Reloj de arena
José María Pachón: los buenos consejos
Nunca sabré bien si somos los errores que cometimos o los consejos acertados que nos dieron

Quizás uno es la suma de ambas circunstancias más la mucha o poca suerte que te encuentres por las calles de tu vida. El caso es que José María Pachón , mánager musical de jerarquía, quiso ser como su hermano, baterista de los años ... seminales del rock hispalense, pero en una actuación en Yanduri , tocando con Manolo Tabernero , Alberto Toribio y al saxo Javier García Pelayo , le dijeron que mejor que músico se metiera a manager.
Y Pachón se tomó el consejo como uno de los diez mandamientos que debía seguir en la vida. Aquel concierto de Yanduri, por cierto, fue una señal bonancible para su futura carrera: recaudaron 125 pesetas de la época. Una 'pastora imperio' para aquellos conciertos en absoluto multitudinarios.
Pachón era un tipo desenfadado, ajeno a la etiqueta y al estilismo rancio de la Sevilla eterna. En cierta ocasión, con Imán en el escenario, apareció por el backstage con sus pelos a los Frank Zappa , el bigotes a lo Pancho Villa y una chilaba de bebedor de te de un cafetín de Tánger. En la mano llevaba una bandera andaluza con la media luna. Creo que fue Eduardo Rodríguez Rodway quien, al verlo, se echó las manos a la cabeza como si hubiera visto a un enviado de Gengis Khan . Lo calmaron y, al año siguiente, era mánager de Triana y Rodway lo bautizó como el sobrino.
Pachón casi le rompe la cabeza, por ayudarlo, a Agustin Pantoja ; comprobó en persona lo que mandaba la tata de Miguel Bosé en el entorno del artista; tiene guardadas algunas de las barbaridades ibéricas que le gritaban a Agatha Lys en las actuaciones que le organizó; José Manuel Soto le imputaba su declarada pasión por los notarios; con Rafael González Serna tiene una escena del balcón valorada en un millón de pesetas, el que cobró el gran pregonero de Sevilla tras una actuación de fin de año en Salamanca. Y con Radio Futura sabía que el camerino debía estar provisto de mucha cerveza, pero ninguna con el águila de logotipo. Su vida ha sido y sigue siendo un compromiso con la música y los músicos. Y en la rebusca de hombres y nombres que hicieron posible el boom hispalense del rock de los setenta y ochenta siempre saldrá su nombre.
Le gestionó un par de actuaciones a Camarón . Una de ellas en un pueblo perdido de Madrid. Aquel concierto puso a prueba su sístole y su diástole. Camarón estaba en Almería y viajaba con el Tomate . Esa circunstancia abría infinidad de casuísticas para ponerse en lo peor. Pasaba el tiempo y no llegaba. Miraba el reloj. Tomaba café. Pero daba la impresión de que Camarón se había quedado dormido y se lo llevó la corriente. Para evitar el mitin presentido se fue a la estación de autobuses y coger el primero que saliera y lo alejara de aquel pueblo. A ser posible sin dejar rastro. Cuando estaba a punto de subirse al bus vio el coche de Camarón y Tomatito . Y asegura que aquella noche estuvo sublime y Pachón pudo dormir sin las pesadillas que había vivido en plena vigilia horas antes del concierto. Mejor lo pasó con Chuck Berry en el campo de fútbol de Carabanchel. Iba con Pata Negra que firmó una actuación estelar. José María siguió el concierto con suma atención porque era la primera vez que el hermano pequeño de los Amador, Cara Papa , actuaba en directo con ellos. No llevaban batería y los de Radio Futura se la dejaron. Echaron la pata adelante y pisaron fuerte y con garbo. Chuck Berry escuchaba a los gitanos al lado de Pachón y solo sabía asentir con la cabeza y decir: good, good, good… No tan bien le salió, tiempo después, un concierto en Sevilla con Aute . Pero un diluvio primaveral lo salvó del escaso fervor que el gran cantautor había levantado entre el público. Solo había vendido quinientas entradas. Pero el agua no es tan mala como aseguran los roqueros más radicales. Se suspendió el concierto y Pachón nadó feliz.
Años más tarde, también diluviando, lo trajo al Lope de Vega , que lo reventó de público. Pachón guarda de él una magnífica impresión como persona y artista. Igual le pasa con Carlos Cano, que lo recuerda tímido, huidizo, refractario a las bullas y muy retraído. El concierto que dio en la plaza de la Catedral de Cádiz le hizo saltar las lágrimas de emoción.
Pachón ha trabajado con una interminable cofradía de artistas. A vuelapluma me salen Triana, Imán, Carlos Cano, Camarón, Aute, Pata Negra, Montero y Rodríguez, Agatha Lys, Azahar, Penumbra, Revuelo, Dulce Venganza, Tononotae (primer grupo roquero femenino sevillano) Isabel Pantoja, Agustín Pantoja, Martes y Trece, Los Chanclas . Y tantos otros. Más cercanos a nuestros días el registro nos indica que trabaja con Malabriega, Black Ducados y Sweet Hole .
Fue íntimo amigo de González Serna. Con él entregaba la cuchara, se quitaba el sombrero y se ponía la medalla de la amistad. Ya les cuento que el Serna, se asomó al balcón de su casa de la cuesta del Rosario y con un millón de pesetas en las manos, le dijo: ¡¡mira, mira, lo que me he traído de Salamanca.!! Pachón hizo muy bien dejando la música para los músicos y la organización para los organizadores. Hoy trabaja para el sello editorial Gong de García Pelayo, hasta donde lo llevó su manía de seguir los buenos consejos, uno de los diez mandamientos de su vida…
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