Entrevista

José Luis Lledó: «El impuesto de sucesiones debería igualarse en toda España pero a la baja, no al alza»

El decano del Colegio Notarial de Andalucía, que agrupa a 500 profesionales, rechaza las presiones para aumentar la carga impositiva de las herencias y recuerda que ya es muy alta cuando la reciben sobrinos y otros parientes

José Luis Lledó Vanessa Gómez

Jesús Álvarez

José Luis Lledó, decano del Colegio Notarial de Andalucía, que agrupa a unos quinientos notarios de las ocho provincias andaluzas, Ceuta y Melilla, quiere acercar la figura del notario a la ciudadanía y señala algunos pasos que se han dado en esta dirección como la potestad para celebrar bodas o el asesoramiento gratuito a los ciudadanos antes de firmar una compra-venta de una vivienda. Crítico con la dispersión fiscal que rige en España y que contradice, en su opinión, el artículo de la Constitución que consagra la igualdad de todos los españoles ante la ley, se muestra de acuerdo con el deseo de la ministra de Hacienda de armonizar algunos impuestos como el de sucesiones «pero a la baja -advierte-, no al alza».

La imagen tradicional del notario es la de un señor bastante alejado de la ciudadanía y con mucho dinero. Usted se propuso acercarla a todo el mundo cuando fue elegido decano de los notarios andaluces en 2016. ¿Cree que lo ha conseguido?

Creo que la imagen del notario de ahora no es la que se tenía antes de un señor que estaba al final de una mesa que leía unas cosas muy rápidamente que a la mayoría de la gente le costaba mucho trabajo entender. Ahora es un profesional más cercano que asume otras funciones y explica las cosas con calma y resuelve todas las dudas. Respecto a lo del dinero, es cierto que hubo notarios durante la época del «boom inmobiliario» que firmaron miles de escrituras pero no es el caso del notario medio actual. Hay cosas que son más caras como las herencias con muchos herederos o las compraventas de un piso pero hay otras muy baratas como un testamento. Nosotros cobramos por folios.

¿Quién fija los precios por sus servicios?

Los aranceles los fija el Estado y no suben desde 1983. Bien es cierto que al cobrar los notarios por un porcentaje del valor del piso, al subir su valor, sube también la cantidad que nosotros percibimos. Por salir de la notaría para firmar un acto cobramos 18 euros la hora.

¿Cuánto cobran por un testamento?

Menos de 40 euros y un notario se puede pasar una tarde entera asesorando al testador. En Europa viene a salir por 400 o 500 euros y en Holanda puede alcanzar el doble. Recuerdo que le hice un testamento a un inglés y cuando le pasé la minuta me dijo que si me había equivocado. Pensaba que sería mucho más cara y me trajo una botella de vino de regalo con cargo de conciencia.

Con las sucesiones y herencias imagino que no le regalarían nada, al menos hasta que Susana Díaz, obligada por Ciudadanos, redujo los elevados impuestos que se pagaban en Andalucía.

Lo que a los clientes les desconcierta, y a mí también, es que los españoles no seamos iguales ante la ley en lo relativo a la aplicación de impuestos como éste. Debería haber un criterio uniforme. Una donación a un hijo que viva en Madrid está bonificada pero si vive en Extremadura tiene que pagar mucho. A nadie le gusta pagar impuestos pero hay que hacerlo. Yo añadiría que hay que hacerlo todos por igual. En Andalucía se bonificó el impuesto pero se ha pagado durante mucho tiempo mucho más que Madrid, por ejemplo.

En el caso de una herencia de tíos a sobrinos se sigue pagando mucho.

Sí, de los sobrinos nadie se acuerda. Pero no es sólo en Andalucía sino en toda España. Los matrimonios sin hijos pagan muchísimo por transmitir su patrimonio, a pesar de que ya pagaron los impuestos correspondientes para conseguir esos bienes. Las donaciones a parientes que no sean cónyuges o hijos están muy gravadas fiscalmente. Un impuesto del que no habla casi nadie es la plusvalía municipal que se paga cuando se vende un bien con una ganancia. En una donación también se tributa como si hubieras ganado algo cuando lo que haces es regalar un bien.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, acaba de anunciar que se propone «armonizar esos impuestos», es decir, revertir esas bonificaciones que se hicieron en Andalucía.

Estoy completamente a favor de que se «armonicen», pero por abajo, no por arriba.

«Al notario se le veía antes como un señor que estaba al final de una mesa y que leía unos papeles muy rápidamente que a muchos les costaba entender. Ahora se han acabado las prisas y hemos pasado a ser los notarios de las personas»

El dinero de una herencia suele destruir familias y separar a muchos hermanos. ¿Ha visto algún caso?

He visto de todo. Las herencias de hermanos mal avenidos son muy difíciles y he presenciado discusiones ridículas para repartirse las sillas de un comedor. Faltaba una silla y dos hermanos casi llegan a las manos por eso. Y en casos de divorcios también presencié discusiones por ver quién se quedaba, por ejemplo, con los baberos de los niños. A veces nos piden poderes para que los antiguos esposos no se vean las caras o que firmen en salas diferentes. Recuerdo un caso de un matrimonio que estuvo a punto de no casarse porque él solicitó hacerlo en separación de bienes y ella no debía de saberlo. Eso ocurrió un momento antes de la ceremonia con todos los invitados esperando.

Hablaba de la cercanía del notario al ciudadano. ¿Se han dado pasos en Andalucía durante estos últimos años?

Creo que se ha avanzado mucho en esa cercanía. Quizá se visibilice mejor en la modificación de la Ley Hipotecaria. Antes, la hipoteca era un momento puntual en el que el notario te leía la escritura y había gente que no entendía ciertas cosas, por ejemplo, las cláusulas-suelo de algunos bancos. Ahora intervenimos antes de esa fase de firma de las escrituras y concertamos una cita diez días antes en la que procuramos explicar todo eso con detenimiento para quien se entienda.

Cuando firmé mi hipoteca hace trece años, el notario lo leyó todo de corrido, como si estuviera recitando los temas de su oposición. Por suerte, no tenía cláusula suelo.

En las oposiciones nos acostumbramos a hablar muy rápido y luego nos tenemos que deshabituar y hacerlo mucho más despacio porque seguimos hablando. Hay que recordar que en la época del «boom» inmobiliario algunos notarios podían firmar ocho o diez escrituras de compra-venta en un día y supongo que eso influiría. Es importante que los notarios pasemos de las prisas a la calma y, de hecho, creo que ya lo hemos hecho. Quiero destacar que esa reunión previa a la firma la hacemos a solas, lo cual nos da una cercanía increíble. Además, que sea a solas, sin presencia de otras personas, es importante porque delante de otros, ya sea el vendedor o el representante del banco, muchas personas se avergüenzan y no se atreven a preguntar por miedo a que los tomen por tontos.

«Las herencias entre hermanos mal avenidos suelen resultar complejas. Recuerdo una en que estuvieron a punto de llegar a las manos por una silla que faltaba de un salón»

Las cláusulas suelo habrán sido un quebradero de cabeza para muchos notarios.

Pero el problema no era nuestro. Como ha dicho el Tribunal Supremo, hubo falta de transparencia no en el momento de la firma en la notaría sino en las negociaciones previas entre los clientes y los bancos. A un notario que conozco, un cliente le fue a protestar porque a su vecino le estaban devolviendo dinero por la cláusula suelo y mi compañero sacó su escritura y comprobó que no tenía ninguna cláusula de este tipo. El hombre se enfadó muchísimo sin entender que no tenía derecho a ninguna devolución porque él había pagado mucho menos que su vecino. Creo que es un gran avance que el cliente pueda elegir al notario que desee y no el que le imponga el banco o un gran operador, como ocurría antes. Contamos con una aplicación informática para que el cliente pueda ejercer este derecho con enorme facilidad.

«Somos más cercanos y receptivos. Las prisas se han acabo en las notarías y creo que ahora somos los notarios de las personas, no los de los papeles»

¿Se ha humanizado, en su opinión, la figura del notario?

Ahora somos más cercanos y receptivos y ahora la gente también te exige más. Las prisas se han acabado en los notarios. Antes éramos los notarios de los papeles y ahora somos los de las personas. Hace unos meses se celebró un congreso mundial de juristas y nosotros llevamos a una notaria del sudeste asiático, otra africana, otra europea y un notario chino, donde dejaron claro que hemos pasado a ser los notarios de las personas. Estamos mucho más humanizados y nos hemos vuelto más intervencionistas; antes éramos más de dejar de hacer, de dejar pasar.

Se dice de algunos notarios que dejan pasar operaciones dudosas de blanqueo de dinero. ¿Hay algo de cierto en eso?

Puede haber algún garbanzo negro, como en cualquier otra profesión, pero los notarios no podemos aceptar ningún tipo de encubrimiento; y, en caso de duda, podemos romper el secreto de protocolo si es un obstáculo para la persecución de un delito. Sabemos decir que no y lo hacemos, de hecho, en cualquier cosa que vaya en contra de la ley. Para detectar el narcotráfico, el blanqueo de fiscales y el delito fiscal tenemos un órgano centralizado de prevención que está creado por los propios notarios con una gran base de datos que detecta puntos negros. A veces hacen falta varios actos jurídicos para dar con estos comportamientos pero contamos con señales que nos ayudan como cantidades en efectivo, operaciones con un mismo inmueble, o ampliaciones y reducciones frecuentes de capital de la misma sociedad.

Ha sido habitual en la compraventa de una propiedad en España que se escriture por un valor menor al real para pagar menos impuestos a Hacienda. No sé si le habrán llegado muchos casos así.

Los notarios no podemos saberlo porque la cantidad declarada surge de un acuerdo previo entre dos particulares. Sin embargo, si esto se hacía antes, esto se ha remediado porque todos los pagos no solo deben confesarse como recibidos («confesado y recibido») sino acreditarse por transferencia o cheque bancario. Todo tiene que coincidir con el precio. Ademas, el impuesto de transmisiones patrimoniales es del 8 por ciento mientras que la plusvalía es del 20 por ciento, de modo que no creo que compense al comprador declarar un valor inferior de venta.

¿Es posible impedir el fraude fiscal?

Ojalá supiera el método para eso, pero es un gran logro que haya desaparecido el dinero en metálico de las notarías. A partir de 2.500 euros no se puede pagar en efectivo y ahora lo habitual es que el cliente venga con su cheque o su transferencia. Hay posibilidades de fraude con sociedades interpuestas pero tenemos una base de datos para detectar quien está detrás de la última de esas sociedades. Esa base la hemos costeado los propios notarios sin ninguna subvención pública.

Los notarios están asumiendo algunas funciones que antes eran de los jueces, por ejemplo, los matrimonios.

Salió una ley de jurisdicción voluntaria hace tres o cuatro años en las que se nos entregaba todo lo relativo al expediente matrimonial para descongestionar a los juzgados. El final de todo el proceso, el otorgamiento de la escritura, se realiza en la notaría, aunque muchos contrayentes nos piden que la hagamos fuera. Hacerlo o no depende de cada notario.

«Los notarios nos negamos a otorgar testamentos que creemos inducidos por terceros o con vicios de consentimiento por enfermedad mental del testador. Eso va en contra de nuestros ingresos pero ahí está la grandeza del profesional»

Una notaría no parece un lugar muy romántico para una boda.

Las notarías no tienen salas de bodas como los juzgados o los ayuntamientos y solemos salir fuera de la notaría, salvo que se nos propongan lugares que no tengan la solemnidad que requiere un acto de este tipo. En las playas se tiende a hacer cosas tipo Las Vegas que no son de nuestro agrado porque una boda no es ninguna opereta.

Sin embargo, la de matrimonio debe de ser la única escritura que ustedes otorgan en la que todos acabarán aplaudiendo.

Sí, eso es cierto. Cobramos 150 euros y nos ha dado a los notarios mucha cercanía a la ciudadanía.

¿Y los divorcios?

Cobramos, como decía antes por folio (60 euros), y suelen incluir un convenio regulador, pero no pasa normalmente de 300 euros.

¿Qué otras funciones han asumido en los últimos años?

En temas de herencias, cuando los herederos no se ponían de acuerdo, antes había que ir a un pleito. Ahora se puede hacer con un contador partidor dativo, que es un abogado especializado en estos temas. Es un arbitraje que vincula a todas las partes y el broche final lo pone el notario. Esto antes lo hacían los jueces. También se puede reclamar una deuda a través de un notario si el deudor no contradice. Eso se convierte en un título ejecutivo y ahorra procedimientos judiciales que suelen ser muy costosos.

En los testamentos de personas mayores supongo que la actuación del notario requiere de una especial sensibilidad.

Creo que este asunto es una de las claves de bóveda del notariado porque descansa en nosotros la apreciación de la capacidad, que no es un juicio médico. Tenemos que apreciar no sólo la capacidad sino si puede haber vicios de consentimiento. Lo hacemos con la cercanía y la experiencia. Una norma de oro que se le da a los alumnos que han aprobado Notarías durante su período de formación es que en un testamento entren siempre a solas. Tenemos el caso frecuente de la tía que va con su sobrino al notario para hacer testamento y siempre pedimos al sobrino que se quede fuera para poder averiguar si tiene captada o no la voluntad de su tía.

«Creo que debería suprimirse la legítima de los hijos en los testamentos. Tuvo su sentido por su contribución al patrimonio familiar pero ahora es más lógico y más justo beneficiar al cónyuge que enviuda».

¿Se dan casos de enfermos de Alzheimer que vienen a las notarías a testar sus bienes?

Sí. Y el Alzheimer, en sus fases iniciales, puede que no se detecte en una primera apreciación. Nosotros hacemos muchas preguntas para averiguar que el estado mental del testador es normal. No se pueden tener prisas, que son malas consejeras, como dije antes. Yo otorgo muchos testamentos y muchas veces he tenido que decir que no porque he apreciado falta de capacidad.

Esa decisión será mal recibida por el testador y, además, va en contra de su negocio, porque usted no cobra nada si no se firma.

Tenemos muchas veces que negarnos a hacer cosas, aunque eso suponga siempre perder ingresos. Ahí está la grandeza notarial, aunque tampoco podemos olvidar que somos funcionarios públicos a los que Estado nos otorga esa capacidad de dar fe pública.

A las notarías irá gente buena y gente mala.

Rainiero de Perugia, un notario italiano del siglo XIII, decía que la misión del notario es proteger los negocios de las humanas debilidades. Si todos fuéramos buenos, no harían falta ni notarios, ni abogados ni jueces.

¿A su notaría llegan más buenos que malos?

Sí tenemos muchos más buenos que malos y a estos últimos debemos desenmascararlos, aunque ellos no lleven un cartel en la frente que ponga «malos». No sólo hablamos de testamentos sino de poderes para hacerse con los bienes de personas que siguen vivas. Esto es, por desgracia, algo habitual en las residencias de mayores.

En Estados Unidos se puede desheredar a un hijo; en España, no.

Efectivamente, aquí hay dos tercios de los bienes, un tercio de legítima y otro de mejora, que van para los hijos y que tuvo su sentido históricamente por la contribución evidente de los descendientes al patrimonio acumulado por sus padres. Ahora, en mi opinión, no es así y deberían suprimirse las «legítimas». Creo que se debería mejorar la situación económica del cónyuge que enviuda en detrimento de los hijos. Entiendo también otros casos en los que el viudo o viuda conoce a una nueva persona y eso puede afectar a la herencia de los hijos; y por eso también se entendía que la libertad absoluta de testar, como existe en Estados Unidos, iba contra la institución familia. Cuando una persona llega a una edad avanzada a quien quiere beneficiar normalmente es a su cónyuge.

¿Y a un hijo sobre otro?

En Navarra hay libertad de testar desde los fueros y se puede dejar sin nada a los hijos; en el País Vasco no, pero sí dárselo todo a un hijo y nada a otro. Se puede beneficiar al hijo bueno en perjuicio del malo, si se diera el caso. El bueno se quedaría con todo. En Cataluña se pacta la separación de bienes, si no se solicita nada en contrario, y eso varía la percepción de las herencias. El derecho sajón es libertad absoluta.

¿Cómo son los notarios en Estados Unidos ?

Las notarías allí son como estancos y a sus titulares no se les exige tener estudios de Derecho. Es una concesión en la que se vende tabaco, corbatas y se hace también de notario. Allí casi ni identifican a las personas, tú dices qué eres tal y se te pone un sello. Demostrar ser propietario allí no es fácil por ese motivo y puede aparecer un tercero que diga que tiene derecho sobre esa casa que te han vendido. Allí la seguridad jurídica se arregla con un seguro. Esto sale mucho más caro que los aranceles de un notario, que asegura el tráfico jurídico. En la cultura latina preferimos la casa al dinero.

¿Nuestra regulación jurídica favorece al que tiene menos recursos?

Sin duda, porque los notarios cobramos por igual al pobre y al rico. Allí, en EE.UU., el pobre no puede asesorarse porque cualquier consulta con un abogado le va a costar miles de dólares y va un poco vendido.

En EE.UU. muchos notarios son como estanqueros sin estudios que no garantizan la seguridad jurídica. El pobre no puede asesorarse y va un poco vendido. En Europa el sistema de seguridad jurídica favorece al que no tiene recursos«

¿Se podrán crear sociedades de forma telemática en un futuro próximo?

Hay una directiva europea que pretende agilizar el tráfico mercantil sin quitar seguridad. Hasta ahora hemos necesitado la presencia física del cliente pero tenemos que adaptarnos. Esto puede ser peligroso si no se hace con las debidas garantías pero tenemos un modelo consensuado con el notariado alemán que permitiría identificar facialmente a la persona o por el iris. En Austria trabajan con unas cabinas.

¿Esto podría conducir a la desaparición del notario?

Aunque hay personas malintencionadas que lo piensan, no sería así porque seguiríamos dando fe de que se ha hecho la aportación económica, el control de legalidad, de capacidad, etcétera. Si se prescindiera de eso, la inseguridad sería tremenda. En Estonia, el país más avanzado del mundo en este campo, se puede conseguir por Internet el certificado de residencia. Pero en otros campos dejarlo todo en manos de la tecnología puede facilitar el blanqueo de capitales y otros delitos. En EE.UU. hay un programa robótico que tiene todas las leyes federales y locales del que se dice que puede dictar sentencias. ¿Quién podría fiarse de esto?

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