ENTREVISTA

Juan Gil, de la Real Academia Española: «En la lengua no importa el sexo. No se puede manipular la lengua»

Este latinista es especialista en historias y mitos de los viajes de ultramar, del mundo oriental y de minorías y marginados de la Historia

Juan Gil Rocío Ruz

Eva Díaz-Pérez

En las investigaciones de Juan Gil, latinista y miembro de la Real Academia Española, llama la atención la cantidad de libros dedicados a las minorías históricas. Está su monumental estudio «Los conversos y la Inquisición sevillana» o el que dedicó al latín de los mozárabes. Confiesa que esta curiosidad puede deberse a una trágica circunstancia biográfica:su padre, que fue un prestigioso entomólogo, fue represaliado tras la guerra. El académico que ocupa el sillón de Delibes asegura que instintivamente lo que le interesa no es lo que dice la mayoría sino lo que dice la minoría. Muy volcado en la divulgación del saber, ha publicado en los últimos años libros destinados al gran público como «300 historias de palabras» y «La ocasión la pintan calva» sobre el origen de refranes y dichos españoles.

—Ahora la Academia está en el ojo del huracán. Ahí está la carta de la vicepresidenta Carmen Calvo consultando a la RAE sobre el lenguaje inclusivo en la Constitución. ¿Ve con recelo esa iniciativa?

—Yo no creo que ella intente dar unas pautas. Creo, de hecho, que en principio no estaría mal. Aunque habría que recordar que en la Constitución colaboraron ilustres académicos, entre ellos Cela y Julián Marías. No estuvieron como pasmarotes en las sesiones sino que participaron activamente en la redacción.

—Pero cuando se redacta la Constitución no existía el lenguaje inclusivo que es ahora el debate:visibilizar a la mujer en el texto.

—La verdad es que no veo que se puedan cambiar grandes cosas…

—¿Qué opina de la tendencia a evitar el uso genérico del masculino?

—Pues que los políticos lo dicen mal, porque dicen españoles y españolas. Deben decir españolas y españoles, porque en españolas no están comprendidos los españoles y en los españoles están incluidas las españolas. Hay que empezar con el término exclusivo, que es españolas. Y después, si quieren marcar que hay dos géneros, decir española y español. Es como con señoras y señores. Estaría bien si lo dijeran una vez, pero luego continuar de forma normal, como marca el lenguaje.

—No repetir la fórmula que va contra la economía del lenguaje...

—Si se dice al principio, no está mal. O en un discurso a la nación si quiere uno hablar de españolas y españoles. Que se diga al comienzo y luego que se olviden. Pero si están machacando con esto, atentan en efecto contra la economía del lenguaje.

—El asunto del lenguaje ha provocado la ira de uno de sus compañeros, el académico Pérez Reverte.

—Pérez Reverte es muy exagerado. Necesita tener un enemigo y si no lo tiene, no existe Pérez Reverte. Ahora el enemigo parece la Academia: «Si no hace lo que yo quiero, me voy…». Estoy convencido de que no llegará a irse porque tampoco la Academia va a decir tonterías.

—Hay quien acusa a la RAE de institución machista. ¿Qué piensa?

—En la lengua no importa el sexo. No se puede manipular la lengua. Le pasó a un lingüista muy ilustre de la academia rusa en plena revolución. El hombre quiso llevar la revolución también al lenguaje, pero Stalin lo paró diciendo que el lenguaje no se tocaba. Era un dictador, pero en eso fue muy sensato.

Juan Gil, de la Real Academia Española: «En la lengua no importa el sexo. No se puede manipular la lengua»

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación