El rincón de...
Félix Mateo Valiente del Valle: «Censurar la calidad literaria por motivos ideológicos es estúpido»
Toboganes (Editorial Pangea) es su opera prima como novelista. Sevillano, costalero y futbolero. Dos años en Miami le dieron mundo a su literatura
Es del Tiro, fue costalero del Cautivo y de los Servitas , un menisco averiado lo retiró del fútbol y es profesor en el IES Gonzalo Nazareno de Dos Hermana s. Se licenció en Filología Hispánica y tiene su rincón favorito en las frescas penumbras de la vieja fábrica de tabaco. Le apasiona escribir, tiene varios relatos premiados y se ha prometido no dejar pasar un día sin pensar en su próxima novela. Es fan de Cervantes, de Lorrie Moore, de Palahniuk y de Rulfo . Sostiene que Miami es el paraíso de los cuerpos torneados y de los gordos, del lujo y la necesidad, de los excesos y los defectos. Y que, como el clima, que pasa del sol al diluvio universal, es el lugar donde lo contradictorio no resulta anómalo. Allí todo es intenso, luminoso y excesivo, como pasar del sol radiante a un huracán con nombre de mujer.
A la de tres y empiece a venderme 'Toboganes' ¿Le parece?
El libro le puede gustar a cualquier persona. Cuenta una historia la mar de universal y que está presente en cualquier familia.
Esa novela es su trabajo fin de máster con el que obtuvo el premio extraordinario fin de estudios. ¿Nos lo explica?
La novela tuvo matrícula de honor que, a su vez, sumada a las otras asignaturas del máster, supusieron el premio extraordinario fin de estudios. Destaca en “Toboganes” un innegociable compromiso con la estructura y osadía del relato y no oculta la técnica del guión cinematográfico.
¿Le aburre contar una historia lineal?
Sí, mucho. Además de una historia busco una forma no tradicional de novela. Si la novela aporta algo es precisamente eso: su osadía estructural donde aparece el guión cinematográfico, letras de música, el manejo del tiempo…
Miami está presente en su novela. Usted estuvo allá como profesor enseñando Humanidades. ¿Cómo le fue en el trópico del lujo y el culto al cuerpo?
Una de las experiencias vitales de mi vida. Quitando la paternidad, la experiencia emocional y existencial más importante. La cultura latina me resultó impactante.
Más que nada se lo pregunto porque en la novela recomienda no usar la palabra confianza en Miami…
A mí me recordó eso que tan bien conocemos en el sur cuando quieres hacer una obra y se alarga sine die. En Mimi es igual, te dicen papito no te estreses, papito ahorita mismo y, al final, acabas estresado.
¿No le parece la atmósfera que se vive y se padece en el restaurante Versalles en la calle 8 un buen argumento literario?
No, en absoluto. Estados Unidos es un país de inmigrantes. Llegan allí y quieren formar parte de una nación, aunque el tejano no tenga nada que ver con el californiano. Y eso aquí no pasa.
Pero no nos desviemos. ¿Su paso por Miami le da para sostener que en España el alumno está por encima del profesor?
Hemos pasado una racha muy tensa en la que se ha perdido la autoridad del profesor por culpa del sistema y de los padres.
El consejero de Educación anda empeñado en reponer en las aulas la autoridad que otras leyes os robaron. ¿Es optimista?
Quiero serlo. Me encanta mi profesión y los alumnos son el espejo de lo que viven en casa y en la calle. Si entre todos fomentamos valores como el respeto y la tolerancia nos irá mucho mejor.
En Miami todas las mañanas los chicos entonan las estrofas de la lealtad a la bandera ¿Eso es así o sólo pasa en Corea del Norte?
(Risas) Eso es así. Lo vivirán con más o menos intensidad, pero en la pared están grabadas las estrofas del juramento de lealtad a la bandera que todos recitan antes de entrar en clase.
¿Se imagina proponiendo ese mismo ritual en su instituto de Dos Hermanas?
(Risas) No, no lo veo.
En una estribación del Cañón del Colorado usted fue inmensamente feliz gracias al fútbol. Si lejos de España se siente uno más español, lejos de Nervión ni le cuento…
Me enteré de la UEFA ganada por el Sevilla en Italia en el Cañón. No podía seguir el partido en directo allí y en el coche de vuelta le oí decir a unos italianos que el Sevilla había sido campeón. Llamé a casa y solo se oía por el teléfono el grito de ¡campeones, campeones!
¿Se explica el revisionismo histórico de determinados escritores españoles?
Debería primar siempre el valor literario. Censurar la calidad literaria por cuestiones ideológicas es una estupidez o pura ignorancia.
«Los girasoles ciegos», un novelón sobre la guerra civil, ha desaparecido del programa de Selectividad. Y a Pemán le quitan su placa en Cádiz. ¿La censura ha resucitado en España?
Quiero pensar que no. No lo creo. Pero hay cosas que cuestan mucho entenderlas.
¿Puestos a elegir con qué se queda con un daiquiri de fresa en el Monty´s de la marina de Miami o una cerveza en el Coronado?
Me quedo con la Cruzcampo polar.
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