El rincón de...

José Miguel Marín Pelegrín: «El precio del cabrito llegó a no tener cotización, como el petróleo Brent»

Gestiona mil quinientas hectáreas donde cohabitan el olivo, el ganado caprino, el vacuno, la oca y el toro de lidia. La pandemia que ha parado el mundo también ha arrinconado las expectativas de muchos agricultores y ganaderos

José Miguel Marín Pelegrín en la finca Dehesas Frías ABC

Félix Machuca

Licenciado en Económicas y Empresariales, ha dirigido hoteles, empresas vinculadas a la aeronáutica y estaciones de autobuses. Un buen día, hace ya quince años, lo llamaron de la finca Dehesas Frías, ubicada entre Constantina y Lora, para que gestionara e impulsara un nuevo proyecto.

Hoy la finca es un referente del mundo agrícola, ganadero y turístico. Habla con tristeza del momento crítico que atraviesan las ganaderías bravas y califica la situación como la peor que ese tipo de ganado ha vivido. Le gusta practicar el ciclismo en familia y tiene el rincón preferido de la ciudad en la trasera del mercado de la calle Feria, donde le gusta disfrutar del pescado frito.

Antes de entrar en faena, permítame que le felicite por su compromiso: sus tractores también han servido para desinfectar las calles de Constantina...

Los míos y los de la inmensa mayoría de los agricultores andaluces, tanto de la campiña como de la sierra, así que yo lo único que he hecho es lo que se debía de hacer.

¿De quién fue la idea?

En mi caso, en Constantina, reflejamos lo que ya se venía haciendo en otros pueblos de la provincia. Y tanta espontaneidad y colaboración ha sido un consuelo en mitad de tanta adversidad. Quiero subrayar que los agricultores cuentan con medios muy diversos para desinfectar y colaborar con los Ayuntamientos.

Es curiosa la sensibilidad colaborativa que tiene el andaluz. En casi todos los pueblos hemos visto actos solidarios hacia la comunidad.

Lo respondo muy fácil: una crisis saca lo mejor y lo peor de cada uno. En este caso, lo mejor.

Hablando de compromiso. ¿Cuál es el que necesita el agricultor y ganadero andaluz en estos momentos tan críticos?

El agricultor necesita mercado y precio para sus productos. Pero también la parte pública debe tener en cuenta la situación crítica y flexibilizar la gestión de las ayudas.

Es curioso: la crisis sanitaria ha percutido sobre muchos productos agrarios, pero a otros los ha beneficiado.

Inicialmente, en los días de acumulación de alimentos en casa, los tubérculos (patatas, batatas, zanahorias) y las frutas se demandaron y acumularon por encima de lo habitual. Después tendieron a regularse.

En cuestión de carnes quiero pensar que el cierre hostelero y hostelero ha debido de ser impactante para el sector.

El mercado del cordero y el cabrito, en un setenta por ciento va para la hostelería. Y el bovino más de un treinta por ciento, también. El impacto ha sido importante.

Se ha dado el caso en muchos ganaderos de vender sus lotes de bovinos a precios muy a la baja.

El precio se ha desplomado, eso es cierto. En el caso del cordero se ha depreciado un cincuenta por ciento. Y en el del cabrito hay momentos que no tuvo cotización. Le pasó lo mismo que al petróleo Brent.

¿Ese stock de carne es cuantificable en estos momentos?

Yo no lo sé cuantificar. Lo que sí le puedo asegurar es que se está vendiendo a pérdida.

Resulta evidente que cuando se abran fronteras y se normalice el mercado tendrá salida, pero con una elevada competencia.

Habrá una sobreoferta de toda la carne acumulada más la que se le una de nueva producción. A corto plazo el sector va a seguir padeciendo y se alargará su crisis hasta el próximo año.

¿La carne de caza también se ha visto afectada?

Somos los primeros productores de caza del mundo y más del setenta y cinco por ciento de esa carne se exporta. Con todas las fronteras cerradas y los mercados temblando, hay muchas industrias cárnicas que han congelado la carne.

En la Andalucía rural, con cerca de un millón de parados más en la comunidad, ¿la mano de obra autóctona volverá?

El campo siempre ha sido históricamente un refugio. Pero también es verdad que hay ciertos trabajos agrícolas que hoy no lo quieren hacer los españoles. Es muy contradictorio tener cerca de un millón de parados y que hoy no se encuentren cien mil trabajadores para las recolecciones.

Dicen que todas las crisis son también puertas a nuevas oportunidades. ¿Cuál será la del campo?

Llueve sobre mojado. No se nos puede olvidar que justo antes de la crisis del Covid-19 el campo estaba movilizado en demanda de mejores precios. Seguiremos buscando mercados y precios nuevos.

Mientras haya ministras que abran puertas hablando de esclavitud…

Refleja desconocimiento. El trabajo en el campo andaluz se rige por convenios colectivos que se respetan por ambas partes. Ojalá la relación entre sindicatos y patronal en todos los sectores fuera como en el campo andaluz.

De toros bravos mejor no hablamos, ¿verdad?

Ahora mismo el campo bravo está en un grave riesgo y no somos conscientes lo que esto puede suponer a la hora de la sostenibilidad de la dehesa. Se están sacrificando muchas reses de lidia. Un toro de lidia te cuesta cuatro mil euros producirlo. Y se están vendiendo por quinientos.

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