CORONAVIRUS

La emotiva carta del jefe de la UCI de Valme que pide perdón a sus compañeros por alguna «respuesta arisca»

El doctor Antonio Lesmes Serrano les agradece su esfuerzo frente al Covid-19, se muestra orgulloso de la respuesta del hospital sevillano y augura la «luz al final del túnel»

El doctor Antonio Lesmes Serrano ABC

Jesús Álvarez

El doctor Antonio Lesmes Serrano lleva 41 años trabajando como médico intensivista y es el jefe del Servicio de Medicina Intensiva (UCI) del Hospital de Valme desde hace más de una década. Este lunes escribió una carta de agradecimiento a todos los profesionales por su esfuerzo frente al coronavirus en la que habla también de «la luz al final del túnel» y de que su convencimiento de que esta dura experiencia «nos hará mejores y deberá ser un motivo de orgullo para generaciones posteriores».

Destaca en la carta que gracias al trabajo de todos « ni un solo paciente de nuestra área sanitaria ha dejado de ingresar en UCI por falta de cama, sea por Covid-19 o por otra causa». La entrevista con el doctor Lesmes que reproducimos a continuación se hizo este martes mediante un cuestionario enviado por correo electrónico.

¿Qué le ha movido escribir por primera vez desde que ejerce la Medicina una carta de agradecimiento a todos los trabajadores del Área Sanitaria Sur de Sevilla?

Efectivamente en los casi 42 años que llevo ejerciendo la medicina es la primera vez que me dirijo en esos términos a todas las personas que trabajan en nuestro Área Sanitaria. Hay dos motivaciones, una creo que está contenida perfectamente en el texto. Dar las gracias no sólo a las personas que están trabajando conmigo en la UCI, haciendo un trabajo muy duro acompañados de nuestros temores y superando nuestros miedos, pensando que luego hay que volver a casa con las familias. Pero quería expresar que para que esto funcione y funcione bien, para poder dar la respuesta que se espera de nosotros, cientos de otras personas, que no están en la proximidad de los pacientes, han trabajado también muy duro para ello. Y aunque yo no les conozca personalmente, sé que han estado ahí y han puesto su granito de arena en este empeño. Por eso envié la carta a todos los mandos intermedios del Área Sanitaria y a los responsables de Servicios Generales para que lo hicieran llegar incluso a personas ajenas al SAS pero que trabajan también para nosotros. La segunda motivación, no claramente expresada en la carta, era estimular y dar ánimos para seguir en nuestro empeño, que después de estas cinco semanas se puede empezar a resquebrajar.

¿El coronavirus ha sido su experiencia más difícil como médico de UCI? «No. Viví en primera línea de fuego, en el Hospital La Paz, la neumonía por aceite de colza. La mortalidad era muy alta y en todas las edades»

Comenta en la carta que nadie ha escurrido el bulto y que incluso gente con síntomas de coronavirus quería seguir ayudando y trabajando porque «aquí hago más falta».

En nuestra UCI, de forma rotunda, nadie ha escurrido el bulto o ha querido ampararse en razones espúreas para no estar en primera línea. Afortunadamente hemos tenido pocas «bajas» pero no le puedo facilitar muchos datos, dado que son pacientes, no ingresados salvo uno, que ya se fue de alta. Otra auxiliar de la unidad vino un día con fiebre y algo de tos y se le pidió que se fuese para casa, pero hubo que insistirle porque quería acabar de hacer unos pedidos que estaban pendientes. Dos días después volvió, porque «ya estaba bien» y hube de obligarla a que se fuera. A una residente de la especialidad que solo tiene un síntoma, anosmia, y PCR+ a coronavirus, que también todos los días me dice que se encuentra fenomenal y que no sabe por qué no puede venir a trabajar. Se cuál es su actitud, porque a diario, a última hora de la tarde me pongo en contacto con ellas para ver como estány la petición unánime es: «Ya tengo ganas de estar allí con ustedes, ¿cuando puedo volver?».

Pide perdón en su carta por alguna «respuesta arisca» que pudiera haber tenido con las personas a su cargo. ¿Cuál ha sido el peor momento de estas cuatro semanas?

En bastantes ocasiones he tenido una respuesta arisca que no se merecía a quien iba dirigida o una actitud demasiado autoritaria y que, pasadas unas horas, me reconcomía y me hacía sentirme mal. En cuanto a la atención de los pacientes no he pasado ningún mal momento, porque hemos podido dar siempre la respuesta que se nos pedía. Al menos hasta hoy. Los picos de ingresos, afortunadamente, los hemos podido controlar.

¿Hubiera cambiado los aplausos de la gente por más mascarillas seguras y EPIs en los primeros días, cuando escaseaban?

Los aplausos son una cosa y los materiales que se usan para trabajar otra y no serían intercambiables. Una es prescindible, la otra imprescindible. Ahora bien si su pregunta va por si hemos tenido materiales para protegernos mi respuesta es que sí. En nuestra unidad nadie puede decir que le haya faltado absolutamente nada. No hemos tenido escasez de EPIs, todo el mundo ha tenido lo que necesitaba. Es posible que alguien haya tenido la sensación de que podían faltar, porque las teníamos digamos que intervenidas. Los materiales que tenemos para trabajar con los pacientes, en nuestra UCI, están en estantes a libre disposición. En el momento que nos enteremos que en otros sitios habían desapareciendo estos equipos, nosotros los quitamos de su sitio habitual para que no estuvieran expuestos y tenerlos para que el personal lo usara cuando hicieran falta, como ha ocurrido. En todo momento y en cada turno se proveía a todo el personal que lo necesitara de lo que se necesitaba; y se pedía que si el material era reciclable (pantallas de plástico protectoras faciales) se devolvieran para lavarlas y volverlas a utilizar. Tengo la convicción que en todo mi hospital ha sido igual, aunque no lo puedo certificar con la rotundidad que lo hago de la UCI. De lo que haya podido pasar en otros sitios, no opino, porque lo desconozco.

«En la UCI todo el mundo ha tenido todo el material de seguridad que necesitaba. No nos hemos sentido héroes. Si han persistido temores, quizá sea por el temor a algo desconocido»

¿Se han sentido héroes en esas primeras semanas con poco material?

No. Como he dicho, nosotros no hemos tenido material insuficiente. Quizás porque tuvimos tiempo para prepararnos, cosa que en otros sitios no haya ocurrido o bien que en Andalucía hemos tenido menos incidencia que en Madrid o las dos Castillas, que han tenido entre 6 y 9 veces más casos por millón de habitantes, y evidentemente mucho más personal para poderlos asistir. En cualquier caso, no nos hemos sentido héroes, simplemente hemos hecho nuestro trabajo.

Al principio de la pandemia, algunos sanitarios dijeron que no se sintieron héroes pero que tampoco querían ser mártires. ¿Temió que a alguna las 82 personas de su equipo le ocurriera algo grave esos primeros días?

Si lo han pensado, sinceramente no lo sé. De nuestra unidad creo que nadie lo ha dicho. Ahora bien, he procurado estar a su lado todos los días desde que empezó esto, habiendo dedicado mucho tiempo a hablar con todas las personas que mostraban temores o que yo percibía que lo tenían, demostrándoles que teníamos materiales de protección. Si han persistido temores, quizás sea más por el temor a algo desconocido.

Valme ha sido el hospital sevillano de largo con menos profesionales contagiados. ¿A qué lo atribuye?

En mi carta de agradecimiento que citaba en su primera pregunta iba implícito. Muchas personas han hecho bien su trabajo, con prontitud y orden y eso se revela, no sólo en UCI para bastantes más pacientes de los que hemos recibido, sino porque se han hecho otras muchas cosas muy bien. Menos espectaculares y llamativas, pero que han dado sus resultados por otros lados

Lleva 41 años trabajando en la UCI. ¿El coronavirus ha sido la experiencia más difícil que ha tenido?

No. Viví en primera línea de fuego la neumonía atípica (que luego quedó como «neumonía por aceite de colza») cuando estaba haciendo la especialidad en Medicina Intensiva en el Hospital La Paz de Madrid. Durante muy pocos días empezaron a venir cientos de pacientes al Hospital de La Paz (luego a otros hospitales de Madrid) procedentes de muy pocos pueblos y ciudades del nordeste de la capital. Inicialmente se concibió como una neumonía atípica altamente infecciosa, porque varios miembros de una misma familia o incluso toda la familia estaban afectados. Con una mortalidad muy alta de personas de cualquier edad. Hasta que se supo que el causante no era un germen, sino el aceite de colza, y no era contagioso, pasaron tres semanas.

«Nadie en su sano juicio, con los datos de que disponemos ahora, puede decir nada seguro en este momento. Estamos posiblemente al fianl del túnel y espero y deseo que no haya un rebrote en otoño»

¿Estamos ya al final del túnel, en su opinión? ¿Cree que podría haber un rebrote en otoño?

Creo que nadie en su sano juicio, con los datos de los que disponemos ahora, pueda decirle nada seguro en este momento. A la primera le diría que posiblemente sí; a la segunda pregunta, espero (y deseo) que no.

Termina su carta diciendo que «esta experiencia nos hará mejores y será un motivo de orgullo para generaciones posteriores». ¿En qué cree que nos puede hacer mejores?

Aprender de los errores. Básicamente que dejemos de ser en España cainistas, de criticar por criticar, sin muchas veces tener el más mínimo elemento de juicio. Escuchar al otro, que seguro que tiene razón en algo. No hacer leña del árbol caído. O quizás sea más un deseo lo que expreso. La verdad es que no he dedicado mucho tiempo a desarrollar este anhelo que tengo.

¿Qué es lo más importante que ha aprendido en estas cuatro semanas?

Que trabajo con gente trabajadora, comprometida, entusiasta, sabia, en fin, gente maravillosa.

Carta de Antonio Lesmes, jefe de la UCI de Valme, a los trabajadores del hospital ABC

Carta íntegra del jefe de la UCI de Valme

Después de estas 4 primeras semanas desde que la pandemia por covid-19 llegara a nuestra Área Sanitaria quiero dirigirme a ustedes, profesionales que trabajan en ella, para darles las gracias. Como responsable del Servicio de Medicina Intensiva (UCI) del Hospital Universitario Virgen de Valme quiero decirles que aunque el mérito de la lucha contra esta enfermedad se esté centrando en las camas de UCI y los respiradores de los que dispongamos, no es cierto. El mérito es suyo. El que en nuestro querido Hospital de Valme hayamos pasado de 14 camas de UCI a 31 no es mérito nuestro, lo es de ustedes. Quiero que sepan que varios cientos de personas de nuestra Área han trabajado en conseguirlo, incluso muchas que no son del SAS, pero trabajan para nosotros. Personas anónimas, poniendo cada una de ellas su granito de arena , lo han conseguido. Todas las piezas del reloj han hecho con precisión su trabajo para que podamos marcar la hora en punto. No crean que es fácil -y lo digo con la perspectiva de más de 41 años trabajando en la UCI - que en menos de una semana esto se haya conseguido. Si alguien me lo hubiera dicho hace unos meses, hubiera contestado: IMPOSIBLE . Antes de tener el primer ingreso en la UCI, teníamos ya 9 camas más disponibles y cuando teníamos 7 pacientes ingresados sumamos otras 8 más. Ello ha permitido que ni un solo paciente de nuestra Área Sanitaria haya dejado de ingresar en la UCI por falta de cama, ya sepa por covid-19 o por otra causa, dado que los pacientes graves de otras causas siguen llegando. En estas 4 semanas que llevamos me he cruzado con mucohs de ustede sy he percibido en sus ojos que están orgullosos de nosotros. Yo también estoy orgulloso de ustedes y de su respuesta. Por eso les digo GRACIAS .

Quiero decirles, sin ningún miedo a equivocarme, que este agradecimiento no es solo mío sino de la totalidad de las otras 82 personas que habitualmente trabajamos en la Unidad. A título personal no quiero dejar de AGRADECER a las 82 personas que habitualmente trabajan en la Unidad de Cuidados Intensivos su dedicación a lo que es nuestro trabajo y su esfuerzo a pie de cama venciendo temores. Todo el mundo ha respondido, nadie ha escurrido el bulto e incluso hemos tenido que enviar a casa a más de una persona afectada por coronavirus, porque quería seguir viniendo a ayudar con el comentario... "yo me encuentro bien y aquí hago más falta". Quiero extender mi agradecimiento a las decenas de personas que se han incorporado a ayudarnos en primera línea.

Han sido semanas de mucha tensión y quiero pedirles PERDÓN si alguna vez he tenido hacia ustedes una respuesta arisca que no se merecían y que lamento mucho. Cuando parece uqe empieza a verse la luz al final del túnel, les transmito mi convencimiento de que esta experiencia nos hará mejores y deberá ser un motivo de orgullo para generaciones posteriores. Así es que gracias, simplemente GRACIAS.

Antonio Lesmes Serrano

Jefe del Servicio de Medicina Intensiva de Valme

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