La iglesia ucraniana de Sevilla lanza un SOS por las víctimas de la guerra

El padre Dmytro Savchuk ofrece consuelo y aprovisiona medicinas y alimentos en su pequeña parroquia de la calle Santa Clara para enviarlos al frente

El padre Dmytro oficia una misa en la iglesia de la calle Santa Clara, 12 Rocío Ruz
Elena Martos

Elena Martos

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La madrugada del 25 de febrero, Rusia iniciaba la ofensiva contra Ucrania y en pocas horas al menos una decena de ciudades reportaban informes de los ataques. El presidente Volodímir Zelenski anunció justo después el primer parte de caídos: Son ya 137 . Y en la parroquia de San Demetrio de Tesalónica de Sevilla empezaban a sonar los teléfonos sin parar. La iglesia de la calle Santa Clara, alojada en unas dependencias de la casa espiritual de las hermanas Reparadoras, se queda corta estos días para acoger a los feligreses. Los más de 1.500 ucranianos que encuentran consuelo en las palabras su sacerdote, Dmytro Savchuk .

«Aquí estamos para el rezo y para la ayuda, que reconforta tanto o más», admite. En este templo y en el de San Cirilo y San Metodio de Huelva, se han creado puntos de aprovisionamiento para recoger alimentos, medicinas y materiales sanitarios y quirúrgicos. «La necesidad es muy grande», advierte el párroco, que lleva más de 18 años en Andalucía. En su país le queda todavía una extensa familia y algunos de sus miembros viven cerca de la frontera rusa. Con ellos habla a menudo, con los que son civiles, porque los militares tienen las comunicaciones más restringidas y lo que le transmiten es mucho miedo y desconcierto.

"Hay muchos jóvenes que han dejado su trabajo en España para unirse al frente"

«Yo tengo un primo que es cirujano militar y hace hasta ocho operaciones cada hora. No ha descansado desde que todo esto comenzó. En Sevilla y el Huelva hay también muchas madres, padres y hermanas de soldados que no saben cómo están, si los han herido o algo peor», relata. Viven pegados al televisor y al móvil en busca de noticias. «Es descorazonador». Pero la voluntad de pueblo ucraniano levanta el ánimo de los compatriotas que están lejos. Explica el padre Dmytro que «hay muchos que han dejado sus trabajos para unirse al frente y lucha por su independencia y su libertad para decidir . En Sevilla, en Huelva, en Granada».

Logística

Lo que recoge lo envía en furgonetas a Ucrania a través de la frontera con Polonia. Allí ha conseguido un almacén para ir dejando comida y medicamentos que trasladará directamente a las zonas con más necesidad. Utiliza furgonetas porque los camiones tardan más. El religioso asegura que faltan medicinas, instrumental de quirófano, ropa térmica para militares, chalecos de protección, alimentos no perecederos como latas de conserva y productos empaquetados. «Se pueden dejar en la parroquia y se puede colaborar económicamente a través de nuestra página web www.ayudamosucrania.wordpress.com. Ahí están todos los productos que hacen falta y el número de cuenta», dice.

También quiere apelar a la solidaridad de las administraciones públicas, entre ellas a la Junta de Andalucía, para que contribuyan enviando el material sanitario que tanta falta hace y que no está al alcance del público. Solicita principalmente antibióticos, catéteres, sistemas de transfusión de sangre y plasma e instrumental quirúrgico . Recalca que «otras regiones más pequeñas como Murcia han enviado un trailer» y confía en que aquí también haya una respuesta similar.

Más ayuda

Esta semana ha salido desde Granada otro cargamento de medicamentos que llevan dos jóvenes ucranianos que se quedarán allí para unirse al Ejército. «Hay mucho miedo, pero no dan un paso atrás», dice con orgullo el sacerdote, que también reza a diario por aquellos que salen del país en busca de refugio. «Hay colas para entrar en Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumanía. Buscan la protección de la Unión Europea y aquí tenemos organizadas listas de familias españolas que acogen a niños y a familias ucranianas », dice.

A estas colectas que está haciendo la comunidad ucraniana se suman las del Colegio de Enfermería de Sevilla , que pide material y medicamentos como analgésicos, antibióticos, suelo salino, antiséptico, además de gasas, algodón, guantes, vendas, jeringuillas, ropa de abrigo, pañales y leche para bebés. Estas aportaciones se pueden llevar a la sede de la institución en la avenida Ramón y Cajal, 20. La ola de solidaridad desde los países vecinos no deja de crecer con la esperanza puesta en que el conflicto cese pronto.

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