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El edificio del Rectorado de Sevilla cumple 263 años desde el inicio de su actividad como Fábrica de Tabacos
Las obras de uno de los edificios de mayor planta de España se alargaron por espacio de medio siglo y culminaron con los fosos en 1770
El edificio de la Real Fábrica de Tabacos, sede del Rectorado de la Universidad de Sevilla, cumple este 9 de julio 263 años del inicio de su actividad como fábrica . No obstante, la historia del edificio comienza en 1728 con la presentación del proyecto de construcción. Posteriormente, las obras se extendieron hasta 1770 con la finalización de los fosos.
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De este modo, las obras de la Fábrica de Tabacos se alargaron por alrededor de medio siglo desde su planteamiento. El resultado es uno de los edificios de mayores dimensiones y categoría arquitectónica de su género en España, así como uno de los más antiguos de la Europa del Antiguo Régimen. La Fábrica de Tabacos ocupa un rectángulo de 185 por 147 metros, solo superado en España por El Escorial, que mide 207 por 162 metros .
La historia de la edificación de la Real Fábrica de Tabacos comienza con el proyecto que fue presentado el 25 de enero de 1728, tres años después de la visita a Sevilla de Jorge De Verbom, teniente general e ingeniero general de España. Durante la estancia de Verbom en Sevilla en 1725 surgió la idea de encargar al ingeniero Ignacio Sala el proyecto de las nuevas fábricas . Además, ampliarían el edificio viejo destinado a tal fin, que se encontraba desde 1620 entre la iglesia de San Pedro y la del Buen Suceso.
Distintas ubicaciones
Para la ubicación del edificio se pensó en distintos lugares extramuros cercanos a la Puerta de Jerez. Algunos de los lugares que se propusieron se encontraban entre el Palacio de San Telmo y la Torre del Oro, o las Atarazanas . Finalmente, se escogió una zona conocida como «Las Calaveras» que había servido de enterramiento en la época romana.
Oficialmente, la fábrica se estrenó en 1757 y comenzó a funcionar en 1758 (9 de julio) , pero aún quedaban algunas obras por concluir. Ese es el año que figura en los lucernarios y en la inscripción de la portada, aunque aún estaban montándose las gárgolas, las losetas blancas y negras de Génova de las escaleras, la terraza de la azotea y otros elementos.