CRÓNICAS DE UN BARRIO

«Los soportales de Macarena-Tres Huertas son desde hace ocho meses refugio para indigentes»

Los vecinos dicen que esta situación ha sido trasladada al Distrito sin que, por el momento, se haya hecho nada

En los soportales de este barrio se guarecen cada noche, de media, seis personas sin hogar RAÚL DOBLADO

CRISTINA AGUILAR JAENES

Al filo de la medianoche desaparece la calma que a plena luz del día reina en Macarena-Tres Huertas . En el laberinto de sus soportales, ya desiertos y silenciosos, muchos empiezan a instalar colchonetas y cartones. Traen además mantas, alimentos e incluso a sus mascotas. Los jardines, bloques y vigas se convierten, entonces, en abrigo de personas que, por un motivo u otro, han perdido su hogar.

Cada noche ponen en marcha el mismo modus operandi. Recogen sus enseres del generador eléctrico que hay en la calle Doctor Pedro Albert , cuya valla está vencida. Ahí guardan los colchones, cojines y mantas que, tras recuperarlos, van colocando en la zona más próxima a la citada calle, entre los bloques y jardines. Con la ubicación de cada uno estudiada, se van acomodando ante la mirada de un vecino que pasea a su perro y la de una familia que regresa a casa, entre otros. Allí permanecen hasta que los primeros rayos de sol irrumpen de nuevo en los soportales de Macarena-Tres Huertas.

Despejado el terreno, como si se tratase del Día de la Marmota, uno de los encargados del mantenimiento de la barriada empieza a retirar los cartones, limpiar y desinfectar la zona. Al mediodía no queda huella del drama del que estos soportales son testigos cada noche. Una situación que, según Manuel Adorna , presidente de la asociación de vecinos Tres Huertas, viven desde hace ocho meses. «Por la Macarena, al estar aquí el albergue municipal, siempre hay indigentes merodeando. Los mismos que al caer la noche buscan nuestros soportales como refugio», cuenta.

Sin embargo, lejos de mantenerse, asegura que con el paso de los meses el problema ha ido creciendo. « Algunos beben demasiado y a menudo se pelean entre ellos, dando voces que retumban muchísimo en los soportales. Hacen sus necesidades en los portales y jardines de la barriada. A veces, cuando algún vecino les ha recriminado su conducta, han reaccionado de un modo violento», apunta Manuel Adorna, que manifiesta que este problema ha sido trasladado al Distrito en repetidas ocasiones sin que, por el momento, haya intervenido. La última vez, durante la junta municipal del Distrito Macarena celebrada en el mes de mayo. «Nosotros no podemos hacer nada ante esto y está creando mucha inseguridad entre los vecinos. No creemos tampoco que sea una cuestión que tenga que resolver la Policía , sino Asuntos Sociales , que son los que tienen que velar porque estas personas tengan un techo bajo el que dormir», considera.

No obstante, este panorama no sólo se produce en los soportales. También ocurre en la pista que antaño ocupó el club Patín Macarena, cerrada y abandonada desde hace tres años . Cuenta con una pista y vestuarios que actualmente tienen luz y agua. En este sentido, ABC pudo comprobar el pasado miércoles que, en torno a las once y media de la noche, al menos dos personas hacían uso de las duchas y los lavabos. Las mismas personas que minutos después instalaron en el porche colchones y cartones para dormir a la intemperie . Problema que, igualmente, fue puesto en conocimiento del Distrito en mayo.

Dos personas durmiendo a la intemperie dentro de las pistas deportivas RAÚL DOBLADO

Para aclarar la situación actual de este espacio, fuentes municipales aseguraron a este periódico que durante el gobierno de Juan Ignacio Zoido se sacó del catálogo del Instituto Municipal de Deportes (IMD), depositándolo en el distrito Macarena y dando autorización de uso al Patín Macarena . «Ahora —añaden—, ni el IMD tiene competencias para explotarlo ni tampoco el distrito puede hacer frente a la conservación de la pista, pero se está viendo con los vecinos si vuelve al IMD o pasa a ser propiedad de la intercomunidad».

Desde el Partido Popular , sin embargo, afirman que la gestión de la pista está en manos del Distrito. «Con la anterior directora del IMD se estaba estudiando la posibilidad de que otro club usara la pista o de cederlo al Centro Cívico el Cubo, pero con el cambio de gobierno todo quedó paralizado».

Por otro lado, ante la ocupación del recinto, el Ayuntamiento ha dado aviso al 072 para que refuerce el vallado, arreglado también hace dos meses, y a la Policía Nacional.

Pese a este problema, desde la asociación de vecinos aseguran que Macarena-Tres Huertas siempre ha sido un lugar privilegiado para vivir, teniendo buenas relaciones con los últimos delegados del distrito: Evelia Rincón , con el PP, y con Clara Isabel Macías , la actual delegada del PSOE. Respecto de esto, concretan que recientemente el alcalde Juan Espadas visitó la barriada, al que le expusieron la problemática que tienen con la poda de los árboles situados en el núcleo residencia Macarena 5 y el mal estado en el que se encuentra el pavimento de las calles y bolsas de aparcamiento.

«Por lo demás somos muy autosuficientes. Los trabajos menores de mantenimiento y de Parques y Jardines los costea la intercomunidad, que sólo en la poda gastamos en torno a 6.000 euros. Nuestros jardines están muy cuidados y seguiremos manteniéndolos a juzgar por cómo se encuentran las zonas verdes de la ciudad gestionadas por el Ayuntamiento», dice Manuel Adorna, que se congratula con el trabajo de Lipasam en el barrio y la buena conexión, por parte de Tussam , que tienen con el resto de Sevilla. Asimismo, Macarena-Tres Huertas entró en el Plan de Barrios, donde se renovaron los sistemas de alcantarillado, alumbrado y pavimento. «No obstante, hubo zonas que no se arreglaron y llevan 35 años sin reformarse», comenta Manuel, quien invita al Consistorio a tener « voluntad política » para continuar trabajando con el barrio.

Más de 30 años de vecindad

Manuel Adorna. Presidente de la A.VV. Tres Huertas ABC

Desde la asociación potencian la relación entre los vecinos, algo que con los nuevos hábitos de vida se está perdiendo. Organizan excursiones y fiestas durante todo el año para no perder el contacto. Este barrio de clase media, donde viven unas 1.300 personas, acoge a estudiantes de Medicina y Odontología durante el curso, aunque la mayoría de sus vecinos son personas ya jubiladas o trabajadores del hospital Macarena.

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