CARLOS FITZ-JAMES STUART

El Duque de Alba: «No creo que la Casa de Alba tenga que vender más cuadros»

«A mi madre no le gustaba que los cuadros salieran fuera para exposiciones internacionales pero es que era de otra generación»

Carlos Fitz-James Stuart Martínez de Irujo JOSÉ RAMÓN LADRA

M. J. PEREIRA

Con motivo de la apertura al público de la Casa de las Dueñas en Sevilla, el nuevo duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart Martínez de Irujo, recibe a ABC en el Palacio de Liria y hace balance de su primer año al frente de la Casa de Alba

-¿A qué retos se ha tenido que enfrentar como presidente de la Fundación desde que su madre murió hace un año y dos meses?

-Sanear la fundación económicamente. La principal misión de la fundación es mantener y conservar todo su patrimonio histórico y artístico. Está muy feo que yo lo digo pero está todo muy bien conservado pero no es algo que yo haya hecho, sino que se viene haciendo desde hace 30 años. Esto es un mérito de mis padres, aunque hay gente que piensa que esto la fundación está medio mantenido por el Estado. Aquí no ha metido el Estado jamás ni un duro. Para empezar, tras la Guerra Civil sólo quedaron del Palacio de Liria las cuatro fachadas. Mi abuelo y luego mis padres podían haber hecho una Torre Madrid o una urbanización, pero con un gran sentido de responsabilidad y patriótico en un momento en que se estaban tirando casas y palacetes en Madrid decidieron reconstruirlo a expensas exclusivamente de la Casa de Alba y eso hay que tenerlo en cuenta. Ah y se sigue manteniendo con dinero de la Casa de Alba.

-Pero la fundación la constituyó usted.

-La idea de la Fundación fue de mi padre y mi madre la entendió muy bien y la acogió perfectamente. Mi padre tenía una gran visión en todo, era muy modesto y siempre dejaba todo el protagonismo a mi madre. Ahora esto de las fundaciones nos parece muy normal pero hace más de cuarenta años era muy innovador. Al final la fundación la constituyp yo legalmente en 1975, cuando tenía poco más de 23 años, porque mi padre falleció en septiembre de 1972 y al mes de morir las fundaciones pasaron a depender del Ministerio de Educación, cuando antes dependían de Gobernación. Por eso hubo que empezar de nuevo con todo el papeleo. Jesús Aguirre se casó con mi madre en 1978 y hacía tres años que llevaba funcionando la fundación. Ese es un dato que yo quiero recalcar porque parece que la fundación la hizo Jesús Aguirre.

-Sobre usted ha recaído la responsabilidad de preservar el legado histórico, artístico, económico y monumental de la Casa de Alba. ¿Qué consejos le dio su madre para hacerlo?

-No me dio consejos específicos. Ella tenía la ilusión de que yo me ocupara de la Fundación y de que mantuviera lo mejor posible las casas, como ella hizo, y yo creo que lo estoy haciendo.

«De aquí a dos años quiero abrir al público el palacio de Monterrey, en Salamanca»

«No creo que venda ningún cuadro más»

-¿Qué ha cambiado en la Fundación Casa de Alba desde que usted ha llegado?

-Se han hecho exposiciones con obras de la Casa de Alba en el extranjero. A mi madre no le gustaba nada que las obras salieran fuera porque le daba miedo pero es lógico porque ella era de otra generación. Ella tenía 90 años y lo de las exposiciones en el extranjero es una cosa de hace 20 años para acá. Pero bueno yo entendía que había que hacer exposiciones porque todas las instituciones y pinacotecas colaboran entre sí.

-¿Eso significa que las obras de la Fundación serán más viajeras a partir de ahora?

-Sí, pero no demasiado.

-Además de abrir al público la Casa de las Dueñas en Sevilla ¿Qué proyectos futuros tiene para la Fundación?

-De aquí a dos años quiero abrir al público el palacio de Monterrey, en Salamanca, que es de la Fundación. Desde hace diez años me he ocupado mucho de la digitalización de los archivos de la Casa de Alba. Hay unos 30.000 documentos digitalizados pero aún queda por tratar un 30% del total.

-¿Piensa vender algún activo más de la Fundación para su mantenimiento, como ha ocurrido con «La Virgen de la Granada», de Fra Angélico?

-De momento no. No creo que venda ningún cuadro más.

-Se ha publicado mucho sobre ese asunto. ¿Es verdad que el cuadro vendido era el más valioso de toda la colección?

-Es muy importante pero no podría decir si es el más valioso.

«La fundación tiene documentos, tapices... pero, bueno, yo procuraré vender lo menos posible»

-Se ha dicho que se ha vendido ese cuadro de Fra Angélico por 18 millones de euros, por debajo de su valor de mercado.

-Ese es un cuadro inexportable y, por tanto, el precio siempre es mucho más bajo.

-¿Es cierto que era el preferido de doña Cayetana?

-No, el preferido de la duquesa era «La mujer vestida de blanco», de Francisco de Goya.

-¿Qué planes tiene para aumentar los ingresos y evitar más cuadros?

-Hacer eventos, exposiciones... No necesariamente tienen que venderse más cuadros. La fundación tiene documentos, tapices... pero, bueno, yo procuraré vender lo menos posible.

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