Fase 3 desescalada
La desescalada en la movida sevillana: sin discotecas y se acabó bailar pegados
Los locales de la noche siguen con la incertidumbre a horas del cambio de fase ya que en otras zonas el Gobierno prohibió abrir en la última etapa de la desescalada
Si hay un sector de los muchos afectados por el coronavirus que puede tardar en remontar es, sin duda, el del ocio nocturno. Ahora vive en una situación de incertidumbre tota l. Las discotecas no podrán reabrir sus puertas aún y los bares de copas sólo podrán hacerlo, en función del tipo de licencia que tengan, pero siempre con aforo limitado, con el público sentado en las mesas y sin pista de baile.
El sector de la noche y también su público, los más jóvenes, tendrán que adaptarse a una nueva forma de movida nocturna: sentados, separados y sin bailar . Al menos no podrán hacerlo en ninguna pista ya que están prohibidas, de momento.
«No tenemos idea de lo que va a pasar», asegura el presidente de Andalucía de Noche y miembro de la dirección de España de Noche, Juan Rambla, en alusión a la situación de incertidumbre que viven a unas horas del cambio de fase . Porque hace algunas semanas se hablaba de que las discotecas podrían abrir en la fase 3, en la que entra Sevilla el lunes 8 de junio.
Sin embargo, el BOE que se publicó la pasada semana para las zonas de España que pasaban a la última fase, mantenía la prohibición de abrir discotecas y bares de ocio nocturno. En Sevilla, las terrazas al aire libre están a la espera de que el Gobierno publique el próximo sábado las normas para los nuevos territorios que pasan a la fase 3 y de que se produzca el traspaso de competencias a la Junta de Andalucía para que decida si abren o no y cómo pueden hacerlo.
Se espera que se les permita un 75 por ciento del aforo de las mesas con dos metros de distancia entre ellas. Además, según Rambla, será la comunidad autónoma la que pase a tener la competencia para aumentar el aforo. Tendrán que conformarse con condiciones muy estrictas, con distanciamiento de dos metros entre las mesas y sin pistas.
Eso significa que los que estén abiertos, lo harán de manera anómala. Con mesas altas y todo el público sentado como si de un velador o un restaurantes se tratara. Hasta nueva orden funcionarán como la mayor parte de la hostelería.
Bailado en el taburete
«La gente tendrá que acostumbrarse a bailar alrededor de la mesa» , dice Rambla. Y eso está ocurriendo ya. En algunos casos, esa situación provoca que el público que acude a esos locales no pueda evitar marcarse algunos pasos de baile en los taburetes. «Nos tendremos que acostumbrar a movernos alrededor de esa mesa», decía. Hay establecimientos que, para evitar infracciones y ser multados, sustituyen la música más movida que incita a bailar por temas más lentos.
Se trata de un sector que, además, en Sevilla es distinto al de otras ciudades. En los meses de verano apenas hay discotecas y lo que proliferan son bares de copas al aire libre con una pista central para bailar.
Rubén Márquez, propietario de Ocean y Ocnos, insiste en esa falta de definición y las contradicciones del Gobierno. Lo único que les permiten es que las terrazas de copas funcionen como los veladores. Si puede, él abrirá la próxima semana .
Algunos empresarios insisten también en que ellos son los más interesados en que se cumplan las medidas sanitarias y evitar riesgos. Y no reabrirán hasta el próximo otoño. Es el caso de Groucho, un clásico entre las discotecas sevillanas y que no volverá hasta después del verano. Su propietario, Jaime Rodríguez de Moya, también dueño de otros locales como La Biblioteca en la calle Julio César, cree que una vez que acabe el estado de alarma hará falta «un plan de desescalada» especial para estos locales.
A él, al igual que a otros colegas, no les compensa abrir con menos aforo y sin llenar como ocurría antes de la crisis sanitaria. «Es imposible mantener un negocio en estas condiciones, porque los gastos superan con mucha diferencia los ingresos», dice el dueño de Groucho. Otro empresario también lo aclara: no es rentable abrir para 40 personas un local que cada viernes concentraba a 300.
Mueve mucho dinero
También defienden que están prestando «un servicio» o que incluso algunos fueron «responsables» y cerraron incluso varios días antes de que se decretara el estado de alarma . A la mayoría, la clausura de estos meses les ha supuesto pérdidas de un 40 por ciento del negocio y casi todos tienen ERTE entre sus empleados. Es un gremio que mueve mucho dinero y que, según dicen, supone el 1,8 por ciento de PIB a nivel nacional y genera 200.000 puestos de trabajo en toda España.
«Habrá cierres» , dice otro conocido empresario de la noche sevillana que es consciente de que la recuperación podría demorarse hasta el próximo otoño.
Uno de esos empresarios también admite de forma muy gráfica los riesgos: «Si llegas a un local y la música está muy alta, cuando acudes a la barra a pedir una copa te acercas al oído de la camarera para que se entere. Y eso supone un evidente riesgo de contagio», advierte. Pese a todo, les llegan mensajes de aliento y muchas peticiones para que vuelvan ya . Al fin y al cabo, salir de copas también es una válvula de escape después de meses de duro confinamiento.