El rincón de...José de Cala Fontquernie
«Iniciar una colección con Marinetti, poeta futurista y fascista, es un honor para mí»
José de Cala y Fontquernie es pintor, escritor, poeta, funcionario y diseñador gráfico y verá pronto publicada su última producción poética, «Fiat lux», en la novísima editorial Caín y Abel
Guarda en su armario una pulcra camisa azul de Falange cuyas ideas no han fosilizado en su atiborrada testa. Se licenció en Derecho y estudió Filosofía sin que llegara a terminar la carrera. Tuvo siempre en la ciudad fama de «enfant» terrible , posando ligero de equipaje para el Lib en un cuarto de baño.
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Es misántropo, solitario y edípico. También bético. Su rincón preferido de la ciudad es Heliópolis. Escribe en servilletas de la taberna León de San Marcos, su lugar de reflexión. Más de quince libros editados por la Universidad llevan cubiertas diseñadas por él . Entre Antonio y Manuel Machado no lo duda. El mejor fue Manolo. Pepe Cala es septuagenario y sigue tan azul como aquel poema de Rubén Darío…
¿Cómo ha llevado usted el encierro, don José?
El desconfinamiento, arresto domiciliario sin fianzas, lo he llevado como una monjita de clausura o como un monje cartujo de mi queridísima Cartuja de Jerez. O sea, con estoicismo y resignación cristiana.
Imagino que no estará mucho para los cuentos chinos que nos cuentan algunos políticos desde Madrid…
Por supuesto. El coronavirus o Covid-19 es un virus chino comunisto, dicho en lenguaje inclusivo, y el gobierno es social comunisto, también dicho en lenguaje inclusivo… «Todo es mentira, todo es quimera», como cantaba Marifé de Triana.
Tengo de usted un recuerdo de personaje callejero, bohemio, buscador, amigo de la noche y hasta de fotógrafo neutralizado por el servicio de seguridad de un presidente autonómico…
Ahora soy diurno. El servicio de seguridad de un presidente autonómico es bruto per se.
Pese a que fue un transgresor de derechas, posando para el Lib en un cuarto de baño, la izquierda no supo empatizar con aquel «enfant» terrible. ¿Por qué?
(Risas) Yo no soy de los suyos. Yo no soy zurdo, yo soy diestro… Yo no soy siniestro.
Lo mismo no les sentó bien aceptar aquel poema suyo a los soldados de la División Azul que lograron volver.
Por supuesto. A los rojos, como es lógico, no les gusta la División 250.
Pero usted pasaba del maoísmo al franquismo según la chavala de la que se enamorara…
Eso es una leyenda urbana.
¿Se sintió alguna vez el protagonista de la letra de Sabina de «Quinientas noches»? Ya sabe: «yo quería quererla querer/ y ella no».
Afortunadamente, no.
¿Sigue viviendo solo y en compañía de su música y los libros?
¿Qué mejor compañía que esa, cuando la madre ya no está? La independencia se paga con la soledad. «Soledad, mi sola compañera», como dijo Luis Cernuda Bidou.
Lo veo con el Edipo supurante…
Como debe ser.
Me han comentado que no es de su gusto publicar la poesía que escribe. ¿Por qué?
Sí lo es, y ahí está para refutarlo mi poemario «Fiat lux». El maestro de maestros Jorge Luis Borges Acevedo decía que publicaba para dejar de corregir; y Juan Ramón Jiménez Mantecón decía que la poesía pura es la «depuración constante de lo mismo».
Hay poemas suyos flotando en el aire y otros escritos en servilletas de papel…
«The ansewer is in the wind». Sí, suelo escribir en servilletas de papel en las cafeterías.
¿No tiene usted para block y folios?
Claro que sí. Pero las servilletas están ahí en las cafeterías.
Descartando el dinero, ¿cómo lo han convencido los bíblicos de Caín y Abel para publicar sus poemas?
El poeta y editor Abel Feu es un viejo amigo con el que di una lectura en el Ateneo de Sevilla, y el periodista y editor Gaín, Alfredo Valenzuela, es también un viejo amigo. Y persuasivo. Además, la colección se ha iniciado con Filippo Tommaso Marinetti, poeta futurista y fascista, lo cual es un honor para mí.
El inalcanzable Javier Salvago dice en el prólogo de su libro que su poesía moja en Luis de Gálvez, Sawa, Valle, Manuel Machado, la bohemia, el surrealismo, Dadá, Pop Art y el punk. ¿Cómo lo ha conseguido sin lesiones internas aparentes?
Eso habría que preguntárselo a un galeno bardo. Yo creo que viene dado por Dios, por la Divina Providencia y por el destino. Los genes y el ADN.
¿Con quién se iría a escribir poesía canalla: con Frida Kahlo, con La Lupe, con Janis Joplin, con María Jiménez, con Amy Winehouse o con la Pedroche en traje de fin de año?
No escribo poesía llamada canalla. Antes al contrario.
El objeto más inmundo con el que ha hecho una composición de arte efímero ¿cuál ha sido?
No he hecho arte efímero nunca.
engo noticias de que alguna vez participó en una colectiva con un «ready-made» envuelto en un plástico. ¿Lo ha olvidado?
No he hecho arte efímero.