Sanidad

El farmacéutico de Sevilla que lucha por el paciente VIH

Ramón Morillo, que trabaja en la farmacia del Hospital de Valme, coordina una guía nacional con pautas para los enfermos VIH más veteranos y que sufren enfermedades como diabetes, hipertensión, cáncer, ansiedad o depresión

Ramón Morillo, farmacéutico del Hospital de Valme HUV

Jesús Álvarez

Hace una década un paciente VIH tenía que tomarse 20 pastillas diarias para controlar su enfermedad; ahora se consigue lo mismo con sólo una o dos, lo que facilita mucho el cumplimiento terapéutico. Sin embargo, el envejecimiento de estos pacientes, fruto de una mayor supervivencia (muchos tienen más de 50 años), se asocia a otras enfermedades como diabetes o hipertensión que ponen en riesgo su salud si no siguen la medicación añadida.

El farmacéutico del Hospital Universitario de Valme de Sevilla, Ramón Morillo, es el coordinador de la nueva guía nacional que trata de afrontar este problema y mejorar la adherencia a la farmacoterapia de pacientes con VIH. Se trata de un libro en el que han participado una veintena de médicos, farmacéuticos hospitalarios, enfermeros y psicólogos en representación del Plan Nacional del VIH del Ministerio de Sanidad, el Grupo de Estudio del Sida (GESIDA) y la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).

Los expertos hacen hincapié en el enorme cambio producido en la última década sobre el perfil del paciente VIH y el arsenal terapéutico para combatir la enfermedad. En España el número de personas con VIH mayores de 50 años ha crecido casi un 40 por ciento como consecuencia directa de la mejora de la eficacia del tratamiento antirretroviral.

«Aunque haya mejorado la medicación con fórmulas más simple s, la principal causa de fracaso terapéutico en pacientes VIH continúa siendo la adherencia inadecuada al tratamiento antirretroviral, a la que se une también la de otros fármacos», dice el farmacéutico sevillano.

« El perfil del nuevo paciente VIH es de menos de 40 años y con un mayor nivel sociocultural que el de hace unas décadas mientras que el enfermo que lleva ya conviviendo con el VIH más de quince años tenía menos formación y más proclividad al consumo de drogas por vía parental. «Es a este paciente, que ha visto cómo empieza a sufrir otras enfermedades diferentes como resultado de la prolongación de su supervivencia, al que se dirige esta nueva guía, que habla de la adherencia a la farmacoterapia completa », comenta Morillo a ABC.

Polifarmacia de complejo cumplimiento: Muchos pacientes VIH tienen más de 50 años y sufren otras enfermedades como diabetes, hipertensión o cáncer

Esas nuevas enfermedades no se limitan a la tradicional coinfección por hepatitis C sino a otras mucho más comunes como diabetes, hipertensión y problemas cardiometabólicos. También osteoporosis, sarcomas, cáncer de pulmón y colon, insuficiencias cardiacas o renales, a las que se unen la ansiedad y la depresión, afecciones muy habituales. Todas ellas conllevan una medicación cuyo cumplimiento terapéutico resulta complejo. «Hace quince años el tratamiento del VIH suponía 18 ó 20 pastillas diarias y ahora se ha reducido a una o dos; sin embargo, el envejecimiento de los pacientes ha traído otras enfermedades que exigen otras tantas pastillas, unas en ayuno, otras con una carga calórica previa o a determinadas horas que hacen difícil su cumplimiento», cuenta Morillo.

Ahora el paciente con sida puede morir de otra cosa antes que de esta enfermedad y el sistema sanitario se esfuerza por que esto no ocurra. « Antes estaba todo muy enfocado al VIH pero ahora hay que cambiar el enfoque porque si tiene controlado el virus pero no el colesterol, puede morir de un infarto. Para que consigamos esa adherencia a la polifarmacia, es necesario un trabajo multidisciplinar y tratar de hacer tratamientos más personalizados», añade este profesional.

La guía destaca la mayor complejidad actual para obtener buenos resultados en salud debido a la polifarmacia de estos pacientes y supone la actualización del documento anterior correspondiente al año 2008, adaptando los roles asistenciales del farmacéutico especialista al paciente VIH actual con un perfil y necesidades diferentes a décadas precedentes. La principal novedad respecto a la versión anterior es que hace un refuerzo sobre la valoración integral de la farmacoterapia en el paciente VIH, no exclusivamente del tratamiento antirretroviral.

La misma atribuye al farmacéutico especialista una función clave para la valoración sistemática y la mejora de la adherencia terapéutica, tanto al tratamiento antirretroviral como al resto de medicación. Una intervención esencial para monitorizar la adherencia y desarrollar intervenciones educativas, motivacionales y conductuales que permitan reforzarla desde el enfoque individualizado.

Morillo subraya que «la nueva guía amplía el prisma anterior con la inclusión del aspecto multidisciplinar (intervención de los distintos profesionales sanitarios) y multidimensiona l (aspectos cognitivos, nutricionales o sociales) con la finalidad de contribuir a lograr la adherencia óptima».

Ramón Morillo, farmacéutico del Hospital de Valme:«Antes estaba todo muy enfocado al sida pero este virus ya no mata y sí lo puede hacer el colesterol»

El objetivo de esta guía es ayudar a todos los profesionales sanitarios dedicados al control clínico y terapéutico de los pacientes con el VIH a mejorar la adherencia a toda la farmacoterapia prescrita. « Hay un cambio de paradigma que refleja esta guía porque no es lo mismo que un paciente se tenga que tomar 20 comprimidos al día a que tenga cinco inhaladores, tres jeringas de administración subcutánea o fármacos que tengan que tomarse en ayunas y otros, sin embargo, con una cantidad mínima de calorías en el estómago », explica Morillo.

La guía aporta directrices de colaboración asistencial y las herramientas claves para mejorar el abordaje multidisciplinar y también multidimensional de los pacientes . De este modo, se consiguen mejorar los resultados en salud mediante una asistencia más individualizada.

Iniciativas de Valme

Esta guía contempla un nuevo modelo asistencial cuya adaptación se vincula al desarrollo del Mapa Estratégico de Atención al Paciente Externo ( MAPEX ). En 2010 el Hospital de Valme se colocó a la vanguardia en la atención farmacéutica de las patologías víricas, creando una consulta específica. A esta mejora se han ido incorporando en los últimos años líneas innovadoras que lo convierten en un hospital referente en este ámbito. Fuentes del centro destacan el liderazgo del proyecto nacional formativo «Paciente Experto VIH 2.0» dirigido a mejorar los resultados en salud de los pacientes mediante la potenciación de su autocuidado.

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