¿Existe la homosexualidad en los perros?
La monta entre los que son del mismo sexo proviene del juego o alteraciones hormonales
Cualquiera de nosotros ha podido ver comportamientos de monta entre perros del mismo sexo, pero debemos evitar apresurarnos para atribuir o etiquetar dichas conductas como una posible homosexualidad, dice David Menor , profesor sustituto interino del departamento de Medicina y Cirugía Animal y especialista en Etología Clínica de pequeños animales del hospital Clínico Veterinario de la Universidad de Córdoba.
Dice este experto que «aunque se han observado y descrito comportamientos dirigidos hacia individuos del mismo sexo en muchas especies, y entre ellas los perros, homosexualidad es un término que no se usa en el ámbito de la Etología ya que sería antropomorfizar un comportamiento animal. Es decir, interpretar el comportamiento de una determinada especie animal como si fueran humanos, utilizando los mismos criterios y escalas con el que entendemos su comportamiento».
«Los científicos evitamos utilizar dicho término porque la realidad es que no se ha podido comprobar de forma fehaciente. En la naturaleza es muy difícil realizar el seguimiento del comportamiento de un individuo durante intervalos de tiempo lo suficientemente amplios como para poder demostrar una preferencia exclusiva hacia individuos de su mismo sexo, o descartar que un determinado comportamiento puntual no tenga otro significado o causa, como juego o dominancia», explica David Menor.
Agrega que en los perros «nos encontramos con la dificultad añadida de la falta de estabilidad en los emparejamientos, lo que limita las posibilidades de demostrar una determinada exclusividad en la preferencia sexual, y el mantenimiento de la misma a lo largo del tiempo».
Entonces, ¿por qué hay perros que montan a otros perros?, ¿o perras montando a otras perras?¿qué significan estos comportamientos?
«Los motivos fundamentales para dicha conducta -dice- provienen del juego, del establecimiento de jerarquías sociales o simplemente por alteraciones hormonales . Mediante el juego, los animales jóvenes ensayan comportamientos que luego reproducirán como adultos. Además, en esta etapa comienzan a medirse con sus iguales para determinar como se relacionarán en el futuro. Ya de adultos, la monta suele ser uno más de los comportamientos exhibidos por los perros y perras más dominantes sobre sus congéneres, independientemente del sexo y sin ninguna finalidad sexual. Pero en ocasiones son las hormonas las que juegan un papel primordial en esta conducta. Se ha observado que las hembras en celo son propensas a montar a otros perros independientemente de su sexo, mientras que su sola presencia puede provocar este comportamiento en otros perros de su alrededor»
Estas pautas de comportamiento dirigidas hacia los individuos del mismo sexo también se han observado en otras especies animales, desde insectos, a aves o mamíferos , con distinta finalidad y significado.
A veces, según Menor, estos comportamientos simplemente se desencadenan por la errónea identificación del sexo del otro individuo, ya sea por una carencia hormonal o por algún problema en el receptor.