ENTREVISTA

Ana Isabel Gamero: «En la Catedral de Sevilla cada día se descubre algo nuevo»

La restauradora de Bienes Muebles de la Catedral reivindica la restauración de varias capillas y altares de los 41 que posee y la recuperación de algunos espacios gracias la iluminación. El ajuar de la Virgen de los Reyes podría ser también restaurado.

Ana Isabel Gamero en el interior de la Catedral de Sevilla Juan Flores

Jesús Álvarez

La Catedral de Sevilla tiene 126,18 metros de largo, 82,60 metros de ancho y 30,48 metros de alto hasta la bóveda. Sus 23.457 metros cuadrados de superficie contienen un inmenso patrimonio pictórico y escultórico. Sólo por sus cuadros (más de 800) sería la segunda pinacoteca sevillana, detrás del Museo de Bellas Artes, considerada la segunda de España, tras el Museo del Prado. Todo ese inmenso patrimonio está en manos de Ana Isabel Gamero desde hace tres años y medio. Ella es la conservadora de bienes muebles de la Catedral de Sevilla.

¿Cuando se interesó por primera vez por el arte antiguo?

Desde que estaba en el colegio. Me gustaban mucho los talleres de plástica y de manualidades. Mi familia también tiene una gran vena artística. Mi madre es bordadora en oro y ha hecho muchas piezas para hermandades. A la Patrona le bordó un manto en azul pavo, en oro. Y ha bordado mi vestido de novia y el de mi hermana. Desde pequeña la observaba y visitaba muchos museos de la mano de mis padres y me llamaba la atención el arte. Siempre estaba dibujando. En Palma del Río, donde hay muchas naranjas, pintaba todas las naranjas que caían en mi mano

¿Qué edad tenía?

9 años. Y con esa edad me apunté a unos talleres de pintura que organizaba el Patronato Municipal de Cultura para mayores de 18 años. Fui la alumna más pequeña y tuvieron mucha paciencia conmigo. Realizaba dibujos a carboncillo y pastel.

¿Sabía que iba a ser restauradora cuando vino a Sevilla con 18 años a hacer la carrera de Bellas Artes?

No. Al principio, dudé porque me gustaba mucho la creación, pero poco a poco vi que me gustaba mucho el arte antiguo y que podía contribuir a que ese arte perdurase. Y fue entonces, cuando me decidí por la restauración . Cuando salí de la Facultad, empecé a trabajar como becaria en el Museo Arqueológico de Écija. En 2003 me llamaron de una empresa que trabajaba para la Mezquita-Catedral de Córdoba . Allí estuve varios años restaurando capillas. También trabajé para el Museo de Bellas Artes de Córdoba y en varias diócesis de Andalucía.

Lleva trabajando ocho años para la Diócesis de Sevilla y tres años y medio como conservadora de bienes muebles de la Catedral, el primer templo de estilo gótico del mundo, además del mayor templo cristiano de España y tercero de todo el planeta. ¿Qué sintió cuando llegó?

Que estaba en otro mundo. Más contenta no puedo estar, a pesar de la gran responsabilidad. De la mano del deán y de los delegados ejecutivos , todo mi trabajo resulta más fácil. Somos técnicos asesores y es el Cabildo es el que gestiona y administra todo el patrimonio de esta Santa Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral.

La Catedral de Sevilla tiene 43 capillas y altares, 81 vidrieras, 60 pilares, 68 bóvedas y 26 murales. Parece mucho trabajo y usted tenía menos de 40 años cuando se hizo cargo de su conservación.

Es un gran honor que me eligieran y también una gran responsabilidad. Además de todo eso, la Catedral de Sevilla tiene una colección pictórica y escultórica impresionante. También de orfebrería y textiles históricos.

¿Cuántos cuadros tiene?

Más de ochocientas piezas, si contamos las pinturas de caballete, sobre tabla, murales y cobre.

Hay algunos pintores que por la policromía de colores que utilizan resultan más difíciles de restaurar. ¿Cuáles son?

Julio Romero de Torres y otros artistas utilizaban técnica mixta y para un restaurador es más complicado porque los disolventes no valen para eliminar la suciedad, el óxido, las capas de barniz y los repintes. Además, la pintura más contemporánea no es como la de antiguamente, que perduraba mucho más que hoy en día. No se utilizaban los sintéticos que se usan hoy.

Entonces no venían con la obsolescencia programada como ahora.

Totalmente. Se utilizaban pigmentos naturales que eran muchísimo mejores que los actuales. Y más duraderos . Si comparamos un cuadro que tiene cientos de años y se conserva bien con los actuales, la diferencia es abismal.

Ha restaurado obras de Velázquez, Murillo y Zurbarán, entre otros.

Sí, también de Pedro de Campaña, Damián de Castro, Pablo de Céspedes, Antonio del Castillo y Saavedra, Juan de Espinal, Matías de Arteaga y muchísimos autores. Ahora dedico casi todo mi tiempo a la conservación y muchas veces me quito el gusanillo restaurando algo . Por ejemplo, le quito la capa de polvo a los ángeles de la parroquia del Sagrario, que restauró el IAPH en 2008. Como se ha cerrado la parroquia, los hemos colocado en el Trascoro para que fieles y visitantes o puedan ver y disfrutar.

Se pone el mono de trabajo para quitarse el mono de la restauración...

Sí, algo así.

Limpiando las fachadas de la Giralda se han recuperado sus colores originales. Algo que no se sabía.

Aquí todos los días se descubre algo o s e aprende algo nuevo . Con esa limpieza, entre otras cosas, se recuperaron los colores rojo, ocre y dorado.

¿Qué es lo más difícil a lo que se ha enfrentado en la Catedral en estos años?

Es difícil responder a eso. Creo que he ido progresando adecuadamente con mucho respeto a este inmenso patrimonio . Prefiero no pensar todo lo que tengo en mis manos.

«La Catedral de Sevilla se mantiene y conserva sin ninguna subvención y genera muchos empleos que se habrían perdido de no ser por su labor»

La Catedral de Sevilla no recibe ninguna subvención pública y financia su conservación con los ingresos obtenidos por las visitas culturales.

Sí. Se mantiene y conserva sin ninguna subvención pública y genera muchos empleos que se habrían perdido de no ser por su labor.

¿Han podido contratar más profesionales con ese dinero?

Sí. Contamos con un equipo de mantenimiento y otro de sacristanía en plantilla y con pequeñas, medianas y grandes empresas que se van contratando para diferentes intervenciones. Tenemos un plan patrimonial y de revisión de capillas y vamos viendo con el Cabildo qué cosas son más urgentes y las vamos haciendo. Siempre con los pies en el suelo y mirando siempre la conservación, gestión y difusión del patrimonio de la Catedral de Sevilla.

¿Qué era lo más urgente cuando llegó aquí en abril de 2016?

Lo que se había planificado entonces era la restauración integral de la capilla de Santiago. Realizamos la limpieza de paramentos verticales y bóvedas, restauración de vidrieras, revisión de retablos y restauración de pinturas de vallete y sepulcros. Después de la capilla de Santiago, se restauró la capilla de San Pedro y San Pablo , y recientemente la capilla del Pilar. Pero hay tareas más rutinarias que también hacemos con el equipo de sacristanía, por ejemplo, con la plata que se usa diariamente en las celebraciones, los candelabros , patenas, incensarios, etcétera. Y después está la plata monumental de la que se encargan también empresas especializadas como la Custodia de Juan de Arfe, que necesita un andamiaje especializado. La urna de San Fernando o determinadas piezas de las vitrinas.

En todas estas tareas se intenta rescatar el patrimonio oculto, o menos conocido, de la Catedral. ¿Había muchas cosas a oscuras en este impresionante edificio?

Gracias a la iluminación, se han podido ver muchísimas capillas. Se ha hecho también una galería técnica, obra del arquitecto, porque la Catedral no estaba pensada para realizar exposiciones ni para tener tanta iluminación artificial. Todo ese cableado va por debajo del suelo para que no se vea y se ha incluido la fibra óptica. Se han iluminado la capilla del Pilar, la de San Pedro y San Pablo , el retablo mayor, la capilla de los Dolores, la Sala Capitular y la capilla de San Andrés. Algunas de ellas tienen una luz diferente para el culto, más tenue, y otra para la visita cultural. Se ha abierto también un nuevo espacio, la Sala de las Columnas, que pasaba totalmente desapercibida.

¿Qué piezas más importantes se han conseguido rescatar?

El Cabildo tiene una gran patrimonio en textiles históricos, que estaba en desuso después de la Reforma del Concilio Vaticano II . Si no se utilizan los gremiales ni los paños de indulgencia, vamos a sacarlas y aprovechar el trascoro, un espacio abierto que si no se ilumina se queda vacío, para colocarlas ahí. Son casi cuatro mil piezas que tiene el Cabildo . El día de mañana se podría hacer algo parecido con el Ajuar de la Virgen de los Reyes, aunque eso lo decidirá el Cabildo.

Ese ajuar lo cambian todos los años, antes de la procesión del 15 de agosto, las Hermanitas de la Cruz. Debe de ser digna de ver esa operación.

Yo la he visto y es muy emotiva porque la visten con el mismo cuidado que si fuera un niño y la madre de ese niño. Un respeto y una delicadeza increíble. Llevan bandejas y cestitos para cada pieza.

Descubrió una pintura de Joaquín Domínguez Bécquer en el Arzobispado. ¿Todavía hay muchos tesoros ocultos en Sevilla?

Como dije antes, aquí cada día se aprende algo nuevo y se descubre algo. Es emocionante. Esas pinturas de las que habla son, en efecto, tesoros que hacen muy gratificante nuestro trabajo. Hay muchos y muy gratos descubrimientos a la hora de restaurar una pintura de caballete o una escultura. Los repintes y las capas de barniz superpuestas echan a perder muchos cuadros y nuestro trabajo es recuperarlos. Al final descubrimos que ahí debajo había una obra de arte, una joya pictórica como la de Domínguez Bécquer. Es como devolverlas a las manos del autor, lo que pensaba en la Facultad cuando decidí estudiar restauración.

¿Piensa que su trabajo sería más difícil de hacer para una persona que no fuera creyente?

Creo que este trabajo tiene un claro componente vocacional. Además, si eres creyente, no perderás nunca el norte de lo que es el principio y el fin de cada obra de arte que hay en la Catedral y que no es decorar las paredes, ni su innegable valor cultural y patrimonial, sino la transmisión de la fe a través del arte. Su misión, podríamos decir, evangelizadora.

«Ver a la gente rezando a las 8 de la mañana al Cristo de la Clemencia de Martínez Montañés da la verdadera dimensión al trabajo de un restaurador»

¿Observa esa mirada cristiana en la mayor parte de la gente que visita la Catedral?

Me he emocionado mucho viendo un cuadro o una escultura restaurada e iluminada pero también me emociono viendo la devoción de la gente con esas imágenes Por ejemplo, con el Cristo de la Clemencia de Martínez Montañés. Veo a los funcionarios antes de entrar a trabajar en el Ayuntamiento o a los trabajadores en los bancos, o a los padres antes de dejar a los niños en el colegio, a las 8 de la mañana, rezando delante de la reja al Cristo de la Clemencia. Esa pieza se restaura y se ilumina con ese fin. O la Virgen de los Reyes en la Capilla Real . Pero también con una pintura de caballete como El Dogma de la Inmaculada, de Alfonso Grosso. Todo esa devoción de los fieles da la verdadera dimensión a nuestro trabajo.

Se atribuye a un canónigo de Sevilla la frase: «Fagamos una obra e tan grande tan grande, que los que la vieren acabada nos hagan por locos».

Ése es el mensaje de la arquitectura como instrumento para la fe y creo en él firmemente.

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