EL VIRGEN DEL ROCÍO AFIRMA QUE ESTÁ SIENDO TRATADA CORRECTAMENTE
«Dos hernias cervicales oprimen la médula de mi mujer y no la llaman para operarla, a pesar de la urgencia»
Un trabajador del SAS denuncia la demora en la asistencia a su esposa que lleva un año sufriendo fuertes dolores
Las dos hernias discales cervicales están comprimiendo las raíces de la médula. Es urgente operar».
Estas fueron las palabras que, según José Arroyo , le dijo el jefe de servicio de la Unidad del Dolor sobre la patología se su mujer el pasado 11 de noviembre en el Virgen del Rocío y aún sigue esperando la intervención urgente.
Eso fue después de once meses de calvario en el hospital de Valme con tratamientos que no llegaban a ninguna parte y fuertes dolores cervicales, en los brazos y el coxis que no cedían ni con sueros derivados de la morfina.
Ha pasado un año desde que la mujer de Arroyo, de 54 años de edad y empleada del SAS , como él desde hace décadas, se cayó de nalgas el 25 de enero cuando se dirigía al trabajo.
Sintió un fuerte dolor en el coxis y en las cervicales y fue al hospital de Valme. En una radiografía que le hicieron ese mismo día salió una imagen dudosa de fractura del coxis. Le dieron la baja por accidente de trabajo pero, como no mejoraba con los tratamientos,en mayo le hicieron una resonancia magnética y el resultado fue fractura de la sacra 5 sin desplazamiento y dos hernias discales.
El traumatólogo que la vio, según relata José Arroyo, le mandó veinte sesiones de rehabilitación y la rehabilitadora, derivados de la morfina para los tremendos dolores cervicales en ambos brazos y el coxis.
Como los tratamientos no le dieron resultado, en agosto fueron a Traumatología de Virgen del Rocío, su hospital de referencia. Fueron hasta en seis ocasiones. Le inyectaban petidina en sueros , un derivado de la morfina, para los terribles dolores cervicales y ambos brazos y la última de las veces un médico «nos dijo que en Urgencias no podían hacer nada más y que fuésemos a la Unidad del Dolor».
Acudieron el 26 de octubre y el doctor que «vio la historia de mi mujer nos dijo que el tratamiento de Valme era un cúmulo de errores porque su genética no toleraba los antiinflamatorios ni los derivados de la morfina y que planteaba dos líneas de actuación una sobre las cervicales y la otra sobre el coxis con una epidural para eliminar la inflamación alrededor del hueso y 5 sesiones de iontoforesis para actuar sobre el hueso». El 2 de noviembre fueron, de nuevo, a urgencias por los terribles dolores que tenía la paciente «y no pudieron quitárselos».
«El 11 de noviembre —sigue Arroyo— volvimos a la Unidad del Dolor sin cita y muy amablemente el el jefe de servicio la vio en consulta y, tras comprobar la resonancia de mayo de Valme, él y su equipo se echaron las manos a la cabeza . Resaltó que no me habían dicho que las dos hernias discales cervicales estaban comprimiendo las raíces de la médula y que era urgente operar».
El 16 de noviembre volvieron otra vez a Urgencias «y tras pedir, por favor, que avisaran al neurocirujano, este especialista llegó y decidió dejar ingresada dos días a mi mujer en Observación porque los dolores no cedían con nada y tenía pérdida de fuerza en el brazo izquierdo tras ponerle más de catorce sueros de un derivado de la morfina llamado petidina». Le dieron el alta el 18 de noviembre porque tenía cita en la Unidad del Dolor «y salió con los mismos dolores que entró».
Entregaron una cita preferente ese mismo día en Neurocirugía pero «viendo que no nos citaban puse un reclamación el 24 de noviembre y otra el 9 de diciembre porque tienen diez días para contestar y todavía no han respondido a ninguna». No pasa por alto que en la Unidad del Dolor una doctora que la vió le dijo que «lo que tenía en las cervicales era como si una puerta le hubiese pillado una mano y que por muchos calmantes que le pongamos no se le va a quitar el dolor, hasta que no levantemos la puerta, que es la operación».
«Mi mujer está con fuertes dolores y muy deprimida porque la Sanidad en la que ella lleva trabajando 30 años la ha abandonado a su suerte y a mí que llevo 27 años en el SAS me da asco en manos de quién está nuestra asistencia sanitaria que deja tirados a sus propios trabajadores con problemas graves de salud», declara José Arroyo.
A todos ello, fuentes de la Dirección del Virgen del Rocío contestan que la paciente está siendo correctamente atendida en la Unidad del Dolor de este hospital, donde ha tenido un trato preferente por su sintomatología.
«Así, se le practicó una técnica compleja de analgesia —radiofrecuencia pulsada, que requiere anestesia local y control radiológico— el pasado mes de noviembre, dos semanas después de ser atendida por primera vez en consulta», señalan.
Añaden que para «comprobar su evolución, fue citada dos veces más posteriormente: ocho días después y un mes después, concretamente el 23 de diciembre, fecha en la que la paciente refirió mejoría». Además, afirman que, se le ha cursado petición no urgente a Neurocirugía para que valore los riesgos y beneficios de ser intervenida, como una alternativa al tratamiento que sigue en la actualidad.
Pero mientras tanto, el control de su sintomatología se está haciendo desde la Unidad del Dolor, donde tiene una nueva cita en mayo para ver cómo evoluciona.
Por último, señalan que la Unidad de Atención a la Ciudadanía respondió a sus reclamaciones el pasado día 16 y que debe recibir pronto respuesta .