo que viene a avalar, según la jueza, «la versión que de los hechos da el propio acusado afirmando que intentó una y otra vez calmar al Sr Botello e invitarle a marcharse del local ». Dos testigos afirmaron que el médico se encontraba «vociferando y en aparente estado de embriaguez y que observó perfectamente cómo tropezaba con la valla y caía al suelo sin que nadie lo empujara».
Según el informe forense, « es imposible establecer con rigor pericial si las lesiones se deben a una caída accidental o provocadas por una caída de forma intencional»
Angel Manuel Botello Cruz , que hoy tiene 65 años, aseguró a ABC a las pocas semanas de su salida del hospital no entender «la violencia de unos chicos de veintipocos años que eran como unos toros enfurecidos». Y añadía: «Yo m ido 1,70 y peso 68 kilos y ellos debían pesar 90 kilos y medir 1,85 o 1,90».
