Sucesos

De Düsseldorf a Sevilla: así cayó el asesino de Anna

El fugitivo buscado por coser a cuchilladas a una mujer por despecho cometió un error que lo situó en la capital hispalense

La escena del crimen en Düsseldorf ABC

Silvia Tubio

Nueve días después del brutal crimen que cometió y a más de 2.200 kilómetros de distancia del lugar de los hechos. En ese punto, situado en el Casco Antiguo de Sevilla , se detuvo la fuga de un asesino al que buscaba Alemania. Ali Akbar Shanghaleh , de 44 años y de origen iraní, había conseguido cruzar media Europa hasta que el miércoles, sobre las 13.15 horas, una patrulla de motoristas de la Policía Nacional lo localizó en los Jardines de Murillo .

El mismo individuo que se resistía como gato panza arriba a que los funcionarios policiales le engrilletaran, había cosido a cuchilladas a una vecina de Düsseldorf (capital del estado de Renania del Norte-Westfalia), a plena luz del día, en la calle y ante la mirada de varios testigos. Un amor no correspondido parece estar detrás de una agresión mortal que dejó conmocionada a la ciudad alemana y que algunos grupos nacionalistas de extrema derecha han usado para alimentar las protestas contra la llegada de inmigrantes a Alemania.

Shanghaleh estaba enamorado de su víctima, una mujer de 36 años que se llamaba Anna. A esa conclusión llegan los investigadores después de haber encontrado una nota manuscrita de Ali , enviada a la fallecida, en la que le revelaba su amor y le pedía que desbloqueara su número de teléfono porque no podía hablar con ella, según han detallado los medios alemanes en los últimos días.

La Policía Nacional informaba ayer de la detención efectuada por el Grupo Hércules de la Comisaría de Distrito Centro. El comunicado oficial indicaba que la víctima era mujer del detenido. Sin embargo, en Alemania aseguran que no está clara la relación que mantenía el asesino con la mujer, aunque está confirmado que no eran pareja .

Dos días después del crimen se cursaba la orden de detención internacional. Para entonces, Shanghaleh ya había salido de Alemania

Ella residía cerca del kiosco donde trabajaba el presunto asesino. Precisamente a escasos metros de su apartamento, en la zona sur de la ciudad de Düsseldorf, Shanghaleh la abordó a primera hora del lunes 20 de agosto. Se le echó encima y le asestó 25 puñaladas. Varios testigos presenciaron la terrible escena e incluso salieron corriendo detrás del asesino, que consiguió huir de la zona. La mujer fue trasladada al hospital donde no pudo superar las heridas.

La Policía alemana buscó al asesino en su domicilio, donde hicieron un registro. No encontraron rastro de él. Dos días después del crimen (22 de agosto), se dictaba una orden de búsqueda internacional . Había sospechas fundadas de que Ali Akbar Shanghaleh ya había salido del país. Este pasado martes, las autoridades policiales difundieron varias fotografías del iraní a través de agencias de información internacionales. Estaban convencidos de que la caída de Shanghaleh estaba cerca y buscaban la colaboración ciudadana para acelerar la operación.

Fuentes policiales han confirmado en Alemania que cuatro días antes de la detención realizada por la Policía española, tuvieron constancia de que podía estar en Sevilla. Sin concretar, apuntan a evidencias tecnológicas; lo cual podría traducirse en que Shanghaleh pudo usar su teléfono móvil o una tarjeta bancaria en la capital hispalense. Un error garrafal que lo situó de inmediato en el mapa y acotó la zona de búsqueda.

Alertados en la Comisaría Provincial de que podrían tener en su territorio a un asesino peligroso, se dio aviso a las patrullas para que estuvieran alerta. La fotografía del iraní la tenían los funcionarios policiales con una breve descripción física: 1,80 metros de estatura, pelo corto y moreno, complexión normal y una advertencia sobre la alta peligrosidad del fugitivo porque podría estar armado.

Las autoridades alemanas detectaron que el asesino podría haber llegado a Sevilla el fin de semana tras dejar un rastro «tecnológico»

Los grupos policiales de seguridad ciudadana y que trabajan más a pie de calle como los motoristas del Grupo Hércules suelen prestar especial atención a puntos sensibles cuando les llega una alerta de estas características. No pierden de vista estaciones, parques y zonas turísticas donde un extranjero se puede camuflar sin llamar la atención. Y dieron en la diana este pasado miércoles al mediodía en los Jardines de Murillo; un lugar muy turístico y próximo a la estación de autobuses.

Uno de los agentes motorizados lo vio paseando y creyó reconocerlo. Ali Akbar Shanghaleh hizo el resto al reaccionar como lo hizo en el momento que se acercaron los agentes para pedirle que se identificaran. « Su actitud se volvió agresiva , haciendo ademán de sacar algún objeto de su vestimenta, teniendo que ser reducido», describía ayer la Policía Nacional. Cuando Shanghaleh hizo el gesto de sacar algo del bolsillo, temieron que llevara un arma. Pero iba «limpio». Por ahora no se ha encontrado el cuchillo que empleó para matar a Anna.

Consigo sí llevaba un billete de autobús a Valencia , según una portavoz de la Policía de Düsseldorf. Así que Sevilla parece que fue sólo una parada.

El detenido fue trasladado a Madrid el mismo miércoles y quedó ayer a disposición del Juzgado Central de Instrucción de Guardia de la Audiencia Nacional. El fiscal que lleva el caso en Alemania, Martin Stücker , ha anunciado que va a solicitar en breve la extradicción y subrayaba la buena colaboración que ha existido entre las autoridades españolas y alemanas.

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