ENTREVISTA A CÉSAR Y JORGE CADAVAL
Los Morancos: «Dos millones de personas ven en las redes sociales los vídeos que colgamos en internet»
Los Morancos de Triana aseguran que han encontrado en internet «un filón para llevar nuestro humor a todo el mundo»
Los hermanos sevillanos César (1963) y Jorge Cadaval (1960) preparan ya un espectáculo especial para celebrar en 2019 sus 40 años como humoristas. Comenzaron a trabajar juntos en 1979 y en 1983 hicieron su debut televisivo de la mano de Chicho Ibáñez Serrador en «Un, dos, tres». Dos años después estaban haciendo el programa de Fin de Año «Viva 85» . Desde entonces, todo ha ido rodado para un dúo que ha sabido adaptarse a las nuevas tecnología y hoy son los reyes de los vídeos virales con temas de actualidad como las pensiones, Urdangarín o Puigdemont. Desde octubre de 2017 y hasta abril de 2018 actúan en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid con la obra «Antónimos 2». Más de 66.000 personas, casi un estadio entero de fútbol, han ido ya a verles a un teatro que suele colgar el cartel de «entradas agotadas». Lo extraño es que la Junta aún no les haya concedido la Medalla de Andalucía.
¿Cómo os convertisteis en humoristas?
César: Con 15 años ya trabajaba como humorista pero mi padre estaba muy pendiente de nosotros y nos recogía todas las noches porque a la mañana siguiente había que ir al instituto. Mi amigo Curro y yo cobrábamos en ese pub 2.000 pesetas diarias durante seis días a la semana. Podíamos reunir cada uno 6.000 euros por semana.
Jorge: Yo quería ser veterinario y estaba haciendo Bachillerato en el IES Gustavo Aldolfo Bécquer cuando mi hermano comenzó a trabajar en 1979 con su amigo Curro en un pub de la Alameda que se llamaba Panecito. Entonces, el dueño del pub me dijo que me daba 500 pesetas de hace 40 años si yo hacía de mormón en el espectáculo. Para un chico de 18 años 500 pesetas eran El Dorado. Lo hice y me las pago. Entonces me propusieron que yo actuara con ellos.
¿Qué hacíais con tanto dinero siendo tan jóvenes?
César: Entregábamos en casa lo que nos quedaba después de pagar al guitarrista y otros gastos, como los carteles. La verdad es que era un buen dinero porque en aquella época un chaval podía contar con 200 euros para toda la semana pero nosotros teníamos la cabecita amueblada. Como se solía decir, mi padre nos echaba el balón al suelo y nos ponía los pies en la tierra
¿Cómo surgió el dúo Los Morancos en 1979?
Curro, mi compañero inicial, era maravilloso pero muy bohemio y al final hacía lo que le daba la gana. Le sustituyeron otras personas hasta que mi hermano Jorge un día me dijo: ¿Por qué no nos quedamos nosotros solos, que somos hermanos y no vamos a tener problemas? Y hasta hoy.
¿Vuestro padre se enfadó cuando abandonásteis los estudios para dedicaros al mundo del espectáculo?
César: Un poco, porque mi padre quería que estudiáramos y a nosotros nos gustaba.
Jorge: Mi padre en realidad estaba encantado porque antes de entrar a trabajar en el Banco Exterior de España fue manager de Antonio Machín. Cuando él se jubiló nosotros empezábamos en el mundo del espectáculo, con actuaciones en bares, casetas de Feria, bodas, bautizos y comuniones. Y nuestro padre se convirtió en nuestro manager y lo fue durante más de 20 años hasta que falleció. Si nosotros somos algo es por nuestro padre.
¿Cómo era como vuestro padre como mánager?
Jorge: Recuerdo que nos obligó a ir a un homenaje que le hicieron en Chipiona a Rocío Jurado. Yo siempre estaba muy rebelado contra él porque nos pedía que actuáramos gratis en algunos sitios, como en ese homenaje, pero es que él era muy largo. En ese acto, Rocío Jurado dijo que iba a ser nuestra madrina artística, me dio una medalla de la Virgen de Regla y dijo: Espero que os ayude a vosotros tanto como me ha ayudado a mí. Pues allí mismo nos salió el famoso programa «Viva 85» porque estaba Paco Cervantes, que era director de programas musicales de TVE, y nos llevó al programa de Fin de Añ después de que le mandáramos una cinta en la que nos hacíamos pasar por americanos cantando flamenco en inglés y nos tocaba la guitarra Romero San Juan.
¿Quién os inoculó el gusanillo artístico?
César: Mi madre nos enseñó la música porque cantaba fabulosamente. A mi padre le encantaba decir cuando estaba en una fiesta: Mira cómo canta fandanguitos mi catalana. Ella cantaba estupendamente el Ave María Purísima de Schubert. Rafa Almarcha, de Siempre Así, decía que no había escuchado cantar boleros a nadie como a ella. Mi padre también cantaba, era muy caracolero, y también tenía muy buena voz mi abuela Teresa.
Jorge: En cuanto al humor, mi padre tenía mucha gracia. Y también mi madre, catalana, porque el humor está en todas partes.
El año que viene cumplís 40 años como duo humorístico. De no haber sido hermanos, ¿estaríais ahora juntos?
César: La verdad es que nos une mucho el ser hermanos y amigos.
Jorge: Y eso que no tenemos nada que ver el uno con el otro.
¿Qué aporta cada uno en el dúo?
César: Jorge aporta ideas y frescura; y yo, trabajo. Él me dice que yo soy más cuadriculado a la hora de trabajar porque Jorge improvisa más que yo. Él es muy anárquico, dentro de lo gran profesional que es.
Jorge: A mi hermano no le gusta improvisar porque no se arriesga pero tengo que decir que después de casi cuarenta años trabajando juntos sigo teniéndole una gran admiración porque he aprendido de él todo lo que yo soy.
¿Habéis tenido alguna bronca en el escenario?
Jorge: Sí, sí (risas), pero no se percata nadie.
César: Cuando nos peleamos en el escenario se nota porque le hablo más fuerte de lo normal.
Hasta ahora, los humoristas se movían en teatros, la televisión y la radio, pero vosotros os habéis convertido en los reyes de los vídeos virales.
Jorge: En internet hemos visto un filón para hacer llegar nuestro humor a todo el mundo. Queremos potenciar nuestro canal en YouTube porque internet es el futuro y así no tendremos que estar pendientes de tener contratos con la televisión.
¿Ganáis mucho dinero con esos vídeos?
César: Ahora mismo no pero nos da presencia de cara a actuaciones teatrales y nos posiciona artísticamente.
César: Con el tiempo esperamos ganar dinero. Ya tenemos 340.000 suscriptores pero en redes totales ya nos ven dos millones de personas.
¿Cuándo visteis que internet era un filón para vosotros?
Jorge: Hace tres o cuatro años. César no tiene Instagram, Twitter o Facebook pero a mí me encantan las redes sociales porque es el futuro y a través de ellas veo lo que se cuece en la sociedad. Hay que estar ahí pero sin que te machaque y sin ser esclavos de las audiencias. Hecemos nuestro trabajo sin pensar en los suscriptores que tenemos en YouTube.
En vuestros vídeos habláis de las pensiones, de Urdangarín, de los ERE, del Puigdemont... ¿Cómo elegís los temas?
Jorge: Tenemos un equipo de trabajo en el que está Lolo Seda. Por otra parte, César y yo estamos en la calle todos los días y escuchamos los temas que interesan a la gente.
¿Os sentís más cómodos haciendo esos vídeos o en el teatro?
Jorge: El teatro es algo tan gratificante que no lo cambio por nada del mundo. Me merece mucho respeto que alguien pague una entrada por vernos y que nosotros logremos hacerles reírse.
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