Tribunales
Un joven que quedó en coma tras ser atropellado lleva más de dos años esperando juicio
Los padres, que ya no pueden pagar el tratamiento, denuncian numerosas irregularidades en el procedimiento
Adrián fue atropellado en julio de 2015 cuando tenía 25 años y acababa de terminar su carrera de Ciencias del Deporte. La noche que celebraba con sus amigos en Conil que había conseguido su primer trabajo, un conductor se cruzó en su camino y lo dejó en coma y tirado en medio del paseo marítimo de esa localidad gaditana. El conductor, que en un principio se dio a la fuga aunque horas después se personó en la comisaría, sigue libre aunque con el permiso de conducir retirado . Aún no hay fecha de juicio a la vista de un procedimiento lleno de irregularidades.
Después de un tiempo en coma, ahora se mueve con ayuda y pronuncia algunas frases cortas. «Se le traba la lengua y habla como un niño de dos años» , según los padres. Sigue sufriendo unas enormes secuelas que le obligan a someterse a un tratamiento de rehabilitación y acudir a un gimnasio donde un entrenador personal le ayuda en su recuperación. Son daños que no le permitirán trabajar, y mucho menos ejercer como profesor de gimnnasia, su profesión. Todo el tratamiento que recibe se lo están dando en una clínica privada que sus padres no pueden pagar y que hace unos meses ha dejado de sufragarles la compañía aseguradora.
En la mañana de este jueves los padres de Adrián, Antonio Vázquez y Pilar Dosantos, y el abogado Luis Romero, que ejerce la acusación particular en nombre de la familia, han comparecido en rueda de prensa para pedir que se agilice el procedimiento y que el juzgado de por concluidas las diligencias después de dos años y medio y se celebre cuanto antes el juicio. Los padres han asegurado además que el tratamiento que recibe su hijo y para el que han tenido que trasladarse de Lebrija a Sevilla les supone un coste mensual de 5.000 euros que no pueden pagar .
El abogado Romero ha denunciado que se produjo un cúmulo de irregularidades durante el procedimiento judicial . En primer lugar, el hecho de que al conductor no se le sometiera a la prueba del alcohol ni drogas, algo que sí se hizo con la víctima pese a que estaba muy grave. En segundo lugar, que la Policía local llevase el procedimiento al juzgado de paz de Conil en lugar de trasladarlo a un juzgado de instrucción de Chiclana. Tampoco se tomó declaración a los testigos del accidente. Y cuando Luis Romero asumió el caso que antes estaba en manos de otro letrado, tardaron varios meses en darle traslado del atestado.
Todo ello además de que el autor del atropello sigue aun en libertad pese a que esta siendo investigado por tres delitos muy graves. Concretamente los cargos que pesan sobre él son delito de lesiones por imprudencia grave en concurso con un delito contra la seguridad vial de conducción temeraria y omisión del deber de socorro.
Unas circunstancias que tanto los padres como el letrado achacan a una supuesta relación de amistad del padre del autor del atropello con el jefe de la Policía local de Conil al que acusan de haber dejado el caso en un juzgado de paz «en manos de un juez lego para que se quedara en los cajones».
Queremos comunicar el sentir de la familia para que no se olvide este accidente», ha dicho el abogado Luis Romero insistiendo en que no es normal que un proceso como este dure tanto y más tratándose de un procedimiento abreviado que, a su juicio, debería estar listo en dos meses. Los padres aseguran también estar en una situación de «desamparo» ya que se les están agotando los recursos económicos. Se trata, en suma, de un caso lleno de irregularidades para el que el abogado Luis Romero tiene la intención de solicitar penas que suman siete años de prisión. «Queremos que el juicio se celebre cuanto antes» , han recalcado los padres de este joven al que un conductor le destrozó la vida a los 25 años.
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