La familia de la mujer arrollada en un taxi en la A-4 ejercerá la acusación particular

Al taxista se le imputa presunto homicidio imprudente: se quedó sin gasolina yendo con el ordenador de a bordo fundido

Bomberos y personal sanitario junto al taxi accidentado en plena autovía el pasado 7 de febrero EMERGENCIAS

MANUEL MARÍA BECERRO

La familia de M. G. C., la mujer tinerfeña que falleció la mañana del pasado 7 de febrero al quedar paralizado en medio de la A-4 el taxi en el que se desplazaba al aeropuerto San Pablo junto a su marido y ser embestidos por un camión tráiler cargado de naranjas, ha decidido ejercer la acusación particular contra el taxista, investigado por presunto homicidio imprudente como ya adelantó ABC.

Según ha podido confirmar este diario por fuentes judiciales, el esposo francés que sobrevivió al brutal choque y el resto de familiares de la fallecida se han decantado por ser parte acusadora en un caso que sigue diligenciándose por parte de la titular del Juzgado de Instrucción 1 de Sevilla , pero donde ya se han aportado informes periciales que justificarían los indicios que han llevado a la imputación provisional del conductor.

Aunque en un primer momento se especuló con que el accidente podía derivar de un problema en el motor del coche —en concreto, un Toyota Prius con motor híbrido —, la investigación dio pronto un giro de 180 grados tras comprobarse que el vehículo se habría quedado sin una gota de gasolina antes del accidente, lo que no provocó su paralización inmediata en mitad de la autovía, ya que la batería del Prius le habría permitido seguir avanzando .

¿Y cómo un taxista con muchos trienios no se percató de los riesgos que estaba asumiendo, hasta el punto de que ni siquiera llegó a echarse al arcén y se quedó ocupando el carril central ? La clave la daría la caja negra del coche, que recoge las incidencias históricas del coche y que ha revelado que el ordenador de a bordo del taxi no pudo avisar de que se agotaba la gasolina porque el cuadro de mandos llevaría meses fundido y sin reparar .

El cuadro de los modelos Toyota Prius es 100% digital , por lo que el taxista habría estado conduciendo sin visualizar la aguja del indicador de gasolina y de reserva del coche, con los riesgos que comporta. La información extraída de la caja negra es la que permitiría descartar por completo la hipótesis de que el cuadro hubiera podido resultar dañado en el momento del brutal choque.

En este punto, debe tenerse en cuenta que el Reglamento General de Circulación impone multas de 200 euros a todo conductor que se quede sin combustible en carretera obstaculizando el tráfico . En el caso del gremio de los taxistas , y más cuando se encuentran prestando el servicio público, se presume que la responsabilidad sobre el control del combustible es mayor .

La instructora ha descartado desde el primer momento imputar homicidio doloso . De hecho, el taxista sobrevivió pero no salió indemne: es otra víctima del accidente.

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