Felisa Requena: «La montaña ha sido mi gran terapia»
La almeriense recibió de manos del presidente de la Junta en Sevilla la bandera con la que coronará las cumbres bolivianas gracias al Reto Pelayo Vida
Cada año, cinco mujeres supervivientes de cánce r hacen realidad sus sueños realizando un gran reto en alguno de los lugares más recónditos del planeta. Este año se celebra la quinta edición del Reto Pelayo Vida que cuenta por primera vez con una andaluza entre las participantes y los Andes como destino desde el 24 de septiembre y hasta el 13 de octubre.
La almeriense Felisa Requena , de 46 años, arquitecto técnico y madre de dos hijos, es una de las seleccionadas a través de las pruebas en las que participaron 282 mujeres de 11 países para viajar a Bolivia y recorrer 130 kilómetros en dos etapas, en bicicletas de montaña, atravesar desde el sur al norte del Salar de Uyuni, a 3.663 metros sobre el nivel del mar, el desierto de sal más grande del mundo, etapa que concluyó ayer .
A partir de hoy se trasladarán hasta el Parque Nacional de Sajama , donde deberán enfrentarse al Nevado Sajama (6.542 m), el punto más alto del país que coronará con la bandera que le fue entregada en Sevilla por el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
Reto Pelayo Vida
«Conocí este reto a través de una compañera del Grupo Femenino Ciclista Almeriense “Las Pitas”, que me animó a participar al saber de mi pasión por la montaña y la MTB», recuerda Felisa. «Fui pasando las fases de selección. Tras Peña Ubiña quedamos 9 de las 16 candidatas y, en Sierra Nevada, quedamos las cinco seleccionadas: Estrella Paulette, Begoña Conde, Raquel Millán Vicky Martínez y yo. Este año, al ser el quinto aniversario, viene también una participante mexicana, Rina », añade.
« Cuando pasé el cáncer, en las sesiones de quimio me ponía vídeos motivadores de carreras de montaña. No sé por qué, pero me dije que eso tenía que hacerlo yo. Quince días después de terminar la radioterapia me fui al monte y empecé a entrenar. Conocí los 101 kilómetros de Ronda y los hice al año siguiente de terminar el tratamiento. A los dos meses hice el Ultra Sierra Nevada, uno de los más duros, con sus 103 kilómetros y 6.060 metros de desnivel positivo. Lo hice en 23:39, llegué al límite (que estaba en las 25 horas), pero llegué, fui la persona más feliz del mundo».
« La montaña ha sido mi gran terapia . Me diagnosticaron cáncer de mama a los 41 años, hizo cinco años el 1 de septiembre. He tenido muchísima suerte porque se trataba de un estadio 1 y solo tuve cuatro ciclos de quimio y 33 sesiones de radio. Viví la enfermedad con mucho optimismo, fue muy duro el hecho de que mi madre falleciera tres días antes de mi operación. Fue tan duro el golpe que me dio fuerzas. En vez de hundirme me sacó a flote. Convertí el dolor en fuerza motora y pensé que aquello tenía que salir bien. La actitud fue muy positiva, creo que es fundamental. Mi hijo, que por entonces era pequeño y al que le maquillé la verdad, también fue mi otra gran terapia. Si no sufres tú, no sufre tu entorno», señala. «Mi hijo es ahora mi fan número uno. Se ha enterado del cáncer a través del reto».
«Dar esperanza»
« Mi objetivo es dar esperanza . Que mis hijos tengan una prueba gráfica de lo que a mí me apasiona, que es la montaña y lo que hace su madre, que adoro correr por la montaña y adoro la MTB. Poder dar esperanza es maravilloso. Cuando pasas por un proceso así, creo que necesitas tener un referente positivo», dice. «Mi deseo sería conseguir que aunque sea una sola persona me vea diga: si ella ha podido, yo puedo también, y mi vida podrá volver a la normalidad después del cáncer, aunque soy plenamente consciente de que no todas corren la misma suerte», añade.
«La relación entre las cinco es genial. Hicimos tres entrenamientos. Dos en Picos de Europa con Rosa Fernández que es la jefa de expedición, y uno en Sierra Nevada que fue maravilloso. Llevo cuatro años con un entrenador, desde que decidí participar en pruebas de larga distancia y me ha adaptado los entrenamientos de Rosa. Tengo la gran fortuna que disfruto mucho del parque natural de Sierra Nevada y voy con frecuencia al Mulhacén y Veleta, al cual adoro. El objetivo de estos retos, era el de transmitir un mensaje “alto y claro”: "Después del cáncer hay vida”. Espero que llegue al mayor número de mujeres que han superado un cáncer y también a aquellas, que en este momento se encuentran luchando en su propio “reto” contra esta enfermedad».