INDUSTRIA

La industria naval de Sevilla compite de nuevo con la reparación de buques

Astilleros del Guadalquivir espera triplicar los encargos del año pasado y entrar en el negocio del mantenimiento de cruceros

Un barco en el dique seco de los astilleros A. G.

Elena Martos

La industria naval de Sevilla saca pecho de nuevo y compite en el mercado gracias a la reparación de buques. Astilleros del Guadalquivir ha recibido diez barcos en lo que va de año y espera llegar a diciembre duplicando esa cifra. «No sería un mal balance», considera el director de la planta, Juan Manuel Cuenca , que lleva casi un año y medio al frente de la misma. Tomó las riendas con la entrada del capital extranjero que ha dado músculo económico a la planta sevillana apenas dos años después de que la faena volviera al dique. La adquisición de las acciones por parte de la naviera eslovena Pulchra Mare ha redimensionado el negocio, que empieza a salir al exterior en busca de encargos.

Las atarazanas recibieron el año pasado media docena de buques mientras se modernizaban las instalaciones y se definía la actividad , centrada en la reparación, el mantenimiento y el desguace. En lo que va de 2018 ya se ha superado esa cifra y se espera cerrar el ejercicio casi con el triple de encargos. Explica su responsable que «el éxito no es solo cuantitativo, también cualitativo, pues estamos pujando por buques de más envergadura». El último ha sido un gasero de 120 metros de eslora , todo un reto dadas las elevadas exigencias de seguridad de este tipo de barcos. «Tanto la calidad del trabajo como el tiempo son fundamentales para ser tenidos en cuenta. Cualquier retraso conlleva carísimas penalizaciones», aclara Cuenca.

El buque de Salvamento Marítimo en el muelle de Astilleros A. G.

Otra de las pruebas que el astillero ha superado con nota ha sido la puesta a punto de un ferry de Balearia que permaneció durante dos semanas en las instalaciones y que generó más de treinta contrataciones extra. El director menciona también entre los encargos importantes una embarcación de Salvamento Marítimo que necesitaba mantenimiento . La intención de la compañía es establecer una relación permanente con la sociedad pública, para la que quieren convertirse en una de las plantas de referencia.

Salir al exterior

¿Qué ha cambiado en este año para dar el salto? Aclara el responsable de la fábrica que el esfuerzo que se está haciendo en marketing exterior: «esta planta nunca ha salido fuera a buscar contratos, se conformaba con lo que llegaba del propio entorno». La dirección está acudiendo a las citas internacionales del sector en las que el boca a boca es fundamental, porque «cada vez tenemos más restricciones para hablar de nuestros clientes. La confidencialidad es igualmente importante y los acuerdos se cierran por lo que te conozcan», explica.

Juan Manuel Cuenca se muestra convencido de las grandes posibilidades que tiene Sevilla como taller de reparación naval. Señala su ubicación como una de las grandes fortalezas, pues cuenta con un aeropuerto de primer nivel para mover las piezas y está justo en el corazón de la red logística andaluza. Otra de las grandes ventajas son las condiciones meteorológicas . «Tenemos apenas un mes de lluvia al año y el río es una balsa. Eso nos permite dar más seguridad a la hora de los plazos, porque hay armadores que nos piden incluso la hora exacta del día en el que terminarán la varada», cuenta.

Reparación de cruceros

Nuevamente alude al requisito del tiempo, que se ha convertido en una condición fundamental a la hora de cerrar un acuerdo. El próximo reto, adelanta, será el negocio de los cruceros, en el que entrarán el próximo año. Lo harán con el buque que cubre la ruta del Guadalquivir , un viejo conocido que puede abrirle las puertas para barcos turísticos de tamaño medio como los que visitan el muelle de las Delicias. Precisamente esa regularidad de escalas puede favorecer esta nueva línea de negocio. Sin embargo, Juan Manuel Cuenca prefiere ser prudente, pues «además de la respuesta que pueda dar un astillero, las naviera eligen cuidadosamente el lugar para el mantenimiento en función de las rutas. Si Sevilla se convierte en una escala habitual, tendremos posibilidades ».

De ser así, competiría directamente con gigantes como Navantia que lleva casi una década siendo una referencia para la puesta a punto de cruceros en la factoría de Cádiz. No asusta a los sevillanos la cercanía del astillero público, pues «que haya actividad cerca siempre es bueno». Lo que sí echa de menos es una mayor comunicación, la misma que dice percibir en el sector privado.

Otro de los buques en reparación A. G.

Más empleo

El aumento de la faena ha venido acompañado de un refuerzo de la plantilla. El equipo lo componen ya 40 trabajadores , entre operarios y directivos y se generan otros 40 empleos indirectos. Cuenca recalca que «alguno de los compañeros son antiguos trabajadores que se marcharon con el cierre definitivo del astillero a finales de 2011 y que ahora han vuelto. «Era un empeño personal dar con ellos y ha costado, pero ya los tenemos aquí», cuenta el director.

La previsión es procurar una continuidad en la producción para mantener el nivel de empleo. « No creemos en el pelotazo, esta no es una planta temporal », señala. La intención es ir creciendo hasta llegar al máximo de la capacidad, que sería de dos buques al mes. En proyecto tienen también la recuperación del varadero, que está dentro de la concesión, pero inutilizado. «Eso requiere de una mayor inversión y la afrontaremos, pero más adelante».

La industria naval de Sevilla compite de nuevo con la reparación de buques

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