Generación 2029

José González: Talento repatriado

Cofundador y CEO de Galgus, ha creado un wifi «vitaminado» que vuela en mil aviones por todo el mundo

Especial 90 años de ABC de Sevilla: «1929-2019. Impulso de futuro»

José González Garrido, entre cables, en la oficina-taller de Galgus en Camas Vanessa Gómez

Encarna Freire

Se habla mucho de los ingenieros que emigran a Alemania pero poco de los que regresan cargados de experiencia e ideas tras pasar por multinacionales de primer nivel con el deseo de triunfar en su tierra. José González Garrido (Pedrera, Sevilla, 36 años) hizo este camino inverso . Ingeniero de Telecomunicaciones por la Universidad de Sevilla, se fue de Erasmus a Alemania y se quedó en Hamburgo para trabajar en Airbus donde se especializó en sistemas wifi de telefonía para aviones . Su periplo prosiguió en Múnich, en una multinacional de tecnología 4G, hasta que lo ficharon como líder técnico en una startup irlandesa pionera en introducir wifi en los aviones para difundir contenidos multimedia en las pantallas adosadas a los asientos.

«Me llevé a mi socio, José Antonio Delgado Alfonso, y entre los dos, por las tardes y los fines de semana, diseñamos un prototipo que mejoraba el funcionamiento de las redes wifi en los aviones y se lo presentamos a empresas en una feria comercial. Tuvimos muy buena acogida y decidimos regresar a Sevilla. Dejamos nuestros trabajos en Irlanda y fundamos Galgus . Queríamos trabajar donde nos gustaba, donde están nuestras raíces. Además, aquí había una buena Escuela de Ingenieros y necesitábamos profesionales cualificados», explica José González.

Galgus ha creado una tecnología de wifi que tiene detrás cinco patentes, alguna aprobada en Estados Unidos. En su sede trabajan cuarenta ingenieros

Fundaron Galgus en 2013 «a pulmón», con los ahorros que habían guardado de sus ocho años de trabajo en el extranjero y los ingresos que empezaron facturar de clientes netamente internacionales ; sin ninguna ayuda pública ni privada hasta que en 2014 recibieron un premio europeo a la mejor tecnología entre 300 candidatos. Sorprende llegar a la sede de Galgus en Camas, una oficina-taller llena de cables, clavijas, equipos electrónicos y jóvenes ingenieros –cuarenta ya, algunos doctores– en un entorno muy sencillo del parque empresarial Vega del Rey . Por allí pasan clientes de Colorado, Estados Unidos, Oriente Medio o Corea del Sur. Hay dos clases de empresas, las que usan tecnología y las que la crean. Galgus es de estas últimas. Su wifi «vitaminado» –una broma para explicar que consigue más velocidad, menos interferencias y más seguridad– tiene detrás cinco patentes , una de ellas aprobada en Estados Unidos. «Creamos algoritmos, patentes, tecnología que podemos licenciar a empresas para que la usen en todo el mundo».

El negocio de Galgus es actualmente un 80% internacional . Tiene acuerdos con compañías americanas, taiwanesas, alemanas, británicas... Su tecnología denominada CHT viaja ya en casi mil aviones por todo el mundo y también en trenes, autobuses y transbordadores. Además de en el transporte, ha captado clientes en otros sectores como el hotelero y en el mercado local , su wifi está en puntos emblemáticos como Torre Sevilla o el estadio del Betis.

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