ENTREVISTA AL VICERRECTOR DE LA UCA EN MANAGUA
Jorge Alberto Huete: «En Nicaragua la crisis política es ya toda una enorme crisis humanitaria»
«Los estudiantes de la UCA han liderado la rebelión cívica contra Ortega y eso ha puesto el objetivo en nuestra universidad»
Nicaragua vive desde mayo una convulsa situación política y social. La reacción popular contra el gobierno de Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo , —liderada de inicio por estudiantes— fue respondida con brutal represión policial y de fuerzas de choque afines al gobierno. Varias organizaciones calculan que van más de 350 fallecidos, decenas de desaparecidos y cientos de encarcelados. En ese contexto, la Universidad Centroamericana (UCA) en ese país, junto a otras de la Compañía de Jesús, se posicionó desde el primer momento del lado de los estudiantes y de las demandas ciudadanas de fin de la represión, respeto a los Derechos Humanos y democratización. Una firmeza que le ocasionó ataques a sus instalaciones, la suspensión de las clases e incluso amenazas de muerte a su rector, José Alberto Idiáquez. El vicerrector, Jorge Alberto Huete Pérez, estuvo este martes en la Universidad Loyola Andalucía para tratar la cruda realidad de su nación en una mesa redonda. Antes la repasó para ABC.
Lleva varios días en España. ¿Cuál es el objetivo de todas estas charlas que está ofreciendo en Barcelona, Sevilla, Bilbao...?
Las universidades jesuitas están celebrando jornadas de solidaridad con mi pueblo y por eso venimos a denunciar la situación, una verdadera crisis humanitaria por la pérdida paulatina de derechos democráticos y la escalada de violencia y represión por parte del gobierno, que ha ido imponiendo un sistema que ya nada tiene que ver con la democracia. Es sólo una democracia formal, nominal, pero no real. El gobierno ejerce el control sobre todo e impone la fuerza y el terror incluso con una especie de cuerpo paramilitar que patrulla las calles y que nunca se había visto en nuestro país.
Esta crisis está viviéndola con particular dureza la propia Universidad Centroamericana en Managua por su papel protagonista en las revueltas sociales, ¿no es así?
Exacto. Desde hace algún tiempo, nuestra universidad es casi el único lugar del país donde se podía debatir, discutir, plantear ideas diversas... Casi el único, ya que en los doce últimos años también las universidades han estado sometidas al régimen presidencial. Así, la UCA ha sido prácticamente la única en funcionar como centro de debate en el país. Muchos de nuestros estudiantes lideraron las protestas, muy vinculadas al movimiento universitario. Por ello, nuestro centro ha sufrido directamente ataques como consecuencia de la actitud valiente de salir en defensa de la democracia, de los Derechos Humanos, de las víctimas y de la autonomía universitaria. El gobierno nos ataca y se ha dificultado mucho el trabajo.
También el Obispado de Managua ha asumido después un rol principal en esta profunda crisis.
La posición del obispo, Silvio Báez, y de la Iglesia está claramente con los derechos cívicos y con la víctimas. Sin duda. Ocurre que el propio Ortega usó a la Iglesia, que tiene mucha fuerza, para que mediara y pedir hace unos meses una mesa de negociación. Fue un engaño y en cuanto bajó la tensión por el supuesto diálogo, las fuerzas presidenciales aplastaron más a la población. Fue algo ficticio que sirvió al gobierno para ganar tiempo y aliviar el ambiente varios meses.
¿Cómo es posible que en un periodo aparentemente tan breve se haya producido un retroceso democrático tan grande? ¿En qué ha fallado el pueblo nicaragüense para que esto suceda?
La situación del país ha ido avanzando a un sistema totalitario en el que se abusa de cualquier derecho humano, pero ha sido algo progresivo, un proceso más largo de lo que parece. Los sucesos de abril y mayo fueron el detonante, pero casi cualquier cosa podía haberlo sido porque se habían acumulado muchas pérdidas graves de derechos desde hace doce años. Y la crisis política en este momento ya es toda una enorme crisis humanitaria.
¿Considera que existen opciones reales de cambio a corto o medio plazo?
Evidentemente la situación es complicada y la presidencia del país no parece tener voluntad alguna de sentarse a hablar ni atender las demandas sociales. Pero el pueblo nicaragüense no tiene dudas y la situación previa a la pasada primavera no va a volver. La gente quiere un cambio pacífico y cívico y estoy convencido de que éste va a llegar más pronto que tarde.
¿No está siendo o ha sido demasiado lenta la respuesta internacional a pesar de la dureza de la represión y el número de víctimas?
Ha tardado un poco, sí, pero se están sumando ya pronunciamientos claros desde Europa y los países occidentales reclamando apertura y que se atiendan las demandas sociales. Incluso ya se plantean sanciones no ya a las cuentas del país sino a personas concretas, lo cual será bastante más efectivo.
¿Existe un temor fundado en el pueblo nicaragüense a que esta crisis se prolongue tanto como en Venezuela, dadas las similitudes entre los dos gobiernos?
Confío en que el punto final de un régimen como el actual sea más rápido que en otros casos similares como el de Venezuela, país con el que encuentro una diferencia significativa, ya que Nicaragua no tiene las mismas riquezas. No hay petróleo ni medios económicos para sostenerse mucho tiempo en estas circunstancias, con lo que la ruina debe llegar necesariamente antes y la reacción ante esa ruina también. En Nicaragua cualquier medida económica supone mucho más que en Venezuela, aunque nunca se sabe lo que alguien puede aguantar en el poder.