Florentino del Valle

«A Sevilla no se le saca todo el partido que tiene: el río, los conventos, los museos, el teatro Maestranza»

El arquitecto y profesor Florentino del Valle Rodríguez, presidente de la recién nacida Asociación Foro Sociedad Civil Sevillana, dice que el cambio de criterio sobre los túneles de la SE-40 puede salir más caro: "Me parece un desastre"

Florentino del Valle Rodríguez Rocío Ruz

Jesús Álvarez

El arquitecto y profesor universitario Florentino del Valle Rodríguez (Huelva, 1940) preside la Asociación Foro Sociedad Civil Sevillana , una nueva organización que pretende alzar la voz de la ciudad frente a los partidos políticos y las instituciones. Veintiuna personas firmaron el acta fundacional hace tres semanas y ya van por la cincuentena. Aunque la mayoría son catedráticos, profesores, economistas, ingenieros, abogados del Estado y destacados profesionales, la intención de todos ellos es abrirla a todos los ámbitos de la sociedad sevillana.

¿Cómo surgió la idea de crear este foro?

Nuestros cuatro pilares básicos son el constitucionalismo, el institucionalismo, el europeísmo y la moderación, y en torno a ellos nos reunimos un grupo de personas a las que nos preocupa el futuro de Sevilla. Creo que el primer foro de este tipo que apareció en España fue el de la sociedad civil catalana como reacción al nacionalismo excluyente. Después han surgido otras en Málaga, Almería, Valencia y Galicia. Nosotros intentamos unirnos a este movimiento porque la sociedad, en general, lleva muchos años callada y sin capacidad de expresión.

¿Por qué?

Porque no se la dan. Solo nos la dan cuando votamos cada cuatro años. Y no es raro que muchos votantes se sientan decepcionados con los partidos políticos que han votado porque no cumplen lo que prometieron. Y hemos visto que no tienen manera de hacer oír sus inquietudes, problemas o ilusiones. Queremos darle voz a la sociedad para que lleguen a donde tienen que llegar, que es a los partidos e instituciones que tienen que resolver los problemas. Si se los ponemos encima de la mesa, no podrán alegar que no los conocen. Y si no nos hacen caso, seguiremos insistiendo.

¿Por qué cree que la sociedad civil sevillana ha estado tan callada?

No sólo la de Sevilla, pero sí hemos estado callados. Ha habido algunas protestas pero sectoriales. Que un conjunto de personas sea capaz de expresarse sobre problemas como el paro, la pobreza, la emigración o la falta de infraestructuras es algo bueno para nuestra sociedad. Queremos expresarnos en libertad con moderación y sosiego. Y sin disciplina de voto. Los partidos políticos han ocupado espacios que pertenecen a la sociedad civil, que se ha ido quedando sin voz. Y no hemos protestado y lo hemos asumido.

¿Esa generación silenciosa tiene algo que ver con las subvenciones públicas?

No puedo ocultar que la cultura de la subvención le ha hecho a Andalucía y la ha impedido despegar, aunque es cierto que en Sevilla tampoco ha habido demasiado espíritu emprendedor históricamente. El sevillano se ha acostumbrado a pedir y eso no es bueno. Hay que ofrecer también y yo creo que el capital humano de Sevilla es lo suficientemente importante como para que reaccione y sea capaz de hacer crecer y despegar la ciudad. Creo que detrás de eso hay un problema de falta de visión respecto al futuro.

Sevilla y el resto Andalucía recibieron unos 100.000 millones de euros de fondos de cohesión desde el ingreso de España en la Unión Europea y no han conseguido converger económicamente con el resto del Estado ni con Europa. ¿Se malgastó parte de ese dinero?

Es obvio que se han mejorado mucho las infraestructuras de toda Andalucía pero con ese dinero no se ha logrado rebajar el diferencial de riqueza y empleo con las demás regiones. Ni tampoco se ha favorecido la creación de un tejido empresarial. Creo que la responsabilidad es de nuestros gobernantes porque son decisiones políticas.

Reputados economistas sostienen que con ese dinero se fomentó la cultura de la «paguita» en lugar de la del emprendimiento y la iniciativa privada y que eso explica que el diferencial no se haya reducido.

Creo que hay algo de eso, aunque a mí me parece inconcebible que se acostumbre a la gente a vivir modestamente con una paguita en lugar de fomentar el esfuerzo personal y el aporte de todos a nuestra sociedad. Conozco casos de personas en paro que han recibido ofertas de trabajo y las han rechazado porque cobraban lo mismo trabajando que sin hacerlo. ¿Dónde está la dignidad personal de alguien que prefiere vivir toda la vida subvencionado?

¿Los valores han cambiado?

A mí me enseñaron de pequeño que el esfuerzo personal es importantísimo. He sido profesor universitario durante cuarenta años y puedo decir que en mi clase había un porcentaje significativo de alumnos que por el simple hecho de matricularse se creían con derecho a recibir un aprobado. Si además, iban a clase, esperaban un notable; y si hacían un examen regularcito, querían un sobresaliente. Esto no puede ser así. Uno debe ir a la universidad a aprender, no a aprobar, que sólo es el resultado de los conocimientos que adquieras. Esos valores de esfuerzo personal en Andalucía se han difuminado mucho y en algunos casos se han perdido. Un proverbio chino dice que si enseñas a un hombre a pescar te evitas tener que darle un pescado cada día. Aquí se ha dado el pescado pero no se ha enseñado a pescar.

Y parece que la Unión Europea va a dejar de mandar pescado.

El escenario va a cambiar radicalmente y con el Brexit España tendrá que aportar más de lo que recibe. Y veo que si se sigue manteniendo esta cultura, se tendrá que conseguir el dinero para mantenerla que ya no recibamos de la UE a través de más impuestos. Creo que se ha perdido una gran oportunidad para salir del furgón de cola de España y de Europa. Cuarenta años después, seguimos en él.

Sevilla tiene varios barrios que siguen entre los más pobres de España.

No hemos aprovechado las oportunidad de despegar y con el paro juvenil que tenemos y sin una justicia equitativa, yo diría que no estamos siquiera en la Primera División. Ni siquiera en los primeros puestos de la Segunda División.

Parece que el futuro económico de Sevilla lleva ya algunos años enfocado hacia el turismo. ¿Qué le parece?

Es una de las cosas que vamos a intentar en el foro es debatir ese modelo de ciudad. Se puede buscar un modelo orientado hacia el turismo, la cultura, la música, al sector agrario o al sector tecnológico. Creo que no hay un diagnóstico serio para abordar este debate y hay que hacerlo con la ayuda de expertos. En el campo se han hecho muchas cosas para tratar de crear valor añadido pero se pueden hacer muchas cosas más. Málaga ha construido un parque tecnológico magnífico y Huelva tiene un polo industrial. En mi opinión, Sevilla tiene condiciones para crear un tejido industrial suficientemente potente, pero la realidad es que la ciudad hoy es turismo y servicios. Poco más ofrece, a pesar de que tiene muchas más posibilidades.

«En mi clase había un porcentaje significativo de alumnos que por el simple hecho de matricularse se creían con derecho a recibir un aprobado; y por ir a clase y hacer un examen regularcito, sobresaliente».

Lo que más se está haciendo en Sevilla durante los últimos años son hoteles.

Creo que habrá algún estudio que justifique esa elevada inversión hotelera, pero lo ideal sería atraer un turismo mucho más selectivo al que se le pueda ofrecer también música, teatro o ballet. El turismo que viene hoy a Sevilla suele pasar una sola noche en la ciudad y no deja demasiado dinero. Málaga, Madrid o Barcelona tienen un turismo más selectivo que deja mayores ingresos en esas ciudades. Los museos de Sevilla no están potenciados. No creo que haya muchos paquetes turísticos que incluyan el Bellas Artes.

Ni al Teatro Maestranza.

Salzburgo vive de Mozart. Pero no es un turismo de diez euros sino de alto poder adquisitivo. El Caixaforum está haciendo cosas interesantísimas y el Maestranza es un magnífico teatro de ópera, pero solo hace cuatro títulos al año. Tal vez habría que plantearse si somos capaces de hacer diez óperas al año y, en tal caso, promocionarlas en los circuitos turísticos culturales. El visitante que atraeríamos sería mucho más interesante.

¿Cree que no le sacamos todo el partido a lo que tenemos?

Tenemos una gran ciudad pero no está aprovechada. Tenemos el casco antiguo más grande de Europa, después de Bolonia, y no siempre se ha sabido conservar bien. Y un gran patrimonio conventual con una riqueza arquitectónica y artística increíbles. La puesta en valor de los conventos como recorrido cultural sería magnífico.

Pero algunos como San Leandro se están cayendo.

Sí, hay que hacer cosas, pero con el arzobispo Asenjo se ha restaurado mucho el patrimonio eclesiástico. Yo creo que debemos pedir a expertos un buen diagnóstico económico para ver por dónde podemos tirar. Hay que fijar las carencias de Sevilla y las prioridades.

Entre las carencias se podrían citar algunas infraestructuras que se están demorando mucho. La SE-40 y sus famosos túneles, por ejemplo, que ahora el Ministerio no quiere acometer.

Ese cambio de criterio nos ha causado gran sorpresa. Se alegan motivos económicos y a mí me gustaría preguntar cuánto ha costado el retraso que llevamos y el que acarrea este nuevo cambio de postura. ¿Al final saldrá más barato o más caro? ¿Compensa esperar tantos años? ¿No sería mejor y más barato hacer ya los túneles?

Un puente, además, no será igual de efectivo y sostienen algunos informes que tendrá un mayor impacto medioambiental.

El puente tiene un impacto ambiental tremendo y exige grandes rampas de acceso. El cambio de criterio no se ha explicado bien y vamos con un retraso muy importante. Sumar ahora seis o siete años más a mí me parece un desastre.

¿Le ha sorprendido el cambio de postura de la plataforma «Sevilla Ya» respecto a los túneles?

Sí. Aunque se trata de una asociación fundamentalmente empresarial, ellos explicitaron siempre que los túneles eran imprescindibles.

¿Los foros civiles pueden mantenerse firmes frente al peso económico e influencia, en todos los órdenes, que tienen las administraciones?

Si una sociedad civil adquiere cierta importancia, se convierte en algo molesto a los partidos políticos. Y a través de las instituciones, intentan dominarlas o fagocitarlas. No creo que haya pasado eso con «Sevilla Ya», pero hay una cosa muy clara. Ábalos tenía esta semana una entrevista con esta asociación y la canceló. Creo que es un desprecio a esta sociedad.

¿Sevilla podría despegar si mirara más al río?

Sevilla ha vivido de espaldas a su río. Tú te vas a Viena o a cualquier otra ciudad centroeuropea y ves la importancia que se le da en todas ella al río. Creo que es un elemento a tener en cuenta en el desarrollo urbanístico y económico de Sevilla. El Puerto también es muy importante para el desarrollo económico de la ciudad.

El dragado del río es otra de las actuaciones que se demoran de forma indefinida.

Que se haya hecho una magnífica esclusa, cuando ya había una, para que pudieran entrar barcos de mayor calado y que luego, por las circunstancias que fueran, no se haya acometido el dragado del río, hace pensar que no contamos con una adecuada planificación de decisiones en materia de infraestructura. Con la tuneladora de la SE-40, que no sabemos cuántos millones nos ha costado, parece que puede pasar lo mismo. Se hacen las cosas al revés.

«Que se haya hecho una magnífica esclusa, cuando ya había una, para que pudieran entrar barcos de mayor calado, y que luego no se haya acometido el dragado del río, hace pensar que no se planifican las decisiones»

Se ha hablado mucho de la «democratización de la opinión y de la información con Internet». ¿Cree que las redes sociales han ayudado a canalizar las reivindicaciones de la sociedad civil?

Las redes sociales son importantes pero sinceramente creo que se han banalizado. Si nosotros somos capaces de canalizar inquietudes de la sociedad civil sevillana creo que las redes sociales se harán eco de lo que decimos y podrán expresarse con mayor rigor.

Se estima que la mitad de lo que se dice en las redes es falso o inexacto y da la impresión de que las redes sociales, más que clarificar o exponer, están polarizando las opiniones, lanzando mensajes incluso de enfrentamiento u odio.

Yo veo que falta civilización en las redes sociales pero nuestro foro está en las antípodas. Veo que falta educación en algunas personas e incluso en valores. Se ha perdido el respeto, especialmente a las personas mayores.

En el Foro Asociación Civil de Sevilla hay tres generaciones.

Sí. La primera es la mía y la de algunos de sus fundadores. La segunda es la de nuestros hijos y la tercera la de nuestros nietos. Por una cuestión biológica, nosotros estamos de paso y deberemos darles el relevo pronto a esta segunda generación. Creo que el hecho de que convivan tres generaciones enriquece mucho el foro con ideas diferentes porque no todos pensamos igual. Aquí hay de todo el arco ideológico pero lo que no hay es ningún representante de ningún partido político. Lo tenemos prohibido. Ni siquiera militantes. En ese caso, ya tienen un cauce donde expresarse, que es su partido.

Forman el foro destacados profesionales: catedráticos, profesores, abogados del Estado, economistas, ingenieros. ¿No parece demasiado elitista?

Nos queremos abrir a toda la sociedad y aceptaremos a todos los que quieran unirse a nosotros, siempre que no sean políticos. Y no estamos cerrados a ningún oficio o profesión, al contrario. Ellos serán las personas que mejor conocen su oficio y nos darán datos que no conocemos sobre sus problemas y eso nos enriquecerá, sin duda.

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