BIENAL DE FLAMENCO 2018

José Luis Ortiz Nuevo: «Sevilla es la gran madre pero necesita un poco de humildad»

El director de la XX edición de este festival asegura tener las manos libres para decidir la programación tras la precipitada marcha de su antecesor, Cristóbal Ortega

José Luis Ortiz Nuevo, funador de la Bienal de Flamenco, que en 2018 celebrará su XX edición M. J. LÓPEZ OLMEDO

M. J. PEREIRA

José Luis Ortiz Nuevo (Archidona, Málaga, 1948) se ha hecho cargo de la dirección artística de la Bienal de Flamenco 2018 tras la precipitada salida de Cristóbal Ortega . Licenciado en Ciencias Políticas, Ortiz reclama la paternidad de la Bienal, cuya primera edición se celebró hace 38 años. Este malagueño no sólo es uno de los mayores especialistas de flamenco e investigador del ámbito jondo, sino que también es actor, director, poeta y escritor. En breve publicará «Tremendo asombro» gracias a la investigación que llevó a cabo en La Habana sobre las huellas del flamenco en los teatros y otros espacios de diversión de la capital cubana desde finales del siglo XVIII hasta el siglo XIX. José Luis es una persona tremendamente activa, que prepara también la creación de una compañía de arte flamenco con personas de entre 60 y 70 años «porque -dice- los que tenemos esa edad aún nos quedan 15 o 20 años de vida según la OMS y todavía conservamos energías, sabiduría, aire y compás». Ahora prepara la cesión al Ayuntamiento de Archidona de su biblioteca flamenca , con más de 1.000 volúmenes, revistas y documentos de investigación sobre flamenco.

-Usted participó en el expediente que se preparó para declarar el flamenco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2010. ¿Aquello fue una operación de marketing político?

-Completamente.

-¿Ha servido para algo esa declaración?

-Para nada. Esa operación, como otras que se hacen en el mundo del flamenco y la cultura, no tiene más objetivo que hacerse la foto y ponerse la medalla. No sólo no llegó más dinero al flamenco a raíz de esa declaración, sino que la letra pequeña que nadie conoce obliga a la Administración pública española y la andaluza en particular es a apoyar el flamenco.

-Si no se ofrece esa ayuda al flamenco, ¿la Unesco podría sacar al flamenco de esa lista?

-Sí, claro.

-Manuel Chaves prometió que el flamenco se enseñaría en las escuelas. ¿Cree que algún día eso será posible?

-Pues no lo sé, pero sería lo suyo. Parece que es una operación baldía, aunque es absolutamente necesario que se enseñe flamenco en las escuelas, como se enseña Juan Ramón Jiménez, Mozart, Miguel Ángel, Boccherini... Los niños andaluces tienen que saber que aquí hay un patrimonio de artistas de un valor extraordinario.

-La Junta de Andalucía no sólo se invierte para que el flamenco se enseñe en las escuelas, sino que uno de sus organismos, el Centro Andaluz del Flamenco, tuvo tres años un director fantasma que cobró 2.000 euros al mes. Parece que el flamenco es un negocio para algunos políticos.

-De mis investigaciones sobre el flamenco en la Guerra Civil, después de verificar documentos de un lado y de otro, se ve que tanto unos como otros usaban a los flamencos del mismo modo: como proletarios al servicio de la causa del Ejército Rojo o de don Francisco Franco. Al igual que entonces, ahora los flamencos son manipulados y usados por los políticos porque el flamenco se considera siempre un género menor. Pero si es aberrante que se haya aprobado en el Estatuto de Autonomía que corresponde a la Junta la competencia exclusiva en materia de conocimiento, conservación, investigación, formación, promoción y difusión del flamenco como elemento singular del patrimonio cultural andaluz. Eso evidencia que los políticos, sean quienes sean, toman al flamenco como una criatura menor y pueden permitirse esa barbaridad.

-Calixto Sánchez dijo que el problema es que la mayoría de los políticos no sabían ni «papa» de flamenco

-Ni falta que hace porque los políticos no tienen por qué saber de arquitectura o cine pero a ningún político andaluz se le ocurriría decir que la poesía o el periodismo andaluz tiene que estar bajo control del Gobierno autonómico. Cuando en 1956 se celebró el concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, se publicó Flamencología de Climent... se formuló un principio de planteamiento político y estético del poder y del flamenco que aún está en vigor. Es decir, la transición no ha pasado por el flamenco.

Tras dirigir la Bienal de Flamenco desde 1980 a 1996, Ortiz Nuevo se hará cargo de la edición de 2018 M. J. LÓPEZ OLMEDO

-Ha pedido disculpas por haber llamado a la Bienal «la Vietnam». Después de todo, tiene gracia porque la Bienal en ocasiones ha sido como una guerra.

-¿Por qué iba a pedir perdón? Yo no lo dije para referirme a conflictos ni guerras en la Bienal. Esa expresión tiene su origen en las Tres Mil Viviendas. Hace años, los gitanos de allí llamaban a la Bienal «la Vietnam» porque para ellos la palabra «bienal» no entraba en su vocabulario y terminaron llamándola «Vietnam».

-Se ha anunciado que la Bienal podría cambiar de director cada año y que usted podría seguir como comisario. ¿Es bueno cambiar de director en cada edición?

-(risas). Eso es una cosa que tiene que decidir una comisión de expertos.

-¿Pero cuál es su opinión?

-...no estoy conforme. Hay otras posibilidades. Ni tanto ni tan poco. Podría designarse un director durante el tiempo de un mandato municipal.

-Antonio Muñoz dice que interesa alejar el festival de los vaivenes políticos. ¿Ha estado la Bienal condicional políticamente?

-Como todo en la vida, indudablemente.

-Cada vez que dimiten o destituyen a un director de la Bienal surge la misma pregunta: ¿Cómo debe ser la Bienal del futuro? ¿Cómo se puede innovar?

-El problema no es innovar, sino resolver problemas que no están resueltos. Por ejemplo, la Bienal se ha llenado de estrenos que luego no han servido para nada.

-El bailaor Israel Galván planteó que se estudiara cuántas actuaciones se habían hecho con los espectáculos estrenados en la Bienal.

-Lo que habría que hacer es estudiarlo antes para ver la vida que puede tener ese espectáculo después de la Bienal. Por otra parte, la Bienal de Flamenco es muy joven aun, ha tenido destellos pero está por definir qué es y para qué sirve. Yo creo que la Bienal tiene que servir al flamenco, a Sevilla, a Andalucía y a España. Si la bienal no sirve a cualquiera de estos, no es completa. Eso supone que cuando se trabaja en una Bienal no sólo hay que averiguar lo que ha pasado después de ella, sino procurar que los estrenos tengan continuidad más allá de la Bienal. Por otra parte, Sevilla es ahora mismo una ciudad maldita en estos momentos porque lo que viene de Sevilla del centralismo.

-Pero ya se ha creado el eje Sevilla-Málaga con Civisur.

-Pues hay que hacer que ese eje sea cierto, que sea una realidad, porque yo propuse hace dos años a la Bienal y al Teatro de la Maestranza un espectáculo serio que mostrara la Málaga profunda. Ni al Maestranza ni a la Bienal les interesó y prefirieron hacer una pantomima en el Hotel Triana. Sevilla es la gran madre pero tiene que tener un poco de humildad, a veces las ciudades con esta grandeza e historia tienen el defecto de creerse merecedoras de lo que tienen y es así, pero tiene que trabajárselo todos los días. La Bienal tiene que «desevillanizarse» y «andaluzarse».

Ortiz Nuevo, licenciado en Ciencias Políticas, es investigador, actor, director, flamencólogo, escritor y poeta M. J. LÓPEZ OLMEDO

-Hay quien dice que usted tendrá las manos atadas para hacer la Bienal de 2018 porque su antecesor, Cristóbal Ortega, ya dejó atada la mayoría de la programación . ¿Se siente maniatado?

-No, en absoluto. Me siento con libertad para hacer una programación a mi gusto. De lo contrario, no estaría aquí.

-¿Y qué pasará con los contratos ya cerrados?

-Pero es que no hay nada firmado, insisto.

-¿Podría incorporarse la Factoría Cultural de las Tres Mil Viviendas, ejecutada y sin estrenar desde años, para los espectáculos de la Bienal?

-Yo creo que sería una buena solución.

-Usted tiene mucho amigos flamencos ¿No le crea eso problemas a la hora de programar la Bienal?

-No, los mayores compromisos vienen de los políticos amigos. Por ejemplo, cuando he trabajo mejor en la Bienal ha sido cuando mi jefe ha sido de un partido diferente al mío.

-El programa de la Bienal 2018 se presentará el próximo mes de enero en Fitur, algo de vital importancia teniendo en cuenta el alto porcentaje de extranjeros que van a sus espectáculos. ¿Hasta qué punto los guiris son importantes para la Bienal?

-No sólo son de vital importancia sino los hacedores de la Bienal y del flamenco.... y eso desde el principio de los tiempos. Los viajeros románticos de Londres, París, Berlín.. fueron los primeros clientes de los salones de baile de Sevilla de 1850. Una de las historias que queda por investigar es la influencia del ferrocarril en el flamenco y más concretamente dl tren «botijo», el AVE de 1860. Entonces venían de Madrid con el botijo los chorizos, los artistas, los juerguistas, las golfas, los estudiantes... Lo que permite que haya espectáculos semanales de flamenco son los viajeros que empezaron a llegar a Sevilla en ferrocarril. Hay una gacetilla que dice un colega del siglo XIX que se pregunta: ¿Qué tendrán esto de los bailes andaluces que tanto gustan a los extranjeros?. El gran salto en la Bienal se produjo en la Bienal de 1988, cuando los extranjeros descubren la Bienal y a partir de entonces los sevillanos se dan cuenta también.

-¿La XX edición de la Bienal de Flamenco tendrá en 2018 un presupuesto especial?

-No lo sé.

-El presupuesto municipal de 2018 no está aprobado aún. ¿Se puede hacer una Bienal de Flamenco sin un presupuesto firme?

-Pregúnteselo a los gestores administrativos. Yo dibujo un programa artístico y cuando corresponda, se hacen los contratos. Espero que los presupuestos estén aprobados en tiempo para hacer las cosas de forma ordenada.

El director de la Bienal de Flamenco 2018 junto al concejal delegado de Cultura, Antonio Muñoz ABC

-El presupuesto de la Bienal sale del Instituto de las Artes y las Ciencias (ICAS), que ahora el Gobierno prevé hacer desaparecer. La Bienal no existe como órgano autónomo, sólo es una marca. Hace veinte años propuso convertirla en una fundación.

-Ese es un camino pero la comisión de expertos que se constituya el mes que viene tendrá que hacer propuestas con documentos y argumentos. Esperemos que dé su dictamen lo antes posible.

-Se ha hablado de un consorcio en el que estarían las administraciones y los empresarios para ocuparse de la Bienal.

-Yo celebré que el delegado Antonio Muñoz haya dicho que los empresarios deberían estar en ese órgano.

-¿El flamenco puede ser rentable o debe recibir subvenciones?

-Si le exigimos que sea rentable hay que hacer lo mismo con la Sinfónica, la ópera, el teatro, el cine...

-Hay muchos festivales flamencos. ¿Debería haber un reglamento andaluz de festivales para dignificarlos y protegerlos.

-Mientras menos reglamentos haya, mejor. El problema es que los festivales no responden a la realidad del momento actual, del arte y de los pueblos. La mayoría de los festivales los organizan un grupo reducido de personas, que son las peñas, que se creen los amos del mambo y repiten unas fórmulas del siglo XX que ya están más que pericilitadas, no va a ninguna parte porque cantar a las seis de la mañana en un sitio vacío con siete borrachos no es saludable, es una fórmula de desprestigio y de abuso del flamenco. Son espacios no propicios al arte, sino a la bacanal, al cachondeo, a la falta de respeto al flamenco... y me parece absurdo que los políticos y los peñistas mantenga eso. Tendrían que hacerse como en Arahal o Morón, donde se hacen actuaciones y conferencias durante una semana.

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