TRÁFICO
La glorieta de la Barqueta, el cruce más complicado de Sevilla
Junto a ella, la de San Lázaro, Marineros Voluntarios y Torre Sevilla son los núcleos semafóricos que tardan más en cruzarse
![Atasco en el puente de acceso a la glorieta Cayetana de Alba o Barqueta](https://s1.abcstatics.com/media/sevilla/2016/05/23/s/atasco-barqueta-sevilla--620x349.jpg)
La glorieta de Cayetana de Alba , más conocida como la Barqueta, es el nudo semafórico más complicado de Sevilla, en el que se tarda más en pasar debido no sólo a los, aproximadamente, 110.000 vehículos que soporta al día sino a que en ella confluyen cinco vías principales de la ciudad: Torneo, Concejal Jiménez Becerril, puente de la Barqueta, Resolana y Calatrava. Desde el área de Movilidad del Ayuntamiento se señala de hecho que esta glorieta, que gestiona la entrada y salida de Cartuja, la entrada al Centro a través de Calatrava y la circulación norte-sur por la orilla este del río, controla en total de 24 movimientos posibles: 18 de vehículos y 6 pasos de peatones , para lo que dispone de 68 cabezas semafóricas dedicadas a gestionar el movimiento de vehículos y 14 para el tránsito de peatones.
Junto a esta rotonda, los cruces más importantes de la ciudad, y donde se producen más acumulación de vehículos en los cruces semafóricos son: San Lázaro (por ella pasan al día una media de 151.281 vehículos al día en cuatro accesos), Marineros Voluntarios (137.600 vehículos al día en 4 cuatro accesos) y la glorieta de los Descubrimientos , la de la Torre Sevilla (189.000 vehículos al día en 4 accesos, aunque en su caso parte del tráfico se conecta con el Muro de Defensa y Carlos III).
Hay que tener en cuenta que la regulación semafórica es cíclica, es decir los tiempos y colores asignados a los semáforos se repiten. La intensidad del tráfico varia a cada hora del día y cada uno de los 513 cruces existentes tiene un plan específico dependiendo del momento del que se trate para priorizar los flujos de más intensidad. En Sevilla, en cada ciclo semafórico, resaltan desde Movilidad, se realizan 3.450 movimientos de vehículos y 1.436 movimientos de peatón.
Aunque a veces la espera parezca eterna, en hora punta todos los cruces de semáforos de Sevilla se rigen por un ciclo de 112 segundos , que hace referencia a los segundos en los que se llevan a cabo todos los movimientos de esa zona. Es decir en esos 112 segundos, no llega ni a dos minutos, hay que repartir todos los movimientos que se produzcan en el cruce, de vehículos y de peatones, lo que hace que a mayor número de movimientos menor tiempo asignado y más tiempo de espera; además si el viario en cuestión es muy ancho se necesitará dotar de más tiempo para el paso seguro del peatón, a razón 1,5 segundos por metro.
El tiempo de espera no sólo depende del tiempo en rojo de un semáforo . Desde el Centro de Gestión de la Movilidad del Ayuntamiento de Sevilla, se prioriza el paso de vehículos donde la circulación va más cargada y eso puede hacer que en un semáforo concreto pasen pocos vehículos en cada ciclo; también puede ocurrir que el giro que hace el conductor confluya en dos puntos de mucha densidad y no le de tiempo a pasar y que en momentos de hora punta haya más vehículos de los que la intersección pueda ser capaz de gestionar, por lo que la espera es mayor.
Buena parte de ese tráfico se gestiona a través de las 74 cámaras distribuidas por la ciudad y que se controlan desde el Centro de Gestión de la Movilidad, con sede en La Ranilla, pero también con comprobaciones en la calle.
Una técnico de tráfico circula cada día por la ciudad en una furgoneta dotada con Gps y otros medios tecnológicos para medir la intensidad de la circulación en distintas rutas programadas, y que se cambian, para medir el tiempo de paso y detectar incidencias que se puedan estar produciendo. Esos datos se someten luego a un proceso de evaluación y análisis que pueden derivar en algunos cambios de los tiempos semafóricos.
Por ejemplo, en el caso de la avenida Inca Garcilaso, tras la finalización de las obras de Torre Sevilla se instalaron nuevos semáforos con ciclos que obligaban a los conductores a parar dos y tres veces en esa vía, ahora, en ocasiones, y dependiendo de si viene directamente desde el puente del Cachorro o de Ronda de Triana, el paso se puede hacer con una sóla parada o, como mucho, con una al principio y otra al final.
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