Reconocimiento académico

Haze: «La Universidad es mi sitio y el de todos los que tengan la determinación de estudiar»

El «rapero de Los Pajaritos» pide más apoyo académico a los jóvenes de barrios con pocos recursos tras recoger el premio extraordinario fin de estudios en Filología Hispánica por su máster sobre el narcotráfico en México

Sergio López Sanz durante su discurso Rocío Ruz

Jesús Álvarez

Sergio López Sanz ha recibido este martes en la iglesia de la Anunciación de Sevilla, uno de los ciento ochenta y cinco reconocimientos académicos que cada año concede la Universidad de Sevilla a sus mejores estudiantes de grado y máster, en concreto, el «premio extraordinario fin de estudios» por su máster en Estudios Americanos sobre el narcotráfico en México. Fue él, «el rapero de Los Pajaritos» (como se conoce a Haze desde que en 2004 publicó «Crónicas del barrio») quien habló en nombre de todos los premiados. No sólo era el más conocido (pasó un mes en la cárcel y vio a morir a varios de sus amigos por culpa de las drogas antes de triunfar con sus discos) sino también uno de los más veteranos, a sus 41 años.

«En 2010, tenía 32 años y decidí preparar la Prueba de Acceso a la Universidad para Mayores de 25 años -recordó Haze-. Detrás, una carrera musical de éxito. Enfrente, una crisis económica. Delante, un sueño, una ilusión: ser universitario ». Y explicó que llevaba sin estudiar doce o trece años: «Compré unos fluorescentes , un estuche, y dentro del estuche metí algunos bolígrafos y una regla que me encontré en la calle (¡ésta!)», recordó.

Haze quería hacer Filología Hispánica («me encanta leer y escribir y no había tenido la suerte de estudiar a Góngora, Bécquer o Juan Ramón Jiménez ») y necesitaba una nota media de siete con cincuenta y nueve para conseguirlo. Aunque admitió que tuvo miedo al fracaso, le sobró casi un punto. «Ocho con cuatrocientos treinta y cuatro» fue la nota que sintetizó su esfuerzo y dedicación a los libros y a la regla que encontró en la calle tras más de una década sin estudiar.

«Detrás, una carrera musical de éxito. Enfrente, una crisis económica y una despreciable hipoteca. Delante, evasivos exámenes. Y terminé mi carrera con un 8,5»

Haze tenía 32 años el primer día de clase y la edad de sus compañeros de clase rondaba los 18 años. Algunos lo reconocieron como «el cani de mierda de Los Pajaritos», pero eso no fue obstáculo para que entre 2011 y 2015 lograra traba amistad con algunos de sus compañeros. « El tiempo pasaba, horas y horas de estudio, preciado tiempo , dedicado ahora a un propósito más noble, terminar mi grado universitario. No obstante -contó Haze-, asignaturas como latín, gramática histórica o sintaxis fueron la menor de mis preocupaciones entonces, pues llegó un momento en el que ya no podía seguir pagando la hipoteca de mi casa. Detrás, una carrera musical de éxito . Enfrente, una despreciable hipoteca. Delante, exámenes, evasivos exámenes -añadió-. Y sí, a pesar de los pesares, pude vender la casa, saldar mi deuda con el banco y terminar mi carrera con un sobresaliente ocho con cinco».

Luego hizo dos másteres, uno, de investigación sobre el narcotráfico en México ( algo sabía de drogas habiendo pasado su infancia y parte de su juventud en Los Pajaritos ), y otro para poder participar en las oposiciones de la Junta al Cuerpo de Profesores de Secundaria en la materia de Lengua y Literatura . «Además de universitario, soy rapero y flamenco. Y de Los Pajaritos. Si ya tan solo con decir que soy rapero podría evocar la imagen de un artista que se limita a escribir rimas simplonas, en muchas ocasiones, ripiosas , qué decir si además soy flamenco -dijo-. Si, además, la parte flamenca de mi obra pone voz a los marginados de la sociedad, a los, por diversas circunstancias, olvidados, alejados por problemas económicos y socioculturales de la Escuela, ¿podría ser la universidad mi sitio? », se preguntó.

Además de universitario, soy rapero y flamenco. Y de Los Pajaritos. Si, además, pongo voz a los marginados de la sociedad; ¿podría ser la universidad mi sitio»

Haze recordó que se crió en en un barrio que durante dos años consecutivos ha sido señalado por el Instituto Nacional de Estadística como el más pobre de España , en el que sólo un 2 por ciento de sus habitantes logra terminar un grado universitario y que está viviendo un proceso de guetificación imparable ; «entonces -volvió a preguntarse-, ¿podría ser la universidad mi sitio?». «Somos pocos, lo sé, pero somos grandes, enormes -dijo-, y, aun así, afirmo que la universidad es mi sitio, el mío y el de todos los ciudadanos que, pues existen mecanismos que lo posibilitan , tengan la determinación de estudiar, vengan del barrio que vengan, del pueblo que vengan, de la ciudad o del país que vengan, porque la universidad ni distingue ideologías ni creencias ni clases sociales ni acentos ni nunca habrá de hacerlo por ser, como es, el templo de la sabiduría y del conocimiento», añadió.

El artista sevillano pidió, no obstante, a la institución académica que « por favor, proporcione más posibilidades a los jóvenes sin recursos de pertenecer a esta noble familia , a esos jóvenes esforzados que ponen su esperanza de medro social en los estudios. Ellos, nosotros, yo, también somos Universidad».

Haze se emocionó y logró emocionar a sus comopañeros en la iglesia de la Anunciación cuando dijo que éste era uno de los mejores días de su vida. «En primer lugar, es para mí un privilegio pronunciar unas palabras en tan solemne acto, ya que estoy completamente seguro de que, cualquiera de mis compañeros estudiantes de máster me superan en talento. Os felicito, compañeros -dijo-. Os felicito y deseo que todos podáis conseguir vuestros objetivos en el futuro. Vuestros familiares, vuestra universidad y yo estamos orgullosísimos de vuestra determinación y de vuestro esfuerzo, virtudes que os han traído a este acto al que solo los más distinguidos estudiantes tienen acceso».

Haze pidió a todos los premiados por sus expedientes académicos que sean ejemplo para todos los jóvenes y propaguen sus valores «con la cabeza alta»

«No obstante -advirtió-, esto no ha de servir de alimento para el ego , sino más bien debiera evocar la alta responsabilidad de saberse ejemplo para el resto de estudiantes y, en extensión, para toda la comunidad académica y, con ello, para la sociedad entera ». Citó a varios de sus profesores, a los que agradeció su cariño, su sabiduría, su pasión por enseñar y su generosidad; y dio las gracias a Bécquer por servirle de inspiración. «Quiero creer que me escucha Gustavo Adolfo Bécquer . Y, siendo yo de tan humilde ralea, sintiendo que no soy más que un Lazarillo del siglo XXI, tan insignificante plumilla, solo se me ocurre decirle gracias, gracias don Gustavo por su valiosa poesía», dijo.

El filólogo y máster sevillano citó a Don Quijote afirmando que «no llegando yo ni siquiera a hidalgo, he tenido que ser hombre de armas y hombre de letras. De armas, ya que en la calle he tenido que defenderme, con valor, de los ataques de enemigos tan fieros como la ignorancia, la violencia y el estigma, saliendo vencedor sin menoscabo -dijo-. De letras, pues pertenezco a la Academia y, sin embargo, también aquí he tenido que demostrar que la ignorancia, la violencia y el estigma que, en ocasiones, pudieron ser causa de burla o menosprecio, se diluyeron, pues los estudios dignifican y enaltecen las almas -añadió-. Por eso siempre digo que estudié en dos universidades, en la de la Calle y en la de la Academia , en la de las Armas y en la de las Letras».

Terminó Haze pidiendo a todos los premiados que «salgan hoy con la cabeza alta celebrando sus logros y los de vuestros seres amados, sientan el orgullo de ser ejemplo y mantengan el corazón recio, porque, por favor, no lo olviden: sólo el necio confunde valor y precio».

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