El Rincón De...

«A Juan de Zurbarán no lo conoce nadie en Sevilla pese a ser un excepcional pintor»

Entrevista a Bárbara Rosillo Fairén

Bárbara Rosillo ABC

Félix Machuca

Doctora en Historia del Arte, acaba de toparse en el Archivo de Protocolos con la carta de dote a favor de Juan de Zurbarán, hijo de Francisco de Zurbarán, uno de los mejores bodegonistas de nuestra historia.

La dote la aporta el padre de la novia, Jorge de Cuadros, de 50.000 reales era una cifra considerable.

Juan de Zurbarán contrajo matrimonio con Mariana de Cuadros en la parroquia de Santa Cruz en agosto de 1641. Y realmente es una cifra bastante alta. Basta compararla con la que aportó la mujer de Murillo, dos mil ducados.

Una dote que se reparte en efectivo y en trajes, mobiliario y joyas. ¿Me destaca alguna por su suntuosidad y valor?

La dote está compuesta de varias partidas: plata labrada, joyas de oro, vestidos y menaje de casa más tres mil reales en efectivo. Yo destacaría la cama matrimonial. El vestido más caro de la dote alcanzaba un precio de dos mil reales. Era un vestido de raso.

¿Don Jorge de Cuadros era noble, un alto funcionario o un mercader indiano podrido de dinero?

Un alto funcionario, procurador de la Real Audiencia.

¿Aceptaría un noble de la época que su hija se casara con un artesano como Juan de Zurbarán?

El oficio de pintor no daba prestigio per se, pero sí podía servir de un camino de buena dinámica económica como le pasó a su padre y a Bartolomé Esteban Murillo.

Hablemos de Juan de Zurbarán. ¿Qué clase de pintor era?

Uno de los mejores bodegonistas de nuestra historia. Fue hijo de Francisco de Zurbarán y de su primera mujer. Zurbarán padre estuvo casado tres veces. Juan de Zurbarán falleció con 29 años víctima de la epidemia de peste de 1649. En Sevilla es un perfecto desconocido.

Debió de estar muy solicitado porque era sublime manejando los pinceles y haciendo bodegones. ¿En su matrimonio pudieron unirse el dinero que necesita prestigiarse con un marido que es un reconocido artista?

Es probable, porque la madre del artista era de familia hidalga y aparece en la carta de dote como Don Juan de Zurbarán. En este caso, el prestigio también lo aporta la sangre del artista.

¿Don Juan de Zurbarán tuvo los tics suntuarios de las élites?

Rotundamente sí. Frecuentó una academia de baile y compuso un soneto en honor a Juan de Esquivel, autor de 'Los discursos sobre el arte del danzado', publicado en Sevilla en 1643.

«Zurbarán padre estuvo casado tres veces. Juan de Zurbarán falleció con 29 años víctima de la peste en 1649»

Que se sepa hay tres bodegones firmados de Juan de Zurbarán: en el Prado, en la National Gallery y en el museo de Kiev, en Ucrania. ¿Sabemos si este último sigue allí o Putin se lo ha llevado para el Hermitage?

Su temprana muerte truncó su carrera y la producción fue muy limitada. Firmadas hay estas tres obras. Una de ellas está en el museo Khanenko, de Kiev, pero se le atribuyen no más de veinte obras.

¿Qué particularidad tiene el cuadro de Kiev?

Es una de las representaciones más tempranas de un servicio de chocolate, la bebida más popular de aquella España. El chocolate tal y como hoy lo conocemos se lo debemos a los monjes cistercienses del monasterio de Piedra, que le añadieron azúcar, canela y vainilla en 1534.

En Sevilla también hemos vivido el vértigo de que algunos de los cuadros de Murillo de la Fundación Focus salieran de la ciudad. Parece que esa posibilidad no es descartable pero sí algo menor tras lo que dijo Iceta…

Esperemos que no se repita la historia y se queden en su casa.

En la colección de Focus existe un cuadro titulado 'Vista de Sevilla' de 1660, donde se aprecia cómo vestían los sevillanos de entonces. ¿Vestiría Juan de Zurbarán y su mujer como se aprecia en el cuadro citado?

Sí. A mí me llama la atención cómo las señoras llevaban manto y guardainfantes, un ahuecador de faldas que les daba un vuelo impresionante. Recuerde los vestidos de las Meninas.

¿Las fiestas de toros y cañas en la Plaza de San Francisco eran como hoy la Maestranza, una pasarela de la moda y de las élites sociales y económicas?

Efectivamente. Era una hoguera de vanidades. Los nobles vestían lujosamente y era muy cuidada la presentación de su cortejo. Se trataba de exhibir no solo su estatus, también las virtudes de un caballero: temple, valentía, serenidad, arrojo. Recuerde que eran los que se enfrentaban al toro. Y le apunto que el lujo de entonces no es comparable al de ahora.

Usted ha creído ver en el traje del torero la herencia estética del vestuario lujoso de la época, al que Paquiro le da solución. ¿Me lo explica?

El vestido de torear que conformó Paquiro es el traje de un héroe del pueblo que ya se podía permitir vestir con el lujo de las élites.

¿Qué pervive hoy de aquel tiempo en una plaza de toros?

Los alguacilillos y la gregoriana del picador…

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