Joaquín Mellado, el taxista poeta que promociona sus libros durante la carrera por las calles de Sevilla

Acaba de publicar su tercera obra en pequeño formato, la primera en prosa donde narra las vicisitudes que encontraron sus padres para sacar adelante a su familia

El taxista Joaquín Mellado con los tres libros que ha publicado Raúl Doblado

Isabel Aguilar

«¿Le gusta leer?», pregunta mirando de reojo por el retrovisor poco después de arrancar su taxi y, nada más escuchar la respuesta afirmativa que espera, saca uno de los tres libros de pequeño formato que ha editado (dos de ellos con Círculo Rojo y otro con Cultivalibros).

Se llama Joaquín Mellado y es un poeta aferrado a un volante, un nostálgico de su pasado extremeño que no ha querido renunciar a la satisfacción de plasmar sus versos en un atractivo y manejable formato. Con el fin de hacer la carrera más amable a sus clientes, deja sus libros para que estos los hojeen entre semáforo y semáforo , un hábito exento de pretensiones según confiesa, con el que solo busca compartir esa parte de sí mismo que ha exudado a través de la tinta y el papel.

La primera de sus publicaciones vio la luz en 2010, un poemario tamaño media cuartilla donde recopiló sus escritos durante años bajo el título «Nostalgias de Extremadura». Joaquín nació en Madroñera, un pequeño pueblo de Cáceres, en 1956.

Aunque no pudo ir a la escuela, entre las lecciones de su madre y después de su mujer aprendió a leer y a escribir y ya nunca faltaron los grandes clásicos de la poesía española en su mesita de noche, principalmente Bécquer y Mach ado. De ellos aprendió las leyes de la métrica y la sonora lección de las rimas y empezó a componer sus recuerdos en decenas de sonetos dedicados a Madroñera, a Extremadura y a pequeños detalles de su infancia en el campo.

El segundo libro llegó en 2018 en un formato aún más reducido que el primero y titulado «Entre Cálamos y Zamarras» , del que ha llegado a sacar más de mil ejemplares en tres ediciones distintas. En sus páginas habla de sus recuerdos, de la Virgen de Guadalupe y de su añorada tierra, que abandonó en el año 92 para venir a vivir a Sevilla.

«Teníamos a los hijos en edad de estudiar y quisimos venirnos aquí para que tuvieran más oportunidades», relata, esas que a él no le dio su infancia. «Nací entre ganado y mis padres no pudieron darme la opción de elegir» , lamenta. Este año ha sacado el que es su tercer libro, el primero en prosa, con el que rinde homenaje a la memoria de sus progenitores.

«Dos vidas y un solo destino» narra las vicisitudes que encontraron Jerónimo Mellado y María Esteban para sacar adelante a su familia, un relato duro y no exento de tragedia que tiene connotaciones semejantes a las desgracias recogidas en «Las cenizas de Ángela», de Frank MacCourt .

Comenzaron viviendo en un chozo de Valdecebada que en la misma luna de miel perdió el techo a causa de una tormenta, pasaron después a un viejo y angosto molino que se calaba los días de lluvia. «Mi padre era pastor y trabajaba en lo que le iba saliendo» , dice. En aquel viejo molino nacieron dos hermanos mellizos que acabarían muriendo a los seis meses a causa de una meningitis.

Después de dedicarse a la construcción desde su adolescencia, en 2011 Joaquín Mellado adquirió una licencia de taxi tras quebrar la empresa en la que trabajaba, y desde entonces aprovecha las esperas al volante para anotar los versos que le acechan recordándole la tierra que dejó atrás y con la que espera reencontrarse cuando se jubile.

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