El entorno de Yulia apunta a los celos como móvil del parricidio en Alemania
Están recaudando dinero para sufragar la incineración de los dos hermanos asesinados presuntamente por su padre sevillano
Una vela por Miguel Ángel , de 5 años, y otra por Leonardo , de 4. De esta manera, las amigas de Yulia Lantukh , la madre de los dos hermanos presuntamente asesinados a manos de su padre , el sevillano Juan Sergio Oliva , en Alemania , recordaron con recogimiento ayer por la mañana a los niños.
Antes del inicio de la misa de los domingos en la iglesia ortodoxa rusa de la calle Madre María Teresa de Sevilla un grupo de mujeres mostraron fotografías de los pequeños a este periódico al tiempo que expresaron su estupor el atroz asesinato de los dos menores. Los amigos de la mujer están recogiendo dinero entre las tiendas rusas sevillanas y piensan abrir una cuenta banc aria para recaudar fondos para sufragar los 9.000 euros que necesita Yulia para pagar los servicios funerarios después de que la mujer haya conseguido permiso para incinerar a sus hijos en Alemania.
Según el relato de sus amigas, Yulia Lantukh, de 34 años y de nacionalidad rusa, había denunciado en tres ocasiones a su marido, Sergio Oliva, de 38 años y natural de Sevilla, por malos tratos , por lo que decidió separarse de él hace varios meses. Además, Yulia temía que Sergio atacara a los niños , ya que durante los trámites de separación la había amenazado con hacer lo mismo que José Bretón .
El entorno de Yulia apunta a los celos como posible móvil del parricidio . «Sergio no quería que Yulia rehiciera su vida sin él», comentó Tatiana, una de las amigas de Yulia. A pesar de las amenazas , un juez dictaminó que los dos hermanos tenían que pasar un tiempo con el padre de manera periódica.
El doble crimen se cometió el sábado, 18 de febrero , en el domicilio en el que vivía Sergio Oliva en la localidad de Aurich , en Vaihingen an der Enz, una ciudad ubicada a unos 25 kilómetros de Stuttgart . El hombre había recogido el viernes por la tarde a sus dos hijos en la guardería . Yulia, intranquila , porque ella era la que se encargaba de recoger a los pequeños y llevarlos a casa de Sergio se personó en la vivienda de su exmarido el sábado por la tarde en lugar del domingo cuando tenía previsto porque sospechó que ocurría algo anómalo al telefonear a Sergio el sábado por la mañana y no obtener respuesta alguna.
Sangre en las paredes
Cuando Yulia entró en la casa se encontró con la escalera que lleva a la segunda planta y las paredes manchadas de sangre . Cuando subió se encontró a su expareja sentada en el suelo junto a un charco de sangre . La mujer, nerviosa, le preguntó qué había pasado y el presunto parricida señaló con el brazo el salón. Allí encontró a su hijo mayor en pijama , tumbado en el sofá y con la cabeza y la cara ensangrentadas . Al darse cuenta de que estaba muerto Yulia, presa de un ataque de pánico , salió a la calle gritando y suplicando ayuda . No pudo ver a su hijo menor porque la Policía cuando llegó al lugar le impidió entrar de nuevo en la casa. Los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por salvar la vida de los dos menores.
Yulia tuvo que ser sedada y se despertó ya en el hospital . Ha recibido el alta médica aunque precisa de tratamiento psiquiátrico . El presunto parricida, que intentó autolesionarse después de cometer supuestamente los dos crímenes, fue detenido como presunto autor del doble asesinato. El entorno de Yulia, que llegó a Sevilla en 2004, aquí conoció a Sergio y donde nacieron sus hijos, critica que «los servicios sociales alemanes no actuaron de forma correcta» ante las tensiones entre la pareja .
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