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Indiana Jones en busca del santo grial de la juventud
«¡La vida eterna! El don de la eterna juventud para el que beba del Grial»
¿Cómo olvidarnos del impecable Harrison Ford en «La última cruzada» levantando el cáliz de madera? La conservación de los rasgos de juventud a lo largo de la vida no solo ha inspirado multitud de obras audiovisuales y literarias, sino que es verdaderamente una preocupación presente en la cotidianeidad de las personas. Cada vez en rangos sociodemográficos más amplios, hombres y mujeres de diversas edades en todo el mundo desean mantener el atractivo de sus años mozos durante el mayor tiempo posible. El cuidado del cuerpo, la salud y el bienestar, son temáticas presentes en cualquier conversación entre amigos que se precie. Y decimos «entre amigos», haciendo uso de nuestro tan polémico masculino genérico porque hasta hace poco tiempo podríamos haber mencionado solamente a las mujeres. Pero no, actualmente, por suerte para los hombres -en realidad también para las mujeres-, cuidarse físicamente no se asocia a la feminidad. En palabras de Carlos Otero, podríamos hablar de una nueva corriente de ubersexuales, «los hombres que se cuidan y se echan cremitas sin perder testosterona», y es que este nuevo tipo de gentleman supera con creces al ya denostado metrosexual, incapaz de realzar su belleza sin conservar las características de su género.
El icono de estos ubersexuales está bien definido: George Clooney sería el mejor de los ejemplos. El vocablo es una fusión entre los conceptos über, del alemán, que es un adverbio de intensificación, y sexual, apuntando a los rasgos que definen cada género. El súper hombre, el macho alfa, que construye su atractivo acentuando los rasgos típicos de los varones.
Richard Gere tampoco sería mal ejemplo, porque este hombre ubersexual aprecia la naturalidad y saca partido a sus canas; son esas personas que gozaban de un gran atractivo físico en su juventud y que siguen teniendo en su esencia, pero que podrían mejorar con pequeños retoques. Harrison Ford sigue siendo sexy, pese a que ya tenga unos años (concretamente setenta y cuatro), pero apostamos a que su tuviera delante en grial de madera, bebería un par de tragos para rescatar aunque fuera una pizca del aspecto que tenía en «la última cruzada».
Signos como la caída de los párpados, el aumento del tamaño de las orejas, la pérdida de definición en el contorno de la nariz, la atrofia de la grasa facial y las arrugas y la flacidez en el rostro, son los que más delatan la «experiencia» de los hombres. Signos fácilmente aplacables gracias a las posibilidades que nos brindan hoy la cirugía plástica y la medicina estética. En Aurea Clinic te contamos lo que nosotros le haríamos a nuestro Indiana Jones para ayudarle a encontrar la eterna juventud:
Con una blefaroplastia completa, Harrison Ford podría transportarse unos 10 años atrás en el tiempo. Las tan odiadas bolsas, así como la caída de los párpados superiores, es uno de los rasgos del envejecimiento que más merman el atractivo de los hombres: les refieren un aspecto cansado y una expresión triste en la mirada. Con la operación de párpados, no solo se obtienen resultados estéticos, sino que es un remedio muy efectivo contra los problemas de visión ocasionados por la caída de la piel sobre las pestañas. Las bolsas son una acumulación de grasa, fruto de la senectud en una base genética predispuesta, que solo se corrigen mediante una intervención de cirugía plástica. La blefaroplastia es, en el ranking de las operaciones de cirugía estética, de las que tiene menor riesgo, y en algunas ocasiones puede realizarse incluso con anestesia local.
Sin duda reduciríamos el tamaño del lóbulo de Harrison Ford. Con los años, aumenta paulatinamente el tamaño de las orejas, dando lugar a lo que se denomina lóbulo enlongado o megalóbulo. Esto es un indicio claro de envejecimiento, tanto que en algunas culturas africanas se refiere mayor respeto a aquellos con los lóbulos más grandes por significar una dilatada experiencia en la vida. La lobuloplastia, es un procedimiento quirúrgico menor, que se realiza con anestesia local y mediante el cual se acorta el tamaño de la parte inferior de la oreja.
Con los años la punta de la nariz desciende y se ensancha por el final. Harrison Ford padece, además, una laterorrinia (una desviación en la nariz) que probablemente le dificulte la respiración, por lo que la rinoplastia que le haríamos a Indiana Jones no solo favorecería bastante el equilibrio de sus rasgos faciales, sino que también le mejoraría su función respiratoria.
Es inevitable que soplar un número significativo de velas en la última tarta de cumpleaños suponga una atrofia de la grasa facial. Este fenómeno asociado al envejecimiento, que se da principalmente en las mejillas, es lo que nos acentúa las ojeras y nos da un aspecto «demacrado». Para paliar esta atrofia existen dos técnicas: el microinjerto y el nanoinjerto de grasa. En la primera se extrae grasa de una zona donante (por ejemplo de los flancos o debajo del ombligo) y se injerta en una zona receptora, en este caso la cara, para dar volumen. Para el nanoinjerto se extraen células mesenquimales entre las que se hallan células madre, que se inyectan en la zona que las necesita sin dar volumen, solo con la finalidad de regenerar la piel (es el mejor tratamiento con el que se consigue eliminar lo oscuro de las ojeras). El nanoinjerto de grasa también sirve para corregir pequeñas arrugas ya que contiene la fracción vascular estromal (que es una agrupación de células presentes en todo el organismo, que tiene el talento de regenerar los tejidos perjudicados ya sea por lesiones por el envejecimiento y el desgaste celular). En el caso de Harrison Ford apostaríamos por un microinjerto de grasa en la región premalar.
Un tratamiento de Plasma Rico en Plaquetas
Harrison Ford necesitaría, para encontrar el cáliz de la juventud eterna, retocarse las arrugas y la flacidez del rostro. Para eso, en Aurea Clinic recomendamos el tratamiento de PRP y la terapia inductora de colágeno por microagujas. Sin embargo el PRP y la terapia inductora de colágeno por microagujas, son dos técnicas mínimamente invasivas, revolucionarias en el rejuvenecimiento de la piel, por trabajar con materias autólogas, del propio paciente, sin aportar ningún agente exógeno al cuerpo. Tensaríamos y aumentaríamos la densidad de la piel de la cara y el cuello de Indiana Jones mediante estos tratamientos.
Pues sí, parece que poco a poco todos tenemos a nuestro alcance la fuente de la eterna juventud. Somos afortunados de vivir en un momento en el que se ha producido un cambio de mentalidad sobre la apariencia física de los hombres, y ya tenemos claro que ellos también tienen derecho a cuidar su estética. Ha aumentado la esperanza de vida, y es innegable que con este incremento, también ha aumento la esperanza de juventud. Sin embargo, en Aurea Clinic creemos en que el cuidado personal puede hacerse desde una óptica de mantener nuestro aspecto original, no cambiando la esencia de las personas. La filosofía de nuestra clínica se cimienta en la protección de la salud física y psicológica de las personas, la transparencia informativa y la obligación ética de saber reconocer y valorar la belleza, ayudando a los pacientes a verse mejor dentro de su propio cuerpo haciendo pequeños cambios sustanciales. En Aurea Clinic queremos que Indiana Jones descubra el mejor de los Harrison Ford, y queremos que tu descubras tu mejor yo.