El rincón de... José María Gómez Vera

«Estoy convencido de que en el cielo hay un nuevo ángel que salió de mi casa»

Padre de Moisés, el chico de dieciséis años que falleció en la antigua Hacienda del Rosario, de propiedad municipal, por la caída de un tabique, nos habla de un hogar con una ausencia irreparable y del pulso que mantiene con el Ayuntamiento

José María Gómez Vera Rocío Ruz

Félix Machuca

Padre de Moisés, el chico de dieciséis años que falleció en la antigua Hacienda del Rosario, de propiedad municipal, por la caída de un tabique, nos habla de un hogar con una ausencia irreparable y del pulso que mantiene con el Ayuntamiento

¿Ha soñado con él después de lo ocurrido?

Sí, sí. Veo la cara de mi hijo. Yo fui el primero que llegó y vi su rostro y su cuerpo rodeado de sangre. Y ese sueño no me abandona.

¿Y su esposa cómo soporta este trance?

Muy mal. Todas las mañanas, al levantarse, a la hora del desayuno, que ella se lo ponía siempre, le entran unos sentimientos muy grandes cuando ve su espacio vacío.

¿Ha necesitado algún tipo de tratamiento médico?

Los siquiatras le aconsejaron superar el duelo y dejar que el tiempo se encargara de cumplir los plazos, que no son otros que los de la nostalgia y la aceptación.

¿Recuerda algún comentario de su hermana pequeña cuando se enteró de que no volvería a ver más a su hermano?

Los sicólogos me aconsejaron que se lo comunicara lo antes posible. Macarena, que es el nombre de mi hija, no se lo podía creer y repetía muchas veces el nombre de su hermano: Moisés, Moisés, Moisés…

Imagino que esa silla vacía en la mesa donde almorzáis y cenáis se debe de hacer durísima…

Yo no concibo ese hueco. Para mí que me acompaña todavía. Y ese hueco trato de iluminarlo con una vela que siempre le enciendo. Sé que en esa luz brilla mi hijo.

Y abrir las puertas de su habitación y ver sus ropas en el ropero…

Eso es terrible. Todas las noches entramos en la habitación, mi mujer y mi hija, le damos un besito a la almohada y le deseamos buenas noches. En ese ropero está su olor.

Es evidente que su casa no es ya la misma y que la normalidad se hará esperar.

Es imposible que sea la misma. Yo saco al perro todas las tardes al campo y solo me desahogo: rompo a llorar para que no me vean los míos. La casa no es la misma. Pero luchamos para que vuelva a serlo.

Usted y él dejaron muchos sueños por cumplir, sobre todo en Semana Santa.

Él, como mi mujer, mi hija y yo, somos macarenos. Moisés no era muy capillita. Pero yo tenía la ilusión de que, algún día, como hace su hermana, saliéramos juntos en el paso del señor de la Sentencia.

¿La muerte de su hijo es producto de la fatalidad o encuentra algún tipo de responsabilidad?

Yo entiendo que aquel lugar no estaba debidamente señalizado ni vallado. Y veo que hay una responsabilidad municipal.

El alcalde ha dicho en público que la muerte de su hijo no fue por falta de seguridad, sino que los muchachos que jugaban empujaron esa pared…

Si hubiera estado cercado o vallado no hubieran entrado los niños. Le repito que no había ninguna señal de peligro. Y que, doce días después de lo ocurrido, la colocaron. Le digo más: al lado de mi hijo había un pozo abierto donde cualquiera se podía haber caído.

Es curioso porque las ordenanzas municipales son muy claras en este asunto cuando la propiedad es privada.

Así es. Si esto pasa en la propiedad de un particular le dolería mucho la cabeza.

¿Cree que hay dos varas de medir?

Por supuesto. Fíjese en mi caso.

El caso es que han obligado a un ciudadano en tan dolorosas circunstancias como la suya a ir por la vía judicial y mantener vivo el recuerdo del drama.

Eso es lo que más me duele. Que no acepten su responsabilidad y remuevan un asunto que tratamos, por su dolorosa circunstancia, de olvidar lo antes posible. Me parece que no es un trato humano. Mi suegro murió la pasada semana. Y estamos seguro de que tuvo mucho que ver la pena.

Recientemente, los tribunales, han fallado a favor de una persona que se resbaló en la Plaza Nueva por suelo deslizante…

Precisamente por eso me parece incongruente que un gobierno municipal de izquierdas, social y ecosostenible obligue a pleitear en vez de dar la cara asumiendo su responsabilidad por el anormal funcionamiento.

¿A qué se refiere con lo de ecosostenible?

Me refiero a que menos discurso de ecosostenibilidad y más seguridad en los solares municipales.

Usted es creyente y macareno. ¿Ha entrado ya a ver a la Esperanza?

Mi mujer sí y habló con la Esperanza. Yo he entrado hace unos días. Le he dicho cómo ha podido ocurrir esto, que no le encuentro explicación. Pero he salido de la basílica convencido de que hay un ángel en el cielo que salió de mi casa.

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