El estadio de la Cartuja sobrevive sin deportes gracias a los eventos y alquileres

Propiedad de varias administraciones, el recinto ha logrado un resultado equilibrado entre gastos e ingresos

Estadio Olímpico, alquilado en 2013 para un concierto de Alejandro Sanz RAÚL DOBLADO

EDUARDO BARBA

Recién terminados los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, la mirada de muchos sevillanos se dirige irremisiblemente hacia el extremo noroeste de la isla de la Cartuja, donde está el llamado estadio olímpico, rebautizado simplemente como estadio de la Cartuja cuando se consumó el fracaso en las opciones de levantar la bandera de los cinco aros. Éste dejó tan atrás sus aspiraciones originales que ha llegado incluso al punto de sobrevivir y lograr beneficios anuales sin contar con el que era su objetivo primordial, las competiciones deportivas. Puede afirmarse, de hecho, que el recinto deportivo —propiedad del Estado, la Junta, el Ayuntamiento y la Diputación — camina sin deportes. Despacio, pero avanza. Así lo refrendan las cuentas de 2014 y 2015 de la sociedad, depositadas en el Registro Mercantil y a las que este periódico ha tenido acceso, en las que se concluye que la explotación ha logrado un Ebitda positivo (resultado antes de intereses, impuestos y amortizaciones). Así , el pasado año tuvo unos gastos de 1,7 millones de euros (1,4 millones de explotación y 300.000 euros de personal) y unos ingresos de 1,7 millones (1,5 millones por el alquiler de oficinas y almacenes de sus torres y 271.000 euros de otros ingresos de explotación, como servicios y suministros).

El estadio tiene importantes gastos en concepto de impuestos municipales. De hecho, debe abonar 600.000 euros cada ejercicio por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que revierte en los ayuntamientos de Sevilla y Santiponce . El saldo operativo positivo viene recogiéndose desde 2007, momento en que por vez primera se equilibraron las cuentas. A ello ayuda el hecho de que la plantilla sea muy reducida, sólo siete personas en 2015, lo que supone un gasto de personal que apenas supera los 300.000 euros al año.

No obstante, el estadio arrastra la losa de su amortización, que conlleva unas pérdidas anuales en torno a los 2,2 millones, ya que el gasto contable de amortización fue el pasado año de 2,4 millones de euros. De hecho, quedan por amortizar, unos 39 millones de euros para llegar a esos 50 años en que está calculada la misma.

Preguntado al respecto, el gerente de la empresa Estadio de la Cartuja, Manuel Zafra, explicaba a este periódico que «la amortización del estadio como edificio merece un análisis distinto. Es una gran inversión en una obra civil de grandes dimensiones, que se amortiza contablemente en un plazo amplio de tiempo, 50 años, y que debe ser imputada contablemente durante este periodo en las cuentas de la sociedad. Es el vehículo o el medio que, una vez construido, permite un uso o explotación a muy largo plazo». «El estadio está pagado en su totalidad —añadía Zafra—. No hay deuda financiera ni comercial de ningún tipo, salvo la propia de la actividades que llevamos a cabo y del tráfico comercial habitual. Mantenemos una relación de absoluta normalidad con clientes y proveedores como cualquier otra empresa. Pero insisto, el plazo de amortización contable es de 50 años, pero ello no tiene nada que ver con la actividad económica diaria y habitual del estadio».

El responsable del recinto insistía en «subrayar la idea de que el estadio no le cuesta ni un euro al ciudadano. Tenemos plena autonomía financiera en ese sentido y no recibimos subvenciones ni dinero público. Más bien al contrario, revertimos dinero a las arcas públicas por la vía impositiva del IBI».

Con todo, y pese a las cuentas favorables, los años que quedan de amortización obligarían a realizar inversiones que aporten nuevos valores al proyecto que permitan avanzar con holgura, y que, de paso, permitan recuperar el pulso de los eventos deportivos, que se han ido alejando de la Cartuja. En breve se esperan novedades en este sentido.

Accionistas

El estadio es propiedad en un 30,5% ciento de  Patrimonio del Estado; un 28,4% de la Junta a través de la Empresa Pública de Turismo y Deporte de Andalucía ; un 17,8% del Ayuntamiento de Sevilla; y un 15,2% de la Diputación, teniendo un capital social de 96,6 millones de euros. Su patrimonio neto ha quedado reducido a 87 millones porque acumula pérdidas por 6,6 millones de años anteriores.

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