Feria de Abril 2020

La Feria de Sevilla en septiembre será en un formato de menor tamaño que la de abril... si se celebra

Espadas ha encargado un informe económico a Fiestas Mayores, que analiza si el calendario de pagos es compatible con la de 2021 de manera paralela a la situación sanitaria, que tampoco garantiza el nuevo calendario

La portada de la Feria se quedó a medio montar cuando se dictó el estado de alarma J.J. Úbeda
Alberto García Reyes

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El aplazamiento de la Feria a la segunda quincena de septiembre , concretamente del 19 al 26, es sólo una posibilidad, no una decisión firme. Y en todo caso, si se celebra será en un formato de menor tamaño .

El Ayuntamiento no ha descartado la suspensión definitiva de esta fiesta y, de hecho, Fiestas Mayores acaba de encargar un análisis interno sobre la viabilidad económica en la nueva fecha, aunque a menor escala, ya que a la incertidumbre del coronavirus hay que añadir la previsión de gastos e ingresos que supondría llevar la Feria al otoño, un asunto que todavía no está resuelto y que podría ser el argumento definitivo para la suspensión.

Tanto el alcalde, Juan Espadas, como el delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, son conscientes de que la pandemia no va a remitir del todo en los próximos meses porque así lo indican todos los especialistas, que sostienen que hasta que no haya una vacuna bien desarrollada es muy probable que las grandes concentraciones de personas sigan estando prohibidas . Las perspectivas, por tanto, no son optimistas para que pueda celebrarse la Feria, un acontecimiento que reúne a decenas de miles de personas y que genera bullas de manera habitual dentro de las casetas. No es posible habilitar medidas de distanciamiento entre las personas en este evento porque eso supondría atentar contra su razón de ser. Sin embargo, Espadas lanzó el anuncio del aplazamiento, a sabiendas de que la situación es muy compleja, para ganar tiempo.

La Feria es uno de los grandes motores económicos de Sevilla, supone el 3 por ciento del PIB local y deja 900 millones de impacto en la ciudad, razones por las que el alcalde decidió apostar por su aplazamiento en primer término en lugar de suspenderla . Tenía la ventaja de que, a diferencia de la Semana Santa, la Feria sí puede celebrarse en otra fecha. Y, además, tenía la coartada histórica, ya que el permiso fundacional otorgado por Alfonso X para celebrar este tipo de acontecimientos en Sevilla se concedió para abril y para septiembre, aunque cuando los empresarios José María Ybarra y Narciso Bonaplata la refundaron gracias al permiso de Isabel II optaron sólo por la primavera. El caso es que Espadas puede acogerse esos pretextos, el económico y el histórico, para salvar esta edición. Pero la realidad es que las cuentas no salen tan fácilmente.

Devolución de tasas

La semana pasada el Ayuntamiento tuvo que devolver las tasas de las atracciones de la calle del Infierno , más de cuatro millones de euros, porque así lo habían solicitado los empresarios de este sector, que no ven viable la celebración en septiembre porque colisiona con su calendario de ferias , todas más rentables que la de Sevilla, según explicaron a ABC. Por contra, tanto el sector turístico como el de la moda flamenca reclaman que se celebre en otoño para paliar sus pérdidas, que están siendo millonarias. Y en medio de este tira y afloja está el Ayuntamiento, que ha optado por encargar un informe que despeje todas las dudas.

En principio, la idea del gobierno municipal era mantener la Feria montada hasta septiembre contratando un equipo de seguridad para evitar el robo de materiales en las casetas y en la portada. Sin embargo, esta medida tampoco es posible en todos sus términos, ya que la mayoría de las casetas son de alquiler y los dueños de tubos y lonas tienen comprometidas sus estructuras para otras ferias que también se celebran en septiembre, a las que tendrían que dejar de servir. Además, el coste de montaje y desmontaje se duplica para los caseteros, que tampoco ven factible el aplazamiento. Si a esto se suma la negativa rotunda de los dueños de las atracciones a montar la calle del Infierno, los problemas podrían ser insalvables. Pero hay otro dato más que va en contra el cambio de fecha: Fiestas Mayores comienza en septiembre los pagos de la Feria de 2021 , por lo que los gastos se solaparían en el presupuesto y podrían ser administrativamente incompatibles.

La intención del gobierno es aguantar la decisión todo lo que sea posible, pero Espadas tampoco quiere generar falsas expectativas . Por ahora ha cambiado el festivo del 29 de abril al 23 de septiembre porque, en todo caso, beneficia a más gente en otoño, ya que ahora las medidas de confinamiento impiden que la mayoría pueda disfrutar de un día de fiesta, mientras que en septiembre se prevé que ya se pueda salir, aunque aún con determinadas medidas de separación entre las personas. En todo caso, por encima de cuestiones económicas, el principal obstáculo para que la Feria de Sevilla se celebre en septiembre, incluso en formato reducido, sigue siendo sanitario . Y todas los pronósticos en este sentido indican que no habrá Feria hasta el año que viene.

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