Entrevista

Javier Lasarte: «Que en Andalucía se paguen más impuestos que en Madrid es inconstitucional. E irritante»

El catedrático emérito de Derecho Tributario censura la «disparidad enorme» en materia fiscal que hay entre ambas regiones y pide una armonización que no discrimine a ninguna región española

Javier Lasarte en el Colegio de Abogados de Sevilla Raúl Doblado

Jesús Álvarez

Javier Lasarte Álvarez es catedrático emérito de Derecho Financiero y Tributario en la Universidad Pablo de Olavide. Ganó su cátedra en Granada y fue catedrático en la Universidad de Sevilla hasta 1999. Por esa época dos partidos le ofrecieron formar parte de sus listas al Parlamento pero prefirió no meterse en política. Ha sido profesor invitado en la Universidad de la Sorbona de París, Estrasburgo y Bolonia, a cuya comisión de Doctorado en Derecho Tributario pertenece.

Es académico de número de la Real Academia Sevillana de Legislación y Jurisprudencia y autor de numerosas publicaciones trabajos científicos por los que ha obtenido, entre otros, el premio del Instituto de Estudios Fiscales. Se jubiló a los 70 pero sigue investigando y colaborando con la institución que fundara Rosario Valpuesta.

¿Se trabaja mejor en la Olavide que en la Hispalense?

Las instituciones públicas son como los barcos de madera y de cuando en cuando hay que carenarlos porque se acumulan defectos. Pensé en pasarme al bando de quienes exigían reformas en la Hispalense pero cuando nació la Olavide preferí ir a una universidad nueva. Creo que allí pude trabajar mejor porque hay menos alumnos y eso me ha permitido también investigar más y hacer más publicaciones

En la Hispalense prejubilaron a muchos catedráticos con cincuenta y pocos años.

No compartí ni comparto esos planes de prejubilación porque dejaron a la universidad sin la madurez necesaria en su plantilla para poder trabajar con jóvenes. Tampoco entiendo que haya funcionarios que tengan esa ventaja de cobrar el sueldo sin trabajar hasta su jubilación.

Pues hubo muchos compañeros de usted a los que se acogieron.

Sí, hubo muchos . Y los conozco de dos clases: los que están felices sin obligaciones horarias y los que se arrepintieron al año o los dos años de haberse ido de la Universidad . Supongo que los que tenían otros proyectos para su vida fueron los que no se arrepintieron.

Tanto PP como Ciudadanos «tocaron» a expertos y catedráticos de Economía y de otras materias para incorporarlos a su Gobierno pero la mayoría rechazaron el ofrecimiento. ¿Por qué cree que profesionales de la empresa privada o de gran prestigio académico se niegan a entrar en política?

Supongo que puede haber motivos económicos, pero creo que esa pérdida de ingresos se compensa con la proyección pública y el fortalecimiento de los contactos que te permite el ejercicio de la política. Supongo también que les frena la exposición pública tan fuerte que uno sufre en política , pero sobre todo el deterioro evidente de la imagen de los políticos. Creo que esto último es lo que más frena. Ha habido muchos casos de corrupción.

Una de las personas que rechazó ser consejero de Economía dijo a sus colaboradores que ahora mismo para meterse en política hay que ser «o muy rico o muy pobre».

Yo eso no puedo compartirlo. Creo que es una cuestión de decisión de comprometerse con los problemas de su país y de tratar de ayudar a resolverlos. Lo que pasa es que hay que entrar con rigor y conocimientos y para estas personas no es fácil estar sometidas al control de un político que a lo mejor no tiene esos conocimientos. Yo admiro mucho a la generación de profesionales y profesores universitarios que se comprometió con la política para sacar adelante la Transición.

¿Percibe un descenso en el nivel de preparación de los políticos actuales respecto a los de la Transición?

Es evidente que antes los políticos estaban más formados y preparados . Esto puede ser un reflejo, en general, de la sociedad.

Impuesto de sucesiones

La reforma de los impuestos es uno de los temas «estrella» de este inicio de legislatura en Andalucía. ¿Le parece natural?

Sí. El reparto de las cargas fiscales es una de las principales tareas de los gobernantes . Ahora todo es más difícil que en la Transición porque entonces sólo se pensaba en conseguir un sistema fiscal homologable con Europa. De día se discutía la Constitución y por la noche se hablaba del nuevo impuesto sobre la renta . De ahí que se dijera con cierta sorna que el Irpf fue aprobado con nocturnidad.

No sé si también con nocturnidad pero el caso es que a los andaluces nos aplican impuestos más altos que a los madrileños, los vascos, los navarros o los catalanes

Esto es cierto, aunque no sólo nos pasa a los andaluces.

¿No le parece curioso que paguemos más siendo bastante más pobres que todos ellos?

Curioso es una forma eufemística de decirlo. A mí me parece irritante pero, además, me parece inconstitucional. La Constitución de 1978 dice que todos los españoles tenemos los mismos derechos con independencia del territorio en el que vivamos . Que paguemos más impuestos es, pues, inconstitucional, además de irritante.

Pagamos más, por ejemplo, en el impuesto de sucesiones, lo que ha suscitado una gran contestación ciudadana. Ha habido incluso casos sangrantes de hijos arruinados por aceptar una herencia paterna.

Sí. Los andaluces pagamos más en algunos aspectos del impuesto de sucesiones y también en determinados supuestos del impuesto de patrimonio. También pagamos más respecto a algunas otras comunidades en el Irpf por determinadas exenciones y deducciones . En el impuesto de sucesiones, por ejemplo, Madrid ha avanzado en exenciones en los casos de sucesiones colaterales, entre hermanos, mientras aquí no existen esas exenciones. Hay una disparidad enorme entre Madrid y Andalucía .

¿Hay alguna otra cosa en esta materia que no entienda?

Tampoco entiendo que una propiedad que yo deje en herencia a mi hijo tenga una reducción del 99 por ciento en el impuesto de sucesiones y, en cambio, los planes de pensiones no tengan ninguna y mi hijo tenga que tributar por ellos como renta del trabajo , lo cual supone mordisco muy grande de Hacienda. En cualquier caso, opino que seamos más ricos o más pobres depende sobre todo de lo que se haga con esos impuestos. A qué se dedique, en definitiva.

No hay ningún dato objetivo que indique que nuestros hospitales y colegios estén mejor que los de Madrid, por ejemplo.

Ése es el problema. Si los impuestos no nos acercan a sus servicios públicos, esa desigualdad crece . La prueba es que los parámetros de desigualdad de Andalucía respecto a la media española se han movido poco no ya en los últimos diez años, sino en los últimos cuarenta.

A pesar de que Andalucía ha recibido más dinero de Europa que nadie, unos cien mil millones de euros.

Sin esos fondos de cohesión, la diferencia seguramente habría crecido . Europa ha sido una bendición para nosotros.

Economistas de gran prestigio como José María O'Kean sostienen que ese dinero no se ha invertido en crear un tejido productivo que cree riqueza por sí mismo y que por ese motivo Andalucía no ha podido converger ni mejorar su posición respecto a la media española y europea.

No tengo datos para afirmar eso . Mi perspectiva es de hacienda pública.

Demasiados impuestos

¿Cree que los españoles pagamos, en general, demasiados impuestos?

En mi opinión, este juicio debe ir en función de lo que recibimos a cambio. Si en Noruega se reciben muchos servicios, no se puede decir que se pagan demasiados impuestos, aunque sean más elevados que en España.

La impresión más extendida en España es que los servicios públicos en España son manifiestamente mejorables.

Sí. Creo que se podrían recibir mucho más servicios con lo que pagamos. Hay colas en los hospitales, las listas de espera son muy elevadas, incluso el doble de las oficiales , y no se cubren las bajas de los profesores en los colegios e institutos. Eso se debe a una falta de dotación presupuestaria. También tenemos problemas con carreteras y ferrocarriles en algunas zonas de España y la Justicia, por ejemplo, está desbordada, de modo que a veces entiendo ciertos errores que se producen en las sentencias por el estrés y la sobrecarga de trabajo al que están sometidos los jueces . La pregunta que se hacen muchos españoles es en qué se gasta el dinero de los impuestos.

O sea, que pagamos muchos impuestos.

Creo que si tuviéramos mejores servicios públicos, no tendríamos esa impresión. Son los ciudadanos los que lo dicen. Y tienen razón.

¿Nuestro sistema impositivo es homologable con el del resto de países europeos?

En general, sí, sobre todo en Irpf, IVA e impuestos especiales, pero en Europa el impuesto de sucesiones no alcanza el nivel de problema que tiene en España . Los distintos Estados europeos nos deberían servir de ejemplo: no se trataría de suprimir ningún impuesto sino de reorientarlo.

¿Que se pague menos?

Sí, hacerlo más ligero y similar en todo el territorio. En el Reino Unido introdujeron un impuesto de sucesiones brutal antes de la Comunidad Económica Europea que casi acaba con el patrimonio histórico. Eso ha cambiado y por eso tiene menos contestación que en España . Es más llevadero. En nuestro país debería serlo también.

¿Son más justos los impuestos directos o los indirectos?

Los impuestos indirectos gravan por igual a todos, como los impuestos especiales sobre determinados productos, y la mayor parte de los impuestos directos salen de las rentas del trabajo y no proceden precisamente de los llamados ricos. Creo que lo ideal es un método que consiga un conjunto equilibrado que tenga esa función redistributiva. En mi opinión, si se sube patrimonio un punto se puede actuar más en esa función que si se sube el Irpf, aunque éste sea progresivo.

Hay varios mantra sobre los impuestos que resultan contradictorios. Desde la izquierda se recomienda subirlos para redistribuir la riqueza; desde la derecha bajarlos para que el consumo reactive la economía y mejore el empleo, uno de los grandes problemas de España. Como experto en tributos, ¿quién cree que tiene razón?

La respuesta a esa pregunta es muy difícil y quizá habría que decir que los dos pueden tener parte de razón . Una sociedad igualitaria es una utopía de extrema izquierda y un capitalismo sin regulación es una utopía de extrema derecha. Hay que buscar, en mi opinión, un equilibro y un buen gobierno entre las dos posturas que usted expone porque en las sociedades donde no funciona la redistribución son inestables y acarrean riesgos sociales para toda la comunidad como los que advertía el párroco de los Pajaritos en una entrevista con ABC el pasado domingo .

O sea, que hay que hacer un poco de las dos cosas.

Sí, adaptadas a las circunstancias de cada caso concreto. Hay que tener un sistema impositivo que mejore los servicios y evite la exclusión social, pero al mismo tiempo hay que proteger la actividad económica y a las empresas que crean empleo. Ya dijo Churchill al inicio de la II Guerra Mundial: tenemos para cañones o para mantequilla . Y hubo que elegir.

Hay otro mantra muy extendido que dice que los ricos apenas pagan impuestos o que pagan mucho menos que los asalariados.

Si le preguntamos a un político de izquierdas dirá seguro que es así; si lo hacemos a un político de derechas, diría seguramente que no, que los ricos también pagan. En España y en el resto de Europa el que gana mucho dinero tiene instrumentos fiscales para aligerar la factura pero lo puede hacer de forma legal utilizando las normas existentes. El otro día leía que las socimi ( Sociedades Cotizadas Anónimas de Inversión en el Mercado Inmobiliario ) habían comprado casi todos los grandes inmuebles que había en Sevilla; y yo me pregunto si las socimi las ha regulado un plutócrata desde su banco. La respuesta es no: las ha regulado el Estado.

Supongo que esas personas a las que beneficia esa legislación tienen instrumentos para influir en su aprobación en el Congreso.

Sí. Pero son los políticos los que no deben dejarse influir sino pensar en el bien general, aunque es verdad que eso lo hacen los hombres de Estado y ahora hay poquísimos en España. T iene que haber mecanismos para que los ricos paguen lo que tienen que pagar e inspectores que vigilen para que cumplen con sus obligaciones.

La globalización y el propio espíritu de la Unión Europea ayuda a que el capital pueda buscar refugio en los países que mejor lo tratan.

En la Unión Europea hay libertad de movimientos y de capital y eso es bueno pero lo que hay que exigir es una armonización fiscal en toda Europa a las empresas. Irlanda ha estado aplicando unos impuestos más bajos a las empresas que se radiquen en su territorio y yo creo que hay que luchar contra eso.

Promesas electorales

En la campaña electoral PP y Ciudadanos prometieron que recortarían muchos gastos superfluos, especialmente en la llamada «Administración paralela» para poder bajar «masivamente» los impuestos. ¿A usted qué le parece?

Me parece bien porque creo que el sector público en Andalucía necesita una profunda revisión, aunque no, lógicamente, para crear otra red similar. He leído que presumen de haber ahorrado 15 millones de euros y espero que no se quede en eso toda la reforma de la Administración porque no es una cantidad apreciable. Yo no tuve nada que ver con el anterior Gobierno de Andalucía ni con el actual pero me alegro de que se haya producido la alternancia. Una democracia que no se oxigena es una democracia anquilosada. Los grupos políticos que permanecen mucho tiempo en el poder crean unas redes de intereses que perjudican el bien común.

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