EL RINCÓN DE...

Ginés Riquelme: «He tenido la suerte de disfrutar de los cuatro toros indultados en la Maestranza»

Veterinario de la Maestranza, octogenario con la lucidez en la frente... pongamos que hablamos de su vida

Ginés Riquelme ABC

Félix Machuca

Veterinario de la Maestranza, premio extraordinario fin de carrera, se hizo médico para acompañar a su hija en la facultad, donde la niña se echó novio y en la orla de final de curso figuran su marido y don Ginés. Octogenario con la lucidez en la frente, pongamos que hablamos de su vida.

Sí, es de traca. Los compañeros me decían, aunque yo era mayor que ellos, que nos iban a llevar a un programa de televisión que se llamaba «Fantástico», protagonizado por hechos poco corrientes.

Quiero pensar que más de una broma le habrán gastado con esa fotografía.

Sí, me llamaban el enchaquetao. Ellos iban en mangas de camisa y yo iba con chaqueta y corbata.

Pero usted hizo antes Veterinaria en Córdoba y luego ganó oposición en el Ayuntamiento de Sevilla.

Bastante antes. Yo terminé Medicina a los treinta años de ser veterinario. O sea, me hice veterinario en el año 1953 y en el 83 acabé Medicina.

En el Laboratorio Municipal estuvo usted cuidando de la salud de los sevillanos analizando agua y comida. ¿Era buena el agua que se bebía entonces y las gambas que daban de tapas?

(Risas) En general eran buenas. Cuando no, se decomisaban directamente. En alguna que otra ocasión nos llegó un jamón o una paletilla para reclamar al vendedor. Pero lo curioso es que, prácticamente, llegaban en el hueso. O sea, se la habían comido.

Alguna vez le he oído decir que el agua actual de Sevilla es mejor que la envasada…

El agua de Sevilla es realmente extraordinaria. Todos los días se analizan una serie de muestras tomadas en puntos aleatorios. Y desde luego es un agua extraordinaria. No tiene sustancias extrañas. Tiene un índice bajo en cloruro y para nada es dura.

A usted le pilló la Expo como director del Laboratorio Municipal. Más de una analítica de alimentos haría…

Miles. Había un equipo de veterinarios desplazado en la Expo para tomar muestras y analizarlas en el Laboratorio.

Afortunadamente no se dieron problemas con alimentos en mal estado.

Ninguno. En absoluto

Le colocaron un busca que creo que solo sonó una vez. ¿Para qué?

Sonó para preguntarme si se podían llevar las gambas decomisadas al frigorífico del Laboratorio Municipal para destruirla al día siguiente. Me llamaron a las 12 de la noche. Las gambas venían de un pabellón de la Expo.

Como veterinario de la empresa de la Maestranza imagino que se vive más tranquilo que en el Laboratorio Municipal, donde se jubiló hace años.

(Risas) Relativamente. Hay mucha responsabilidad cara al público paraque salgan reses como Sevilla se merece.

Son razonablemente cordiales las relaciones entre usted y los veterinarios y técnicos de la Junta?

Sí, sí, son bastante buenas. Hay respeto mutuo. Y cuando yo doy un veredicto está más que justificado.

¿En qué aspectos del toro se discrepa más?

Más que nada en el trapío.

Usted lleva viendo toros toda su vida. ¿Se queda con el toro de antes o con el de ahora?

Me quedo con el de ahora pero quizás con algunos kilos menos

Hay un debate abierto sobre la falta de trapío del toro actual, en general. ¿Puedo imaginar que los toreros los prefieren pintureros pero sin riesgos para la salud?

Hombre, yo creo que hacemos todo lo posible para que salgan con el trapío suficiente. Así al menos es mi proceder en esta plaza.

¿Recuerda el nombre de toros espléndidos que con su bravura se ganaron el indulto y que pasaron por sus manos?

Desde 1900 hasta ahora en la Maestranza se han indultado un novillo en 1965 de Albaserrada y tres toros: Arrojadizo de Núñez del Cubillo en el 2011, Corrediezmo de Victorino en 2016 y Orgullito de Garcigrande, el pasado año. He tenido la suerte de presenciar como veterinario los cuatro toros en la plaza.

¿Y el toro más bragao que ha visto usted en la suerte de varas?

Comando gris, de Guardiola, que tomó cuatro puyazos intensos arrancándose desde el centro de la plaza.

Un amigo taurino me insiste en que la mejor cola de toro es la que ponen en Casa Román

(Risas) Por supuesto. Es una cola de vuelta al ruedo…

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