La familia del joven muerto en Hacienda El Rosario denuncia la falta de medidas de seguridad

El juzgado de Instrucción nº 7 de Sevilla ha abierto diligencias por la muerte de un joven de 17 años, al que le cayó encima un muro del viejo cortijo Hacienda El Rosario en Torreblanca. El accidente ocurrió el pasado 9 de febrero. Tal y como reveló ABC al día siguiente, ese edificio se asienta sobre una parcela municipal y el Ayuntamiento no había adoptado ninguna medida de seguridad ni de cerramiento para evitar el acceso a un inmueble ruinoso. Los vecinos, además, llevaban tiempo alertando de que en la Hacienda se organizaban fiestas clandestinas («rave») y también era lugar de reunión de los amantes de lo paranormal, a pesar de los evidentes riesgos que presenta un edificio abandonado y vandalizado.

La familia del menor fallecido, que se llamaba Moisés, se ha personado en el procedimiento judicial, según confirmaba a ABC su letrado, Joaquín Moeckel , quien insiste en una misma línea argumental: cómo el edificio estaba abierto a que entrara cualquiera a pesar de su estado. «Si ese cortijo, en lugar de ser propiedad municipal, está en manos privadas, la Gerencia de Urbanismo ya hubiera instado hace tiempo a hacer obras. Pero aquí no se ha hecho nada, se ha dejado que el peligro esté y al final ha ocurrido lo que nunca debía haber pasado».

La investigación policial apunta a que unos amigos que acompañaban a Moisés ese día estaban golpeando el muro hasta que acabó cayendo y parte de él impactó en la cabeza del adolescente. El traumatismo craneal que sufrió le provocó la muerte casi en el acto. Para el letrado de la familia, ésa no fue la causa real del siniestro. «Yo niego la mayor, la pregunta que nos debemos hacer es ¿qué hacían esos chaveles en el edificio, cómo pudieron acceder a él? No hay ni una valla endeble, ni un cartel que prohibiera el paso. El muro no estaba en condiciones , como no lo está el resto del edificio».

La Hacienda el Rosario está dentro del inventario del patrimonio inmueble de Andalucía; si bien no está reconocido como bien de interés cultural (BIC). En la ficha descriptiva del edificio se detalla el valor artístico que tenían algunas partes de este cortijo, que ya han desaparecido o de las que sólo quedan algunos vestigios. Es el caso de la portada, considerada « una pieza de cuidada traza y esmerada ejecución que enlaza con el barroco más propiamente sevillano». Se compara con las fachadas principales de otros edificios emblemáticos del patrimonio local y que han corrido mejor suerte, como el convento de la Merced, hoy Museo de Bellas Artes, o la parroquia de San Bernardo. A pesar de que el PGOU vigente contempla que el cortijo debía incorporarse al equipamiento de esta nueva zona de desarrollo urbanístico, el Ayuntamiento confirmaba a ABC al día siguiente del fatal accidente, que el plan es tirarlo.