CIudad de la Justicia
Los jueces no quieren alejarse del centro de Sevilla
La distancia de Palmas Altas y la escasez de transporte provoca el rechazo de gran parte de la judicatura
Mientras la Junta de Andalucía estudia el proyecto de viabilidad del gobierno de Susana Díaz para ubicar la Ciudad de la Justicia en Palmas Altas , la judicatura parece reacia a moverse del centro. Actualmente los tribunales se ubican en el Prado (donde están la Audiencia y los juzgados de instrucción), en Viapol, Noga y Buhaira.
ABC ha pedido la opinión a jueces, letrados de la administración de justicia (secretarios) y abogados. Y casi todos se muestran reacios a moverse del eje del Prado de San Sebastián. Sobre todo los que trabajan en órganos unipersonales , que son los que se marcharían a Palmas Altas. Aunque todos coinciden en que las instalaciones actuales necesitan algo más que una reforma, la distancia de Palmas Altas es el principal argumento para moverse de la ubicación actual que a muchos les permite ir andando al trabajo.
Álvaro Martín, juez de instrucción, admite que los edificios de Palmas Altas «parecen buenos y modernos» pero, si no se refuerzan los medios de transporte hasta la zona va a haber un problema». Martín, cuyo despacho está en el Prado, admite que esos edificios son «anticuados» y necesitan «una remoción». Cuando se le pregunta por una ubicación alternativa, se inclina por ninguna pero recuerda que hay que pensar en la ciudadanía, que es la que tiene que acceder con facilidad.
Joaquín Yust, juez de lo penal que trabaja en Noga, cree que es «un gasto mastodóntico» al que no le ve sentido cuando hay otras carencias. No cree lógica una inversión así, «cuando no hay ni papel higiénico en el Noga, o los negociados de funcionarios están vacantes meses» por falta de presupuesto . Para Yust es ilógica una inversión así «cuando en Sanlúcar la Mayor consideran que un juzgado es una caracola o deben apuntalar techos en Marchena». No le ve sentido «cuando no tienen un duro».
Francisco Berjano, juez de Primera Instancia con despacho en Viapol, recuerda que un juzgado que es un servicio público «debe estar lo más cerca posible de la sociedad» y que el ejercicio de la Justicia «debe ser cómodo para los que la necesiten». Palmas Altas lo ve «bastante apartado» y con un «déficit» de medios de transporte. Lo califica como «inviable» ya que tendría «un coste de acercamiento». Por ello, con independencia de que «sea más barato», Berjano es partidario de utilizar otros terrenos del entorno de Prado para construir. «Zonas céntricas y a mano para los ciudadanos».
A Reyes Vila, juez de Primera Instancia encargada de cláusulas suelos y que trabaja en Viapol, Palmas Altas le parece «fatal» porque están mal comunicado y «muy a trasmano» . «Condenará a los profesionales a utilizar el transporte privado porque no hay público», dice. «Vamos al trabajo, pero a los ciudadanos les pilla fatal», explica recordando que, el órgano que dirige afecta a ciudadanos de la provincia. Pide «un espacio bien conectado».
Otras ubicaciones
Antonio Piñero, letrado de la administración de Justicia en el Prado también lo ve «un poco lejos». Pide conocer otras ubicaciones y reconoce que Palmas Altas tiene infraestructuras aunque está «un poco lejos», lo que los obligaría a adecuar los medios de transporte. Piñero no se cierra en banda a un traslado. «Estoy abierto a otras opciones, debe estar ubicada en un sitio amplio con facilidad de acceso», dice admitiendo que el Prado «habría que rehacerlo de arriba a abajo» y apuesta por un sitio «más abierto».
Conrado Gallardo, juez de sección V de la Audiencia que trabaja en el Prado, considera «nefasta» la idea de Palmas Altas. Gallardo se pregunta «porqué no se llevan el Ayuntamiento o la Junta», y qué se esconde tras esa operación. A Francisco Gutiérrez, magistrado de la sección IV tampoco le afectaría el cambio pero tampoco le gusta. Le parece «un despropósito» ya que habrá mas coches circulando de los que ahora van andando. Oscar Cisneros, decano electo de los abogados, dice que llevan «años con promesas». Cisneros, que comparte la opinión de José Joaquín Gallardo, cuestiona que haya voluntad de hacerla.
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