Universidad

Investigadores de la Hispalense alertan de que limitar aforos no es suficiente contra el Covid-19

Un grupo de 110 científicos, entre ellos tres sevillanos, escriben una carta al presidente del gobierno con propuestas para evitar más contagios

Miguel Angel Campano y Samuel Domínguez con el Catedrático Juan José Sendra en pantalla. BC

Mercedes Benítez

Un grupo de 110 investigadores españoles , entre los que se encuentran tres de la Universidad de Sevilla, han escrito una carta al presidente del Gobierno, en la que plantean propuestas de actuación contra el coronavirus y advierten de que la limitación de aforos o el uso de las terrazas no es ninguna garantía suficiente contra los contagios.

La iniciativa ha partido de un grupo de profesores universitarios de diversas disciplinas de toda España, entre los que se encuentran los profesores de la Escuela de Técnica Superior de Arquitetura de Sevilla, Samuel Domínguez, Miguel Ángel Campano y Juan José Sendra Salas, que consideran que, un año después de la pandemia, la solución hace necesaria grandes esfuerzos y la implicación de todos. Por ello estos expertos, han querido ofrecer su «colaboración desinteresada» para contribuir a alcanzar una solución.

Así en un detallado documento, plantean una serie de propuestas de actuación que consideran beneficiosas en la lucha contra la pandemia, advierten de que la OMS ha avisado a España de que está en riesgo de un repunte de casos y pide que continúe el esfuerzo para limitar la transmisión y recuerdan que, dada la gravedad de la situación, es urgente impulsar las medidas de prevención necesarias para reducir el riesgo de contagio de Covid-19 por inhalación. «Tenemos el convencimiento de que los beneficios serán enormes. Desde luego, en términos de número de contagios, saturación del sistema hospitalario, secuelas a largo plazo y fallecimientos. Pero también para acelerar la ansiada y necesaria recuperación de la actividad económica», dicen.

Actividades en el exterior

Por ello, proponen varias líneas de actuación prioritarias entre las que se encuentran la mascarilla y el uso correcto de éstas o que se promuevan las actividades en el exterior . En este sentido, proponen mantener abiertos parques y jardines, donde el riesgo de contagio es muy bajo. Algo que consideran una medida beneficiosa para la población que reduce las reuniones en interiores donde la probabilidad de contagio es muy superior.

En cuanto a la limpieza del arie, recuerdan que hay diversas tecnologías de limpieza en ambientes interiores, pero existe confusión sobre su eficacia, recomendaciones de uso y posibles riesgos por lo que consideran necesario que se establezan claramente las recomendaciones sobre su uso.

Los profesores creen que hay gran potencial de aprovechar esta reducción de contagios con la llegada del buen tiempo. Pero los científicos advierten de que hay que ser vigilantes con los espacios de terraza con cerramientos que impidan la ventilación , ya que pueden ser peores que los interiores tradicionales. «Hay terrazas que dan más miedo que un interior», explica Samuel Domínguez, subdirector de la Escuela de Arquitectura y uno de los firmantes del documento.

En cuanto al aforo, los científicos explican que las limitaciones de aforo tienen «escasa justificación técnica» y deberían sustituirse por criterios de salubridad efectiva del ambiente interior. Según argumentan, esta limitación debe ir acompañada del desarrollo de procedimientos de verificación y normativas como forma de garantizar un bajo riesgo de contagio y también de proporcionar a empresas y autónomos el marco de referencia concreto y estable que necesitan y vienen reclamando. En este sentido Samuel Díaz sostiene que, más que limitar los aforos, lo importante es medir los niveles de CO2 para comprobar que, en todo momento, se mantiene por debajo de los niveles de contaminación.

«Lo importante no es tanto el número de personas sino la capacidad del edificio . La limitación de aforo debe estar basada en la medición», explica insistiendo en que esas mediciones, que ahora sólo se hacen en algunos edificios, deberían extenderse a colegios y otros inmuebles.

«Si disponemos de información de lo que ocurre en nuestros edificios —como la que aporta el nivel de CO2 indicando como de respirado está el aire del local— es posible que todos, tantos gestores como usuarios, podamos optimizar las medidas de prevención y minimizar los riesgos de contagio por vía aérea del Covid-19 de forma dinámica y en cada momento» afirman.

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